En Foco 1
Para romper el núcleo duro de la informalidad laboral se requiere un avance sostenido de productividad
• A pesar de la recuperación de la economía, la informalidad laboral se mantiene en torno 35%, un guarismo todavía muy elevado
• La tendencia no diferencia ramas de actividad ni tamaños de empresa, mostrando que los determinantes son los factores agregados
• Para cubrir los mayores costos de los puesto formales, mas allá de eventuales incentivos, se requiere una expansión sostenida de la productividad de todas las empresas
• La tendencia no diferencia ramas de actividad ni tamaños de empresa, mostrando que los determinantes son los factores agregados
• Para cubrir los mayores costos de los puesto formales, mas allá de eventuales incentivos, se requiere una expansión sostenida de la productividad de todas las empresas
El período de fuerte aumento del empleo formal privado que ayudó a la reducción de la informalidad parece haber quedado agotado. Entre el 2004 y el 2005 la cantidad de puestos formales declarados se incrementó a una tasa anual superior al 10%. En el 2007 esta tasa se redujo a alrededor del 8% y a inicios de 2010 el crecimiento interanual no supera el 3%. Este crecimiento se da a pesar de una fuerte expansión de la economía.
La tasa de informalidad, por su parte, es la contracara de esta evolución. La proporción de empleo asalariado sin descuento jubilatorio en empresas privadas cayó desde el 47% al 35% entre 2003 y el segundo trimestre de 2008. A partir de allí, la formalización se detuvo. Por ejemplo, el último dato, correspondiente al segundo trimestre de 2010 muestra una tasa de informalidad del 36%, superior en 1.4 puntos al mismo período del 2009.
Esta evolución se ha dado, en mayor o menor medida, para la mayoría de las empresas y grupos de población. Por ejemplo, para todos los grupos de edad de los trabajadores, para la mayor parte de los niveles educativos, para la mayor parte de las ramas de actividad, y para diferentes tamaños de empresa. Esta última desagregación, sin embargo, muestra algunas particularidades.
En efecto, son las empresas de menor tamaño las que cambiaron más significativamente su tasa de informalidad. En concreto, entre 2003 y 2008 la informalidad cayó 10.6 puntos porcentuales (de 70,0% a 59,5%) para el empleo en establecimientos de entre 1 y 10 ocupados. Dado que empleo en estas empresas es casi la mitad del empleo total asalariado, su impacto sobre la caída de la tasa total es sustancial. Sólo por este efecto, la informalidad hubiera caído 5,6 puntos porcentuales. Igualmente, la tasa de informalidad se redujo para todos los tamaños de empresa: 9.1 puntos porcentuales para empresas pequeñas, 3,9 puntos para empresas medianas y 1,8 puntos para las empresas más grandes. Adicionalmente a estas reducciones hubo también un efecto composición: las empresas grandes se expandieron más rápidamente, logrando por este efecto reducir en total 2,2 puntos adicionales de la informalidad total dado que estas empresas son las que tienen menor tasa de informalidad. En este sentido, las empresas grandes aportarán a una mejora en la formalización de la economía en tanto expandan su nivel de empleo, dado que su tasa de informalidad es muy baja (en 2010 menor al 6%, comparada con los casi 60% de las empresas más pequeñas).
Los cambios entre 2008 y 2010 fueron mucho más moderados: la tasa de informalidad cayó sólo 1,2 puntos porcentuales. Aunque, las empresas pequeñas explican la mayor proporción de este cambio, en este período la caída de la informalidad se da más equilibradamente en todos los estratos de tamaño. El efecto composición, por su parte, tendió a empeorar la informalidad (las empresas más pequeñas se expandieron más).
El hecho de que la evolución de la informalidad se haya verificado generalizadamente para diferentes características de las empresas y de los trabajadores indica que las causas de esta evolución surgen de factores agregados y no sectoriales. La evolución de la informalidad puede explicarse a partir de los siguientes efectos:
• El costo laboral real cayó fuertemente en 2002. Esta licuación redujo la importancia de las diferencias en costos entre formales e informales, lo que hizo que la demanda de empleo adicional se orientara a generar empleo formal. Sin embargo, el salario real ha venido recomponiéndose y el costo laboral ha vuelto a tener un peso más relevante en los costos empresarios.
