El Heraldo
Por Tomás Betín del Río
Bogotá.
El Ejecutivo decretó un incremento del 3,4% en el salario mínimo para 2011. El jornal quedó en 532.500 pesos y el subsidio de transporte en 63 mil mensuales.
EL HERALDO habló al respecto con el líder de los trabajadores Julio Roberto Gómez.
¿Qué opina del salario mínimo para 2011?
Es decepcionante la actitud del Gobierno de Juan Manuel Santos. Él y su equipo económico se ponen del lado de los empresarios y no de los trabajadores, que fueron quienes lo llevaron al poder. Nueve millones de votos no merecían un actitud de esta naturaleza. Pudieron más los ‘apóstoles’ de Harvard del equipo económico que tienen un pensamiento retrógrado, de hace 15 años. No se dan cuenta de que no se pueden construir sociedades democráticas sin gente con trabajo digno, y menos en medio de esta ola invernal. Un incremento de 584 pesos diarios es una humillación a los trabajadores.
¿No fue escuchado el Vicepresidente?
Lo único rescatable fue la actitud del Vicepresidente, quien con anticipación dijo que el incremento tenía que ser superior al 3% que plantearon los empresarios. Pero ni siquiera eso fue respetado. Él fue coherente con lo que ha sido su vida como sindicalista.
¿Por qué fracasó la concertación con los empresarios?
Porque hay estereotipos que se han formado en el sector empresarial. Ellos suelen ligar los incrementos salariales a desempleo, a inflación y a informalidad, y si eso fuera cierto entonces estamos condenados al subdesarrollo. Y si fuera cierto, vámonos todos al salario mínimo, trabajadores y empresarios, porque como se los dije, que ellos hicieran el ejercicio de vivir un mes con el salario mínimo, como los más de 3 millones de trabajadores que sobreviven durante toda su vida con él y no menos de 8 millones de trabajadores en economía informal que tienen ingresos incluso inferiores.
Hay ejemplos latinoamericanos que contradicen a los empleadores…
Claro, países como Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, que incrementaron los ingresos de la clase trabajadora y la respuesta es menos desempleo, menos informalidad y un mejoramiento en la calidad de vida. Lula creó 15 millones de nuevos empleos; Argentina volvió a sistemas en materia de pensiones no del ahorro individual sino del sistema de prima media, volvieron al viejo sistema, porque consideraron que la práctica neoliberal del ahorro individual fracasó estruendosamente. Y claro, hay informalidad en estos países, pero no en los niveles en donde nosotros hemos llegado, con una tasa de informalidad de casi el 50 por ciento.
¿Tiene futuro la comisión de concertación?
La comisión está llegando a su fin, yo llevo 25 años en estos procesos de negociación y en los últimos 10 años solamente se ha acordado en dos ocasiones. Lo planteo simplemente como un ensayo: que el próximo año discutamos el tema salarial en el Congreso de la República, porque me gustaría conocer cómo es que los padres de la Patria se aumentan las dietas en algunas ocasiones muy por encima de la inflación mientras sus hijitos están en la miseria.
¿Cómo va su aspiración a Ministro del Trabajo?
Alguien me dijo que no era conveniente para mis aspiraciones como ministro que hubiese asumido una posición tan dura en la negociación, y yo he respondido que mi aspiración no es ser Ministro: mi proyecto de vida es la CGT. Lo que pasa es que cuando se me invitó, yo dije que sí, con un Ministerio del Trabajo con dientes, con una muy fuerte inspección de trabajo, controlando todo el tema que tiene que ver con formación profesional, Sena, ICBF, cajas de compensación familiar, el tema de pensionados, las políticas de empleo, las superintendencia de subsidio familiar, todo el tema de economía solidaria.
Crímenes a sindicalistas
“Lamentablemente, ese es un fenómeno que no ha cedido a los niveles que quisiéramos. Murieron 41 sindicalistas en 2010, la mayoría maestros. En febrero próximo viene una misión de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, a reunirse con las altas cortes, centrales obreras, empresarios, Congreso y entes de control. No se puede decir que este Gobierno propicie el asesinato de sindicalistas, pero sí que este es un país en conflicto, con paramilitares, guerrilla, narcotráfico y la corrupción de la clase política. Todas las familias de los 2.900 sindicalistas asesinados en los últimos 20 años en Colombia, necesitan saber el autor y necesitan justicia y reparación”.
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