Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 30 oct 08 (CIMAC).- Debido a la falta de políticas públicas que permitan conciliar el trabajo en el hogar y los cuidados maternos con el ámbito laboral, las mujeres en México deciden no tener hijas e hijos o tener un menor número de ellos para poder participar en la economía formal, refiere el estudio Economía productiva y reproductiva en México: un llamado a la conciliación, realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), este año.
Las políticas de conciliación entre la vida productiva y reproductiva de las mujeres, como las licencias compartidas para madres y padres, servicios de cuidado infantil y horarios flexibles, podría impulsar a las mujeres a incorporarse al mercado laboral sin que se genere un descenso en la fecundidad, indica el estudio.
En México en las últimas décadas se ha registrado “un decisivo y rápido” descenso de la fecundidad de 5.7 hijas e hijos por mujer en 1976, a 2.2 en 2006, debido principalmente al uso de anticonceptivos, fenómeno acompañado de un aumento en la participación de las mujeres en el ámbito laboral.
El descenso en la fecundidad y el aumento de la participación femenina en actividades económicas se suscita sobre todo en países que no cuentan con una legislación que concilie la vida productiva de las mujeres con la reproductiva, afirma la CEPAL.
Por el contrario, cuando el incremento en la participación económica de las mujeres es apoyado con políticas apropiadas de conciliación, el número de trabajadoras asciende sin que por ello descienda la tasa de fecundidad, asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El documento señala que países con alta participación de la mujer en el ámbito laboral, como Suecia, las mujeres tienen más hijas e hijos que en otros en donde las mujeres tienen menor inserción económica, como Alemania, Italia y Japón.
EN MÉXICO
En México a pesar de que el número de hijas e hijos ha disminuido, las madres que están en el mercado laboral representan una cifra elevada. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2006, el 68.3 por ciento de las mujeres económicamente activas tenía hijos y el 31.7 no tenía.
Asimismo, la ENOE en 2000 muestra que antes de los 25 años de edad, la mitad de las mujeres del país ya han sido madres y al finalizar su etapa reproductiva 93.5 por ciento de las mujeres han tenido por lo menos una hija o hijo.
En tanto, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), en 2006, indica que la participación económica de las mujeres dentro del sector informal es mayor, “muy probablemente”, menciona el estudio de la CEPAL, debido a una mayor necesidad de generar ingresos para mantener hogares con más hijas e hijos, pues sólo el 28.7 por ciento del total de mujeres en este sector no tiene descendencia, el resto tiene al menos una hija o hijo.
En la economía informal, la inserción de las mujeres es mayor porque les facilita combinar responsabilidades productivas con las reproductivas, menciona la CEPAL en su estudio.
08/GCJ/GG
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