lanacion.cl: “Porno nanas”: entre la fantasía y el desempleo
Hace un tiempo a alguien se le ocurrió que entre el set de disfraces que componen el imaginario erótico masculino se encuentra el traje de empleada doméstica.
Se trata de un idealizado atuendo negro con blanco, muy poco práctico para las labores del hogar pero que, acompañado de pantimedias caladas, gorrito y plumero, se encuentra en los escaparates de todos los sex shops, al ladito del disfraz de enfermera y el de policía.
Sabido es que en tiempo de crisis el ingenio es un buen compañero para salir a flote.
Y en España, que se encuentra golpeada por una depresión económica de lenta recuperación, se cuentan por miles las mujeres que se han transformado en nanas eróticas.
Se ofrecen en internet como “porno chachas” (chacha=nana) y su trabajo consiste en lavado, planchado y limpieza. Eso sí, vestidas con un diminuto atuendo y bajo la atenta mirada del patrón.
“Hola, soy Kiara y me ofrezco a caballeros o matrimonios para limpieza de la casa y algo más. Soy muy liberal y cariñosa. En el tema de la limpieza tengo referencias y en lo otro… lo veo como una manera divertida de ganar dinero, así es que si me quieres de chacha porno, llámame”.
Ese es uno de los anuncios que se pueden leer en páginas como Mundoanuncios o Loquo, que son portales para intercambio de bienes y servicios muy utilizados en la península.
Según informa la BBC, sólo durante el mes de agosto de este año se detectaron más de 750 mil anuncios en prensa escrita e internet.
Aprovechando la tasa de desempleo que bordea el 20%, se han juntado el hambre con las ganas de comer. Y así como hay mujeres que ofrecen sus servicios, abundan también los “patrones” que publican anuncios de manera escueta y efectiva: “Busco pornochacha latina madurita. Pago muy bien” o “busco mujer que guste de exhibirse mientras hace las labores del hogar. Pago por hora”.
Este tipo de ofertas, que surgen aprovechándose del pánico, han generado la molestia de organizaciones no gubernamentales como Amunod, que trabaja con proyectos para lograr la reintegración social de las trabajadoras sexuales.
Para la ONG, este tipo de ofertas genera que muchas mujeres se sientan presionadas a volver a sus labores “de noche”. Y aunque sea a la luz del día y con otro tipo de solicitudes, genera una incitación al viejo oficio, que en España representa cerca de 2% del Producto Interno Bruto del país, según estadísticas del Ministerio de la Igualdad.
LA BALANZA
Hay quienes piensan que todo es política o que todo es sexo, o bien que todo es dinero. En áreas tan complejas como las decisiones que se toman sobre el propio cuerpo es tal vez lo más sensato situarse en un campo intermedio de este triángulo, cogiendo un poco de cada cosa. Sin embargo, hay señales claras de que muchas veces las decisiones que determinan los actos humanos se toman con las manos en el bolsillo.
Situándose en este escenario, Ricardo Núñez, economista de la Universidad Central, explica que hay un principio económico en que aparecen dos conceptos, que se pueden aplicar al auge de las “porno chachas”: el beneficio marginal y el costo marginal.
“El beneficio sería, en este sentido, la ganancia económica y el placer del cliente, y el costo sería una eventual penalización de la actividad o la posibilidad de contagiarse con una enfermedad venérea”. Y si la balanza se carga hacia el primero de éstos, no hay mucho que pensar antes de tomar la decisión de ponerse el disfraz y salir a buscarse la vida haciendo un poco de aseo.
Con la famosa crisis, muchos estudios indican que la economía informal ha crecido enormemente en España. Esto explicado, en parte, por el incentivo “perverso” del seguro de desempleo que permite seguir recibiendo una remuneración considerable aún sin trabajar.
“Es entonces cuando la lógica económica estimula a desarrollar una actividad informal, exenta de impuestos, sin exigencias sanitarias, que se constituye en una remuneración adicional. O sea, el sistema incentiva el pasar a la economía informal y aprovecharse del seguro. Justo lo contrario de lo que se esperaba”, analiza Núñez.
Pero la cosa no es llegar, ponerse el uniforme y ganar dinero planchando camisas en pelotas. Algunos anunciantes patudos advierten clarito que pagan poca plata o que, incluso, se remiten a retribuir los servicios de limpieza erótica con techo y comida. Ahora, si se logra contar con un “empleador” generoso, se pueden llegar a ganar entre 20 y 30 euros por la hora de servicios. O sea, entre 13 y 19 mil pesos chilenos.
