Se estima que 60 por ciento de los mexicanos se desempeña en el comercio informal, convirtiéndose en el principal espacio de ocupación laboral de la población e impactando negativamente en las perspectivas de desarrollo de la nación, ya que la economía informal no genera bienes públicos, ni beneficios para el conjunto de la sociedad, señaló el director general del Instituto para la Protección Privada de la Propiedad Intelectual y el Comercio Ilegal, Fidel López García.
El especialista expresó que ante la imposibilidad de la economía mexicana no sólo de generar los empleos necesarios, sino de responder a los requerimientos de consumo mínimos indispensables, la economía informal se convierte en una válvula de escape, ya que al empleo se suma la subvención del poder adquisitivo de por lo menos 60 por ciento de la población.
Durante su conferencia Economía informal, ilegalidad, criminalidad, corrupción e impunidad en la Universidad Autónoma del Estado de México, destacó que a largo plazo la economía informal representa una limitante para sustentar el crecimiento del país.
López García señaló que en México la reproducción, el almacenamiento, distribución y venta de bienes y servicios se desarrolla en la ilegalidad y sin consecuencias legales de ninguna especie; abundó que nueve de cada 10 películas que se ven, son reproducciones ilegales de su original; 70 por ciento de las obras musicales son piratas y el desarrollo de plataformas electrónicas permite que en México se usen clandestinamente 160 mil millones de canciones al año.
Agregó que cerca de siete de cada 10 prendas de vestir, son piratas, de contrabando o robadas; de igual forma 61 por ciento del software que se consume se encuentra en esta condición; mientras que 60 por ciento del calzado, y en el caso de los tenis 2 de cada 3 pares son ilícitos.
Ante la comunidad estudiantil de la Facultad de Economía, destacó que esta situación obstaculiza la posibilidad de integrarnos competitivamente al concierto internacional, e impide la inversión en capital humano, inhibe la creación de productos de valor agregado que serán los que permitirán competir o no hacia 2025 de manera exitosa.
Para el experto, la variable en la economía informal tiene que ver con la desigualdad social, el desempleo y la precariedad económica que caracteriza el escenario; en estos términos, dijo, 17 por ciento de la población mexicana vive en pobreza alimentaría, es decir, 20 millones de mexicanos tienen ingresos insuficientes que impiden satisfacer sus necesidades.
El 25 por ciento de la población mexicana vive en pobreza de capacidades, quiere decir que sus ingresos le permiten comer más o menos bien, pero no tienen recursos para satisfacer necesidades de educación y de salud. Y 47 por ciento, es decir, 50 millones de mexicanos, viven en pobreza de patrimonio, esto significa que tienen ingresos para comer, satisfacer sus requerimientos de salud y educación en instituciones públicas, pero su ingreso les impide satisfacer necesidades de vestido, calzado, vivienda y transporte, puntualizó.
“Lo anterior indica que más de 25 millones de personas se ocupan de la formalidad, y si se les resta trabajadores agrícolas y domésticos quedan un total de entre 13 y 14 millones de mexicanos que cotidianamente se despliegan en actividades al margen de la ley. Pero si a esta variable se suma los diez mil 200 pesos que recibe en promedio al mes una persona salariada en México, nos lleva a un escenario de precariedad económica extrema”.
Este porcentaje de la población, dijo Fidel López García, acude a la economía informal, primero para ocuparse y tener ingresos, pero también para satisfacer requerimientos indispensables para un mínimo desarrollo personal y social.
Sin embargo, subrayó que dicha actividad ofrece un espacio de contacto con la ilegalidad, la criminalidad, corrupción en un escenario que trae consigo el fomento de la impunidad que pasa por alto el respeto a la ley.
El especialista expresó que ante la imposibilidad de la economía mexicana no sólo de generar los empleos necesarios, sino de responder a los requerimientos de consumo mínimos indispensables, la economía informal se convierte en una válvula de escape, ya que al empleo se suma la subvención del poder adquisitivo de por lo menos 60 por ciento de la población.
Durante su conferencia Economía informal, ilegalidad, criminalidad, corrupción e impunidad en la Universidad Autónoma del Estado de México, destacó que a largo plazo la economía informal representa una limitante para sustentar el crecimiento del país.
López García señaló que en México la reproducción, el almacenamiento, distribución y venta de bienes y servicios se desarrolla en la ilegalidad y sin consecuencias legales de ninguna especie; abundó que nueve de cada 10 películas que se ven, son reproducciones ilegales de su original; 70 por ciento de las obras musicales son piratas y el desarrollo de plataformas electrónicas permite que en México se usen clandestinamente 160 mil millones de canciones al año.
Agregó que cerca de siete de cada 10 prendas de vestir, son piratas, de contrabando o robadas; de igual forma 61 por ciento del software que se consume se encuentra en esta condición; mientras que 60 por ciento del calzado, y en el caso de los tenis 2 de cada 3 pares son ilícitos.
Ante la comunidad estudiantil de la Facultad de Economía, destacó que esta situación obstaculiza la posibilidad de integrarnos competitivamente al concierto internacional, e impide la inversión en capital humano, inhibe la creación de productos de valor agregado que serán los que permitirán competir o no hacia 2025 de manera exitosa.
Para el experto, la variable en la economía informal tiene que ver con la desigualdad social, el desempleo y la precariedad económica que caracteriza el escenario; en estos términos, dijo, 17 por ciento de la población mexicana vive en pobreza alimentaría, es decir, 20 millones de mexicanos tienen ingresos insuficientes que impiden satisfacer sus necesidades.
El 25 por ciento de la población mexicana vive en pobreza de capacidades, quiere decir que sus ingresos le permiten comer más o menos bien, pero no tienen recursos para satisfacer necesidades de educación y de salud. Y 47 por ciento, es decir, 50 millones de mexicanos, viven en pobreza de patrimonio, esto significa que tienen ingresos para comer, satisfacer sus requerimientos de salud y educación en instituciones públicas, pero su ingreso les impide satisfacer necesidades de vestido, calzado, vivienda y transporte, puntualizó.
“Lo anterior indica que más de 25 millones de personas se ocupan de la formalidad, y si se les resta trabajadores agrícolas y domésticos quedan un total de entre 13 y 14 millones de mexicanos que cotidianamente se despliegan en actividades al margen de la ley. Pero si a esta variable se suma los diez mil 200 pesos que recibe en promedio al mes una persona salariada en México, nos lleva a un escenario de precariedad económica extrema”.
Este porcentaje de la población, dijo Fidel López García, acude a la economía informal, primero para ocuparse y tener ingresos, pero también para satisfacer requerimientos indispensables para un mínimo desarrollo personal y social.
Sin embargo, subrayó que dicha actividad ofrece un espacio de contacto con la ilegalidad, la criminalidad, corrupción en un escenario que trae consigo el fomento de la impunidad que pasa por alto el respeto a la ley.
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