París, 8 abr (EFECOM).- México y Brasil se han desmarcado en los últimos años de la tendencia general en Latinoamérica y en el mundo desarrollado del incremento del trabajo en la economía sumergida, el que carece de derechos sociales, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Juan Ramón de Laiglesia, coautor de un informe de la OCDE sobre el empleo informal, destacó hoy en su presentación a la prensa el descenso en Brasil y México del peso relativo de este fenómeno, referido a los trabajadores que carecen de Seguridad Social.
En el conjunto de Latinoamérica, los trabajadores del sector informal representaban el 52,5% en el periodo 1990-94, una cifra que subió al 54% en 1995-99 y al 57% en 2000-2007.
Paralelamente, las cifras para Brasil fueron del 60%, del 60% y del 51,1%, respectivamente; mientras que en México se situaron en el 55,5%, el 59,4% y el 50,1%.
Laiglesia se refirió a programas puestos en marcha recientemente en esos países para favorecer la integración de los trabajadores informales, como la extensión de la cobertura sanitaria en México o la creación de un régimen tributario específico en Brasil.
El porcentaje de informalidad del mercado laboral en Latinoamérica es inferior al del Africa subsahariana (76% en 1990-94) o al del sudeste asiático (69,9% en 1995-99), pero superior al de otras regiones en desarrollo como Oriente Medio (43,2% en 2000-2007) o Africa del norte (47,3% en 2000-2007).
Dentro de América Latina hay una amplia horquilla que va del 35,8% en Chile, el 37,6% en Panamá o el 38,4% en Colombia, al 92,6% en Haití, el 74,9% en Ecuador, el 67,9% en Perú o el 65,5% en Paraguay.
Una de las peculiaridades de Latinoamérica, según Laiglesia, es que "hay informalidad dentro del sector formal" y "mucha zona gris" con sectores que comparten elementos de la economía declarada y de la sumergida.
En esa misma línea, en América Latina más que en otras regiones una parte de los trabajadores han optado voluntariamente por estar en el sector informal, que les permite eludir obligaciones fiscales al tiempo que tienen un cierto grado de protección social, ya que existe el Estado del Bienestar, aunque sea incipiente.
Otra de las características latinoamericanas es la gran movilidad de trabajadores entre el sector formal e informal, como lo demuestra que un 25% de los trabajadores formales en 2002 hubieran pasado a ser informales en 2005.
Laiglesia puso el acento en que trabajar para formalizar el mercado laboral tiene sentido para mejorar la protección social, pero también tiene fines de mayor recaudación fiscal.
Para ilustrarlo citó un estudio mexicano de acuerdo con el cual si todo el empleo informal pasara a ser formal, los ingresos fiscales aumentarían en medio punto de Producto Interior Bruto (PIB). EFECOM ac/jam/jmj
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