El empleo y el desarrollo van de la mano, y un mercado laboral con una elevada carga fiscal, regulación excesiva y niveles de productividad muy bajos, se traducen en una elevada informalidad que no permite el crecimiento económico, expuso Alejandro Hernández, vice rector del ITAM.
En conferencia de prensa en el marco de la sexta conferencia sobre empleo y desarrollo IZA/Banco Mundial, dijo que el sector informal no cumple con regulaciones laborales y se caracteriza por niveles de productividad muy bajos.
En el evento, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y el Banco Interamericano de Desarollo (BID), el vice rector del Instituto manifestó que uno de los temas principales es generar incentivos a la formalidad, lejos de crear aquéllos que favorezcan la informalidad.
“La informalidad suele ser impulsada además por la dificultad que hay en los países para registrar nuevos negocios, a la rigidez de la regulación del mercado laboral y a las condiciones de acceso al crédito”, expuso por su parte David Robalino, líder del tema de Empleo del Banco Mundial (BM).
Consideró que debe buscarse un balance entre los costos de las pequeñas empresas y los beneficios sociales de los trabajadores.
Entrevistado al margen del evento, David Kaplan, especialista de mercado laboral del BID, explicó que el tema de la informalidad en México no sólo tiene que ver con la rigidez del mercado laboral, sino también con las regulaciones laborales y el Estado de Derecho.
Detalló que no sólo se tendría que flexibilizar la ley laboral, permitiendo que el costo de despedir a un trabajador sea menor, si no que se tendrían que instaurar medidas adicionales, como el seguro de desempleo que existe en diversos países.
“De forma tal que se proteja a la persona despedida para que pueda buscar un nuevo empleo, sin que, por otro lado, se desincentive el despido, pero que tampoco las empresas pequeñas se vean muy afectadas por los elevados costos de despedir personal en caso de una caída en la demanda”, precisó.
El especialista del BID ahondó en que “antes de quitar una protección hay que pensar en la sustitución de la misma”.
Añadió que se requiere desvincular el acceso al programa de protección social de salud de la condición de formalidad laboral.
Kaplan consideró positivo establecer un piso mínimo universal, utilizando para su financiamiento impuestos de difícil evasión como lo es el IVA.
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