Informe de la OIT pronostica que 22 millones de ellas se quedarían sin trabajo debido a la inequidad.
Mirella Intriago y María Guagua, dos comerciantes que desarrollan su labor en las calles de Guayaquil, ven la crisis económica del mundo con diversas ópticas. Para la primera, que expende artesanías, “ese problema es algo que no tiene nada de nuevo. Crisis siempre ha existido”. Para la otra, que a sus clientes ofrece ropa, “es una realidad que se siente en las escasas ventas”.
Es precisamente ese colectivo, el de las mujeres, el que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) será el más golpeado por la crisis económica.
El informe del organismo llamado “Tendencias de empleo para las mujeres” reza que a nivel mundial, el porcentaje de desempleo de ellas podría llegar hasta el 7,4%, frente al 7% de los hombres.
Estadísticas de la OIT destacan que de los 3.000 millones de personas empleadas en todo el mundo en 2008, 1.200 millones eran féminas, es decir, un 40,4%.
Entre las razones que los expertos alegan para explicar el negativo impacto en las mujeres, sobre todo a las de Latinoamérica, se encuentra que antes de la crisis, en la región, la brecha entre el empleo masculino y el femenino ya era muy grande.
En Ecuador esa desigualdad a la que hace referencia la OIT se evidencia en el acceso al empleo. De los 4’225.404 ocupados del país (en el área urbana de las principales ciudades), 2’473.054 son hombres y 1’752.352 son mujeres, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Mariana Giler, gerenta de la cooperativa De Todas, que apoya con créditos a las mujeres trabajadoras, considera que la proyección del organismo internacional tiene un alcance evidente en las ecuatorianas, pues “en el hogar son las que resuelven los problemas económicos. Generalmente los esposos entregan el dinero y ellas tienen que solucionar las necesidades”, sostiene Giler.
Ella agrega que hay muchos casos en los que las familias tienen jefa de hogar y por eso “las mujeres serán afectadas”.
En el país, el 22,1% de los hogares no pobres y 27,7% de los hogares pobres tienen jefatura femenina. El 44,8% de las mujeres no tienen ingresos propios frente al 18,7% de hombres; 46,6% de mujeres con cónyuge no tiene ingresos propios.
La OIT prevé que el nivel global de desempleo pueda llegar hasta el 6,3% en el escenario más optimista, y hasta el 7,1% en el más pesimista, lo que significaría un incremento de entre 24 millones y 52 millones de desempleados.
De ellos, entre 10 millones y 22 millones serían mujeres. En el caso de los hombres las cifras son inferiores.
Marola Vallejo, líder de la Asociación de Mujeres Artesanas que trabajan con Bambú en el cantón Naranjito, coincide con el informe en lo que se refiere a que ellas serán más perjudicadas debido a que están insertas en menor cantidad en el mercado laboral, en relación con los hombres.
De allí que sugiere como una alternativa que el Estado impulse proyectos productivos exclusivos para dicho colectivo con la finalidad de que, a la vez, las madres puedan cuidar de sus hijos y trabajar. “La otra solución sería emigrar a otro país en busca de un empleo, pero se produciría la división de la familia y habría más problemas sociales”.
No obstante, el organismo internacional señala que uno de los puntos débiles de la mujer es que desarrolla más trabajos informales que los hombres.
El INEC en su último registro resalta que en el mercado laboral, en el sector informal trabaja el 44,3% de mujeres, frente al 42,5 % de hombres. Mientras que el formal está ocupado por el 36,2% de ellas, frente al 44,5% de ellos.
El analista económico, Mauricio Ramírez, no coincide con la visión del informe de la OIT en ese punto. Para el decano de la Facultad de Economía y Ciencias Empresariales de la UEES, precisamente, el trabajo informal que se autogeneran las mujeres es el que permitirá que muchas madres puedan sostener el hogar en caso de despido de los esposos.
“Las mujeres están mejor preparadas para enfrentar una crisis. Tienen más experiencia en la generación de ingresos en el trabajo informal. La prueba es que muchas ahora trabajan con microcréditos. Las mujeres están más calificadas y son mejor sujeto de crédito”, refuta.
Una de las propuestas estatales que le han apuntado a los pequeños préstamos es el Crédito de Desarrollo Humano, el cual ha atendido a 158.412 solicitantes que fortalecieron sus negocios. El 95% de los comercios es de mujer.
Sobre el tema, la Unidad de Género y Juventud del Ministerio de Trabajo no quiso pronunciarse, pues la coordinación adujo no tener autorización para hacerlo.
Óscar Mendoza, decano de la Facultad de Ciencias Humanísticas y Económicas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), analiza que el problema en las mujeres se daría en las que tienen menor preparación académica y quienes presenten mayores índices de pobreza. “La empresa al momento de despedir no se fijará si es un hombre o una mujer, sino en si el empleado es últil o no”, observa el analista.
En el aspecto académico, en 2007, en el área urbana, el 84,1% de las mujeres y el 87,3% de los hombres completaron la enseñanza primaria. La de-siguadad de género se evidenció más en el sector rural. Tan solo 59,9% de las mujeres terminaron y aprobaron el nivel primario, esto es cinco puntos porcentuales menos que los hombres (64.7%). En 2006 el analfabetismo en las mujeres fue de 10,3%, en los hombres fue de 7,7%.
MIRELLA INTRIAGO
Comerciante informal
“La crisis económica nos afecta más a las mujeres porque somos nosotras las que tenemos que hacer alcanzar el dinero en la casa”.
MAURICIO RAMÍREZ
Analista económico de la UEES
“Las mujeres son las que están más preparadas para enfrentar la crisis económica porque ellas se crean las fuentes de trabajo. A diferencia de ellos”.
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