El modelo productivo se quedó obsoleto - LAREPUBLICA.COM.CO
Bogotá. La verdadera solución del empleo está estancada en una discusión de preceptos llevada lejos de la realidad.
En un reciente informe, la Contraloría General muestra que la participación de los costos laborales en el ingreso de las empresas es marginal, en este sentido, la iniciativa de las empresas que demanda mayor mano de obra no está estrictamente vinculada con los costos de contratación laboral y no laboral. Igual sentido muestra la Encuesta de Opinión Industrial de la Andi, que en el último año, en sus diferentes etapas, ha mostrado que la demanda es el principal problema.
El empleo al igual que el capital son insumos para producción, el consumo (interno o externo) que suplen nuestros productores, no es suficiente para lograr dinamizar la economía. Difícilmente Colombia podrá avanzar en la reducción del desempleo y la informalidad si no se piensa en nuevos mercados, fortalecer la demanda interna, o porque no decirlo: reconversión estratégica de las actuales estructuras productivas (es posible que el modelo productivo de Colombia se haya quedado obsoleto).
En la historia reciente del mercado laboral se resalta la presencia sistemática de altas tasas de desempleo, razón tienen los analistas en calificar éste como uno de los principales problemas que afronta nuestra sociedad. Sin embargo, rara vez se observa de forma integral su origen y los análisis se versan sobre la revisión atomizada de las tasas. Toda conclusión debe partir de la observación integral del horizonte laboral.
En este contexto, una forma de analizar las dinámicas presentes en el mercado laboral, es estudiando la participación en la variación de la población en edad de trabajar de cada uno de sus componentes, separando la población ocupada entre informales y formales.
¿Qué se encuentra? El análisis de la cifras muestra dos conclusiones importantes. Primero, en los últimos años se presenta una correlación inversa entre ocupados informales e inactivos (personas en edad de trabajar que no estarían dispuestas a hacerlo), lo cual sugiere que en períodos coyunturales los hogares cubren la pérdida de su ingreso a través de la entrada en la oferta laboral de integrantes inactivos de las familias (casi siempre jóvenes), la mayoría de estas personas terminan desempeñando labores altamente informales y en menor proporción engrosando las filas de desempleados.
La segunda, basada en la apreciación de las cifras trimestrales de empleo del Dane, es el cambio en el comportamiento del empleo formal versus el informal. En la historia reciente, el informal creció permanentemente a tasas mayores del formal, tendencia que se revirtió en el primer trimestre de 2010. Desde entonces el trabajo formal ha comenzado a ganar el espacio perdido respecto el empleo informal.
Hago un llamado a que todos los colombianos, empresas, sociedad y gobierno trabajemos enfocados en prevenir condiciones que puedan afectar el bienestar de nuestros hogares como una fórmula para contener y reducir la informalidad y el desempleo. La prevención reduce las necesidades de atención.
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