El mercado laboral está divorciado del impulso económico del sector
El desempleo en el sector construcción fue de 15% al cierre del primer semestre, según reportó el INE (AP)
En plena expansión de la economía venezolana, la tendencia de la industria manufacturera apunta hacia la dirección contraria, y es que las señales indican que su capacidad empleadora se reduce paulatinamente.
De acuerdo a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la proporción de empleos formales en el sector industrial pasó de 16,7% de la población ocupada en el primer semestre de 1999 hasta 14,3% en la primera mitad de este año.
Sin embargo, el comportamiento no se ha centrado en una migración de trabajadores formales al sector informal, pues estos últimos tampoco han mostrado importantes avances. Los empleos informales cayeron levemente en los últimos nueve años, al situarse en 9% de la población ocupada en el primer semestre de este año, contra 9,9% que se registraba al transcurrir los primeros seis meses de 1999.
En términos generales, se trata de un retroceso de la capacidad empleadora de una actividad que tradicionalmente ha movilizado al sector laboral, debido a su alta generación de puestos de trabajo.
Tendencias opuestas La tendencia no ha sido por la falta de ánimo en esa actividad, al contrario, el desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero ha sido positivo en los últimos años.
A excepción de los años en que se desarrolló el paro petrolero, el sector industrial ha mostrado tasas de crecimiento superiores a 3%, según los registros históricos del Banco Central de Venezuela (BCV).
Aun con este panorama positivo, el empleo formal en la actividad manufacturera se contrae y algunos representantes gremiales han advertido en el pasado que el peso de leyes laborales más estrictas y los conflictos de trabajadores provocan un nivel alto de inestabilidad.
Más recientemente, la vicepresidenta de la comisión de asuntos laborales de Conindustria, Maryolga Girán, advertía que el costo de la nómina se ha duplicado desde el año 2003 debido al efecto de los cambios legales aprobados desde entonces.
El INE señala en su reporte semestral sobre la fuerza de trabajo que el desempleo en el sector manufacturero se situó en 6,8% al cierre de la primera mitad del año, por debajo del promedio de 7,8% que registró el mercado laboral en ese período.
Construcción de capa caída La situación en el sector construcción es un poco diferente, pero igualmente alarmante, pues no ha mostrado mejoras en los últimos nueve años.
Los empleos formales en esa actividad pasaron de representar 7% de la población ocupada en el primer semestre de 1999 hasta 7,8% al cierre de la primera mitad de este año, de acuerdo a los datos del INE.
Para la reactivación que ha registrado la construcción, especialmente en los últimos años, el mantenimiento del porcentaje de empleos formales resulta una señal de pobre desempeño.
Pero cuando se observa la tendencia de los empleos informales en este sector, la perspectiva cambia. La inercia de la formalidad obedece más bien a la migración de los empleados y obreros de la construcción hacia el sector informal de la economía.
Es así como las cifras del organismo gubernamental indican que el porcentaje de trabajadores informales de esta actividad pasó de 8,9% en la primera mitad de 1999 hasta 11,4% al terminar los primeros seis meses de este año.
El sector construcción ha mostrado, al igual que el manufacturero, un impulso económico importante en los últimos años, con tasas de crecimiento del PIB que superan 7% y que, incluso, han rozado 30% en alguna oportunidad.
En lo que respecta al desempleo, éste registra 15% en el primer semestre, uno de los niveles más altos.
De acuerdo a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la proporción de empleos formales en el sector industrial pasó de 16,7% de la población ocupada en el primer semestre de 1999 hasta 14,3% en la primera mitad de este año.
Sin embargo, el comportamiento no se ha centrado en una migración de trabajadores formales al sector informal, pues estos últimos tampoco han mostrado importantes avances. Los empleos informales cayeron levemente en los últimos nueve años, al situarse en 9% de la población ocupada en el primer semestre de este año, contra 9,9% que se registraba al transcurrir los primeros seis meses de 1999.
En términos generales, se trata de un retroceso de la capacidad empleadora de una actividad que tradicionalmente ha movilizado al sector laboral, debido a su alta generación de puestos de trabajo.
Tendencias opuestas La tendencia no ha sido por la falta de ánimo en esa actividad, al contrario, el desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero ha sido positivo en los últimos años.
A excepción de los años en que se desarrolló el paro petrolero, el sector industrial ha mostrado tasas de crecimiento superiores a 3%, según los registros históricos del Banco Central de Venezuela (BCV).
Aun con este panorama positivo, el empleo formal en la actividad manufacturera se contrae y algunos representantes gremiales han advertido en el pasado que el peso de leyes laborales más estrictas y los conflictos de trabajadores provocan un nivel alto de inestabilidad.
Más recientemente, la vicepresidenta de la comisión de asuntos laborales de Conindustria, Maryolga Girán, advertía que el costo de la nómina se ha duplicado desde el año 2003 debido al efecto de los cambios legales aprobados desde entonces.
El INE señala en su reporte semestral sobre la fuerza de trabajo que el desempleo en el sector manufacturero se situó en 6,8% al cierre de la primera mitad del año, por debajo del promedio de 7,8% que registró el mercado laboral en ese período.
Construcción de capa caída La situación en el sector construcción es un poco diferente, pero igualmente alarmante, pues no ha mostrado mejoras en los últimos nueve años.
Los empleos formales en esa actividad pasaron de representar 7% de la población ocupada en el primer semestre de 1999 hasta 7,8% al cierre de la primera mitad de este año, de acuerdo a los datos del INE.
Para la reactivación que ha registrado la construcción, especialmente en los últimos años, el mantenimiento del porcentaje de empleos formales resulta una señal de pobre desempeño.
Pero cuando se observa la tendencia de los empleos informales en este sector, la perspectiva cambia. La inercia de la formalidad obedece más bien a la migración de los empleados y obreros de la construcción hacia el sector informal de la economía.
Es así como las cifras del organismo gubernamental indican que el porcentaje de trabajadores informales de esta actividad pasó de 8,9% en la primera mitad de 1999 hasta 11,4% al terminar los primeros seis meses de este año.
El sector construcción ha mostrado, al igual que el manufacturero, un impulso económico importante en los últimos años, con tasas de crecimiento del PIB que superan 7% y que, incluso, han rozado 30% en alguna oportunidad.
En lo que respecta al desempleo, éste registra 15% en el primer semestre, uno de los niveles más altos.
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