PUERTAS ADENTRO
ImagenEn Chile no estamos en crisis (o bien la crisis es sólo para algunos) y el negocio de las porno asesorías del hogar no se deja ver. Sin embargo, en el escaparate de las tiendas eróticas y de lencería “para la ocasión”, el disfraz de mucama es un clásico.
Es entonces que viene al caso, en relación con aspectos meramente formales del fenómeno de la sirvienta erótica, preguntarse ¿por qué porno-nana y no porno-nutricionista o porno-dentista? ¿Ah?
La sicóloga especialista en sexualidad Nerea de Ugarte plantea que “las nanas han sido fuente de mito y fantasía de muchos hombres de nuestro país”.
Temas como fantasear con la nana adolescente y bonita o aspectos un poco más sórdidos que hacen pensar en la novela “Coronación”, de José Donoso, se relacionan con lo que plantea la especialista.
“A pesar de que ha habido avances relacionados con el compartir roles entre hombres y mujeres, es difícil que los hombres de nuestro país se desprendan de una memoria social machista, que innegablemente aún resta en bastantes aristas de su crianza. Por lo mismo, algo hay en el conservar antiguos roles, que les devuelve el poder y el control de su contexto”, explica de Ugarte.
De ahí que el disfraz, que sabemos no es muy útil para trapear el piso, limpiar los vidrios o pelar apio, despierta en el varón ese imaginario de contar con alguien “que cumple sus deseos y órdenes inmediatas, que se esclaviza ante sus demandas. Todo mezclado con un despliegue erótico donde cumplir sus órdenes se acompaña de una minifalda que deja a la vista ropa interior, acentuando una situación de voyerismo donde él tiene pleno control, dominio y quizás participación”.
Control es, en este campo, un concepto clave, según indica Nerea: “Una gran cantidad de fantasías eróticas adjuntan como componente principal un juego con el control. Esto puede implicar perderlo por completo, o ejercerlo con exclusividad. O sea, por un lado puede ser someter a una mujer absolutamente dominante o, por otro lado, ser el macho que controla con fuerza y omnipotencia. Y una nana erótica puede implicar ambas”.
BUSCANDO PEGA
Aunque haciendo caso a la Real Academia de la Lengua que, vaya coincidencia, es española, “prostitución” vendría siendo: 1.- Acción y efecto de prostituir y 2.- Actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero.
Con este antecedente, ganarse los euros haciéndolas de porno nana no implica necesariamente ejercer el antiguo oficio, aunque la relación es evidente, sobre todo tomando en cuenta el tema de la crisis económica que ha afectado fuertemente a España.
Lo anterior nos remite a una escena de la película “Todo sobre mi Madre”, de Pedro Almodóvar, donde se puede ver el sueño de un crisol de culturas, pero en un decadente peladero de Barcelona y ejerciendo la prostitución.
Latinas, africanas y europeas del este componían el globalizado escenario al cual, después de la crisis económica, se ha sumado un porcentaje cada vez más alto de súbditas del Rey Juan Carlos.
“Para nosotros es un fenómeno surgido de la crisis. En los últimos 15 años no había ni un 5% de españolas en este mercado y ahora representan el 30 por ciento”, detalló a la BBC Roberto Doval, director de la Asociación de Prostíbulos de la nación ibérica.
TRAJE DE MUCAMA ES EL TOP ONE
En el sex shop Japi Jane tienen que pedir constantemente dotaciones extra de trajes de mucama, ya que el disfraz se agota con frecuencia.
Son las propias mujeres quienes lo compran para hacer un regalito a la pareja, mientras que cuando los hombres quieren darse un gustito, eligen el atuendo de colegiala.
Según Catalina, que atiende en el local de Luis Thayer Ojeda, en Providencia, las damas eligen el disfraz por dos razones: “La primera es que no es muy difícil meterse en el papel de la sirvienta erótica, agasajando a la pareja con un desayuno o una copita de vino. La segunda es que el modelo de traje que tenemos en la tienda es parecido a un trikini, por lo tanto tapa la guata”.
Los atuendos los importan desde argentina y son de una tela stretch, ajustable a diferentes tallas.
En Sex Shop Urbano, en tanto, dicen que la dupla ganadora de los disfraces eróticos son la enfermera, además de la mucama. En esta tienda prefieren el producto nacional y son made in Santiago.
Como siempre en este tema la solución estaría en regularlo debidamente, y establecer un codigo ético con el que un hombre pueda llamar sin problemas a una porno-chacha y ella pueda ir sin miedo a ponerle el pajarito al rojo vivo.
ResponderEliminarLa alegalidad abre un abanico de desventajas en el que siempre salimos perdiendo las mujeres.
Felicidades por la noticia. No había oido hablar de este tema.
Besos de Lulu