• La productividad, por su lado, no ha aumentado lo suficiente como para que los fuertes incrementos de los básicos de convenio no impliquen un costo laboral mayor en términos de producto. Así, muchas empresas pequeñas o aquellas con menor productividad, se ven nuevamente ante la imposibilidad de enfrentar los costos de un puesto formal.
• La presión fiscal ha tendido a elevarse. Una mayor presión fiscal implica incentivos a una mayor economía en negro, con su consecuente impacto en el empleo informal. También las alícuotas sobre el trabajo se han incrementado en los últimos años. Según datos del Ministerio de Economía, la brecha entre salario neto y costo laboral para los formales se incrementó de 34% a 41% entre 2006 y 2010. Además, las iniciativas y discusiones de políticas tienden prever incrementos sobre los costos laborales o sobre la carga impositiva.
• Las medidas que ofrecen a los trabajadores los mismos beneficios cuando están informales que cuando están formales tienden a reducir los incentivos por parte de los trabajadores a buscar puestos formales. Ejemplo de esto es la moratoria previsional.
• Por último, algunos programas sociales generan incentivos a que el trabajador busque un empleo informal, de modo de combinar el ingreso laboral con la transferencia pública. Este es el caso de la Asignación Universal por Hijo, por ejemplo.
A pesar de los múltiples factores que mantienen alta la informalidad, es importante destacar la importancia de la mejora de la productividad, que es la fuente genuina para mejorar las condiciones laborales, y lo que permitirá que las empresas más pequeñas o menos productivas puedan enfrentar los gastos adicionales de formalizar a sus trabajadores.
En Foco 2
Materias primas y Brasil, las dos locomotoras que explican el incremento de 23,3% de las exportaciones en 2010
• Con un aumento de las importaciones de 44,3% interanual, el saldo comercial se reduce a US$13,7 mil millones en doce meses
• Drástica caída del superávit comercial en combustibles, actualmente en un promedio de US$117 millones/mes contra US$300 millones/mes en el promedio de 2007 a 2009
• En 2010 se confirma el aumento de la Brasil dependencia en las exportaciones argentinas
• Drástica caída del superávit comercial en combustibles, actualmente en un promedio de US$117 millones/mes contra US$300 millones/mes en el promedio de 2007 a 2009
• En 2010 se confirma el aumento de la Brasil dependencia en las exportaciones argentinas
En los últimos meses, el comercio exterior de la Argentina se vio impulsado por el fuerte aumento en el precio de las materias primas en dólares, que representan aproximadamente un 40% de las exportaciones de nuestro país. En los primeros diez meses del año, las ventas al exterior crecieron 23,3% interanual y las importaciones lo hicieron un 44,3%. El superávit comercial se achica hasta US$13,7 mil millones en doce meses.
En lo que se refiere a las exportaciones, la venta de productos primarios creció 69,7% respecto de Enero – Octubre 2009. A su vez, las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) se incrementaron 31,3% interanual. De acuerdo a sus ponderaciones, estos dos rubros contribuyeron a la suba total de 23,3% con 12 y 10,2 puntos porcentuales respectivamente.
Por su parte, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA) aumentaron 4,8% respecto de igual período de 2009, contribuyendo con apenas 1,8 puntos al total. Por el contrario, las ventas de combustibles cayeron 6,4% interanual, restando 0,7 puntos a la suba total.
Respecto de las importaciones, el mayor dinamismo se observa en la compra de vehículos, con un aumento de 88,7% interanual. De todas formas, el rubro que más contribuye a la suba total es el de bienes intermedios, con un aumento de 40,8% interanual y un aporte de 13,2 puntos porcentuales. Por otro lado, las importaciones de piezas y accesorios para bienes de capital subieron 51,6%, contribuyendo con 9,6 puntos.
