lunes, 24 de noviembre de 2008

El empleo informal frente a la crisis

Para el Ministerio de Trabajo el empleo informal es el 40%. Pero estos datos sólo toman centros urbanos, con lo cual la informalidad real es mayor. Puede estimarse que 5,5 millones de trabajadores son informales y 6,5 formales (esta última es una cifra precisa). La destrucción de puestos de trabajo en la informalidad ya ha comenzado y es inmediata: el aumento de la concurrencia a comedores comunitarios es el indicador más importante que lo confirma.

Es que el trabajo informal o en negro es absolutamente flexible y entonces ajusta inmediatamente y sin red de asistencia social alguna. La Red Solidaria informa que el dato preciso sobre el aumento de la concurrencia a comedores populares y comunitarios en promedio nacional es del 22%, llegando en el Gran Buenos Aires al 30% y en el interior al 20%. Es posible que en el Conurbano la destrucción del empleo informal esté siendo más veloz. También en el Gran Buenos Aires están reapareciendo las ferias populares y los comedores barriales están ampliando sus actividades en la crisis, promoviendo acciones contra el paco y la inflación.

Escribe: Rosendo Fraga Mirador Nacional

Un mes atrás la prioridad en la relación entre el Gobierno y el sindicalismo estaba en la negociación para el pago de 500 pesos extras para todos los trabajadores a fin de año, para evitar reabrir las paritarias frente a una inflación real creciente.

En pocas semanas la prioridad de la política laboral pasó a ser impedir los despidos y suspensiones, aplicándose el llamado Procedimiento Preventivo de Crisis, por el cual las empresas están obligadas a anticipar a las autoridades laborales suspensiones y despidos.

En este contexto, la central obrera comenzó a plantear la necesidad de reestablecer el pago de la doble indemnización por despido, que se impuso en el peor momento de la crisis 2002 y que se terminó de suspender en 2007.

La crisis ha llevado a que entre el Ministerio de Trabajo, la CGT y la UIA se analizara primero un congelamiento de precios y salarios, después se intentara revitalizar el postergado Pacto Social y finalmente pareció constituirse un Comité de Crisis tripartito para realizar el seguimiento de la situación.

Se ha informado que hay 10.000 suspensiones en el sector industrial, pero más de 60.000 en el sector de la construcción.

Pero el problema central es que el deterioro social ha comenzado en forma más acelerada en el sector informal. En la estructura laboral argentina están trabajando 13 millones de personas. 6,5 son formales o en blanco y 5,5 informales o en negro. Entre ellos, el despido es inmediato cuando la economía comienza a frenarse, al igual que la disminución del salario y la reducción del tiempo de trabajo.

En una palabra: la caída de los ingresos es inmediata. De los formales, 2,5 son estatales, que no tienen riesgo en cuanto al mantenimiento de las fuentes de trabajo. De los 4 millones de formales privados, aproximadamente la mitad trabaja en empresas grandes y medianas y la otra mitad en PYMES.

Al comenzar octubre, el Ministerio de Trabajo impulsaba dos proyectos para reducir la informalidad en el ámbito rural, delineados en el marco el conflicto con el campo.

Pero la crisis les fue quitando prioridad. En la segunda semana de octubre, un informe de la Universidad Di Tella dio cuenta que la demanda laboral ha caído a los niveles de 2001, los meses previos al estallido de la convertibilidad y cuando ya la recesión había comenzado. La baja se da por séptimo mes consecutivo y es del 29% respecto al año anterior, habiéndose frenado la creación de puestos de trabajo.

Frente a ello, el INDEC informa que el desempleo se mantiene estable en 7,8%, siendo menor en el tercer trimestre que en el segundo y la Presidenta divulgó, al comenzar noviembre, que el desempleo había vuelto a bajar, siendo de 7,6%.

A su vez, la Universidad Católica Argentina sostiene que el desempleo ha llegado a un piso estructural del 8%, del cual difícilmente baje. Se trata de un informe previo a comienzo de los efectos de la crisis mundial, luego agravados por la local.

Al mismo tiempo, transcendió que por primera vez desde que el kirchnerismo llegó al poder, el desempleo en el conurbano está subiendo, llegando a los dos dígitos. A su vez el propio INDEC informó en la tercera semana de octubre que el 11,5% de las empresas industriales despedirá personal.

En la última semana de octubre, fuentes privadas estimaron que la crisis local está influyendo más en el aumento del desempleo que la crisis global. Paralelamente, los empresarios reunidos en el Coloquio Anual de IDEA advirtieron al Gobierno que las empresas grandes y medianas no podrán mantener el empleo como lo pretende la política del Gobierno.

Frente a un cuadro cada día más difícil en materia de empleo, el oficialismo intenta influir en el presente y el futuro con un dato del pasado: entre 2002 y 2008 se generaron en la Argentina 3 millones de puestos de trabajo y la tasa de empleo creció del 33,9% al 42,2%. Pero esta situación ha comenzado a cambiar y muy rápidamente.

Frente a este cuadro, el presupuesto 2009 sigue sin prever un aumento de las partidas sociales y mantiene una hipótesis de crecimiento del PBI del 4%, negando una vez más la realidad.

Advertir que la destrucción del tejido social es inmediata en los trabajadores informales -que son los que menos ganan, no tienen protección laboral ni obra social- resulta fundamental cuando tanto la situación internacional como la local nos muestran que se enfrenta una grave crisis económica.

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