El peligro es que crezca la desigualdad - lanacion.com
Es más que lógico que el abogado de la CGT, Héctor Recalde, se preocupe de defender a sus representados. Que no son otros que quienes tienen trabajo en blanco. Recalde ha hecho más que eso porque también ha presentado proyectos para defender a los informales, Es decir, a los empleados en negro. No es extraño que busque cada vez más mejoras y hasta participación en las utilidades, cuando las hay, de las compañías.
Pero corresponde al Gobierno equilibrar la mirada y los beneficios, cuando los hay. Es cierto que el empleo, desde 2002, ha aumentado mucho. Y también que algunos sindicatos particularmente fuertes consiguen mejoras salariales incluso superiores a la muy alta inflación que el Gobierno no reconoce y muchísimo más altos que la bajísima inflación que el Indec informa. Si es cierto que la inflación es tan baja como dice el Indec, muchas empresas están dando a los obreros incrementos que no pueden trasladar a los precios. Por lo tanto, según el Indec, los empleados se están quedando con una parte cada vez mayor de la renta.
Según el Indec, el proyecto de Recalde llega tarde. ¿Para qué intervenir legislando en un sistema que está funcionado tan bien con el esquema de paritarias?
Por otro lado, ¿por qué seguir dedicando tantos esfuerzos a mejorar la situación de gente que está, según las estadísticas oficiales, mejorando tanto y tan rápido su situación y no hacerlo por los menos favorecidos?
¿Qué hace el Gobierno para que los que no están empleados se sumen a ese grupo de, según las estadísticas oficiales, privilegiados? Poco. Las estadísticas oficiales muestran que, por ejemplo, la cartera de Trabajo tiene dinero para asistir en la capacitación de personas para mejorar sus posibilidades laborales y no lo gasta. Por otro lado, una gran pregunta que el Gobierno podría hacerse es: ¿por qué ésta economía que crece tanto genera tan pocos nuevos empleos formales y mantiene a tantas familias necesitadas de la asignación universal por hijo?
¿Si se participan las ganancias a los empleados no se generarán diferencias injustas? ¿Habrá igual mecanismo para los empleados públicos? ¿Existe la posibilidad de que el Banco Central o el Nación no les pasen sus utilidades al Tesoro para repartirlas entre sus empleados? ¿Las cuentas nacionales resignarán superávit para repartirlo entre los empleados públicos y los miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad? Si la respuesta es no, es que los servidores públicos serán empleados "de segunda".
Néstor Kirchner, al apoyar la iniciativa desde la tribuna con un discurso de campaña, equiparó la participación en las utilidades con los premios por productividad. Son dos cosas completamente distintas y confundirlas puede ser un grave error. El gran desafío para la Argentina es aumentar su productividad, como mínimo, al mismo ritmo que el resto del Mercosur y hacer empleable a un porcentaje mucho mayor de la población. No se ven iniciativas en ese sentido.
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