En el rubro de combustibles, la suba de las importaciones fue de 60,1% interanual, lo que contrasta con la caída de 6,4% en las exportaciones correspondientes a este sector. Así, el saldo comercial de combustibles se achica hasta US$1.169 en los primeros diez meses del año, lo que compara con el superávit de igual período de 2009 y 2008, de US$2.929 millones y US$3.028 millones respectivamente. Actualmente, el sector presenta un superávit promedio de US$117 millones/mes contra US$300 millones/mes en el promedio de 2007 a 2009.
Exportaciones por destino
En el análisis de exportaciones por destino, se tiene que con la crisis internacional importantes clientes comerciales como la Unión Europea o el Nafta perdieron participación mientras que otros como Brasil lograron mejorar su market share.
En 2008, los cuatro principales clientes por región absorbían casi el 60% de las exportaciones argentinas: los dos principales socios, con 19% cada uno eran Brasil y UE. En 2010 se visualiza la esperada divergencia ya que Brasil trepa 2,7 puntos hasta 21,7% y UE cae 2,3 puntos hasta 16,5%.
En el segundo pelotón, la diferencia entre 2008 y 2010 es menos marcada. En 2008, las exportaciones argentinas hacia Nafta y China representaban aproximadamente el 10% a cada destino. Dos años más tarde, las ventas hacia Nafta cedieron 1,4 puntos hasta 8,8% y 0,6 puntos en el caso de China, hasta 9,3%.
En Foco 3
La generación eléctrica comienza a escapar del congelamiento tarifario
• Luego de caer paulatinamente, la facturación en términos de PIB de empresas de energía eléctrica muestra una leve recuperación en el tercer trimestre de 2010
• El cambio de tendencia refleja un aumento de facturación focalizado en firmas de generación eléctrica, ya que las distribuidoras no han experimentado grandes cambios
• Por su parte, la facturación de las firmas vinculadas al gas continúa deteriorándose en términos del PIB, y ya mide menos de la mitad del período pre-devaluación
• El cambio de tendencia refleja un aumento de facturación focalizado en firmas de generación eléctrica, ya que las distribuidoras no han experimentado grandes cambios
• Por su parte, la facturación de las firmas vinculadas al gas continúa deteriorándose en términos del PIB, y ya mide menos de la mitad del período pre-devaluación
En las últimas semanas, se han publicado los balances del tercer trimestre de empresas de servicios. Los mismos reflejan resultados ambiguos. Por un lado, las empresas de energía eléctrica han experimentado una leve mejoría en su facturación, medida en porcentaje del producto. Aunque la recuperación está motorizada exclusivamente por el incremento en la facturación de aquellas firmas vinculadas a la generación de energía eléctrica, ya que las empresas distribuidoras todavía no han recuperado el nivel de facturación registrado en el período previo a la devaluación. Por el otro, las empresas de gas continúan teniendo serios inconvenientes para recuperar el terreno perdido durante estos años.
Para el presente estudio, se trabajó sobre un panel fijo de 14 balances contables de empresas vinculadas a la generación y distribución de gas y energía eléctrica.
En el gráfico adjunto se puede observar el proceso descripto anteriormente. La curva azul muestra la facturación de empresas de energía eléctrica en relación al PIB. Como se observa, antes de la devaluación de 2002, la facturación rondaba en torno a 1% del producto. Sin embargo, el congelamiento de tarifas posterior marcó el inicio de un deterioro en el nivel de facturación de las firmas relativo al PIB. Así, la facturación tocó 0,69% del PIB en el segundo trimestre de este año. No obstante, para el tercer trimestre se registra un incremento hasta 0,72% del PIB, al que luego analizaremos con mayor profundidad.
Por su parte, la facturación de las empresas de gas continúa perdiendo terreno trimestre a trimestre. Luego de promediar 0,8% del PIB en el período pre-devaluación, hoy la facturación de las empresas de gas representa menos de la mitad: 0,35%.
Como se mencionaba anteriormente, el recupero de la facturación de empresas vinculadas a la energía eléctrica obedeció a una importante mejoría en la facturación de aquellas empresas generadoras. El siguiente gráfico muestra por separado, con un índice base 100 en el último trimestre de 2004, por un lado, la facturación de las firmas generadoras de energía eléctrica y, por el otro, la correspondiente a las empresas distribuidoras. Como se puede observar, en los últimos trimestres la facturación de las generadoras se ha prácticamente duplicado hasta alcanzar 730 puntos, mientras que la facturación de las empresas distribuidoras permanece estable en torno a los 200 puntos.
Los balances, entonces, reflejan un cambio en la política tarifaria, por el que comienzan a reconocerse mayores costos en la generación. Sin embargo, para recuperar incentivos a la inversión parece necesario un replanteo general del esquema tarifario, porque de lo contrario será muy difícil evitar cuellos de botella en el sector.
En Foco 4
La maldición de los PIIGS: por el gran endeudamiento, hacer el ajuste en medio de la recesión
• Los conflictos políticos y sociales generan incertidumbre respecto del cumplimiento de las condiciones necesarias para utilizar fondos del paquete de rescate de 750 mil millones de euros
• Irlanda cumple en 2010 el tercer año consecutivo de contracción del Producto
• Las primas de riesgo de países como Portugal y España reflejan que el temor al contagio no se ha revertido
• Irlanda cumple en 2010 el tercer año consecutivo de contracción del Producto
• Las primas de riesgo de países como Portugal y España reflejan que el temor al contagio no se ha revertido
El pedido de intervención del fondo de rescate europeo por parte de Irlanda, efectivizado esta semana, era una condición necesaria, pero evidentemente no suficiente para calmar a los mercados: el ajuste fiscal que el rescate conlleva alimenta la incertidumbre sobre la capacidad que tendrá el miembro europeo de hacer frente a sus obligaciones, a la vez que las expectativas sobre un posible contagio sobre Portugal y España aumentan.
Dentro de un plan de ahorro de 15 mil millones de euros hasta 2014, el gobierno irlandés bajará el salario mínimo, reducirá beneficios sociales y jubilaciones, disminuirá el número de empleados públicos, y aumentará el IVA y el impuesto a la renta; todas medidas con fuerte rechazo tanto de la sociedad como del arco opositor. La posible traba a la aprobación del Presupuesto, que condiciona el rescate financiero de la Unión Europea y el FMI, imprime más incertidumbre a un cuadro ya incierto. El país está en recesión desde 2008 y, junto con Grecia y España, son los únicos países de la Eurozona que no lograrán revertirla en 2010. España ha mostrado una mejoría en el tercer trimestre de este año, pero no le alcanzaría para cerrar 2010 con signo positivo. El nuevo ajuste irlandés podría deteriorar aún más su economía, que presenta en la actualidad una de las tasas de desempleo más altas de la región, 14,1%. Las proyecciones para este año ubican a su PIB cayendo en torno al 1%.
Como se observa en el gráfico, en 2006 y 2007, los PIGS crecían a tasas positivas, en un rango compartido con el resto de los integrantes del club del Euro de entre 2% y 5% anual. En 2008, dentro de un cuadro de deterioro generalizado de las economías de la región, Irlanda e Italia fueron los únicos países que sufrieron una contracción de su Producto. En 2009 el fenómeno se generalizó, y toda la Eurozona cayó en recesión, de la está saliendo en 2010, con excepción de los tres países antes mencionados.
La pregunta es si Portugal seguirá los pasos de Irlanda. Su situación fiscal se deterioró fuertemente en 2009, para alcanzar un déficit de 9,3 puntos del PIB y, lejos de reducirse en 2010 como se había prometido, se amplió en los primeros 10 meses del año, producto de que el aumento en los ingresos públicos no pudo contrarrestar un aumento de 2,8% interanual del gasto. Las primas de riesgo de los bonos portugueses y españoles continúan en altos niveles, lo que indica que el riesgo de contagio continúa. En las recientes emisiones de deuda de corto plazo, el Tesoro español pudo cumplir con el objetivo, pero el costo de deuda a tres meses se duplicó respecto al de la emisión precedente.
La desconfianza sobre el futuro de algunos países de la región provocó una sostenida caída del Euro en los últimos días, llegando a la mínima cotización de los últimos dos meses. El debilitamiento no ha sido mayor porque el dólar también transita un camino de depreciación como consecuencia de las grandes inyecciones de dinero por parte de la Reserva Federal.
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