martes, 28 de junio de 2011

Mayoría de microempresas son informales por alta carga fiscal

San Pedro Sula, Honduras



Las cifras del viceministerio para la micro, pequeña y mediana empresa indican que de las aproximadamente 297,000 empresas que entran dentro de la categoría micro, hasta un 60% se mantienen en la informalidad, principalmente por las cargas tributarias a las que tendrían que hacer frente de dar ese paso.

Aunque también existe entre los microempresarios preocupación por el cumplimiento de otras obligaciones laborales como las cotizaciones al Seguro Social y el pago del salario mínimo, son las obligaciones fiscales las que generan mayor preocupación.

“Honradamente, muchos microempresarios tienen temor de tener que pagar impuestos; el temor es que aparezcan las autoridades municipales o la DEI cobrándoles impuestos y que sus utilidaes prácticamente se diluyan en esas cargas impositivas”, reconoce Gunther Laínez, viceministro para las mipymes de la Secretaría de Industria y Comercio, SIC.

Piden exoneraciones

En vista del incremento de los costos de producción por el alza general a las materias primas en los mercados globales, el sector microempresarial se encuentra en una posición particularmente vulnerable, lo que ha motivado iniciativas para solicitar alivios fiscales para el sector productivo, que en muchos casos, si bien no han abandonado el ámbito informal, ven algún beneficio en formar parte de alguna asociación del gremio.

José Enrique Núñez, presidente de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras, Anmpih, comentó que su organización ha estado proponiendo a las autoridades de Gobierno conceder algunos beneficios fiscales que les permitan enfrentar el complicado panorama económico actual, a la vez que puedan servir como incentivo de crecimiento de un gremio que emplea hasta el 70% de los trabajadores hondureños. “Estamos trabajando con las autoridades para meter un paquete de beneficios fiscales para tratar de dar programas de compensación a las mipymes”, dice Núñez.

Entre estos planteamientos se contempla exoneraciones para empresas que cuenten con un número bajo de trabajadores o para nuevos emprendimientos, es decir microempresas que apenas comienzan a abrirse camino; también se plantean exoneraciones para pequeños volúmenes de importación de equipo y maquinaria, así como alguna reducción en el pago del impuesto sobre la renta.

Este tipo de propuestas encuentran un eco entre los economistas, quienes también consideran que el sector microempresarial es el fundamento sobre el que se sostiene la actividad económica nacional.


Para el caso, Jorge Interiano, presidente del capítulo sampedrano del Colegio Hondureño de Economistas, CHE, sostiene que “si se exonera a las mipymes de ciertas obligaciones fiscales durante un tiempo prudencial estarían dispuestas a inscribirse dentro del mercado formal”.

Interiano señala que a ciertas empresas grandes se les han concedido exenciones vitalicias, por lo que le salta la pregunta: “¿Por qué no darle veinte años a la micro y pequeña empresa?”.

La idea es que durante el período de exoneración estas microempresas, al verse libres de la carga tributaria, puedan prosperar, desarrollarse, crecer y sobre todo, generar más empleo. “Al final, el Gobierno tendrá más ingresos tributarios, que viene a ser un beneficio tangible a largo plazo”, dice Interiano.

Incentivo a formalizar

Además de las medidas de tipo fiscal, Laínez refiere que la dependencia que dirige busca implementar un programa para la creción de “empresas de economía social”, mediante el cual se pretende motivar a los microempresarios a considerar las ventajas de asociarse en microempresas más grandes y de paso, formalizarse.

El funcionario explica que “a través de la asociatividad, el microempresario deja de ser un individuo y pasa a ser parte de una empresa de más de once individuos, lo que les permitirá profesionalizarse, recibir asesoría en planificación, capacitación, y programas de desarrollo empresarial”.

Mediante un proyecto piloto, a implementarse en los mercados capitalinos en los próximos meses, se exhortaría a estos microempresarios a asociarse y formalizarse, de tal manera que hagan frente a las obligaciones fiscales como grupo en lugar de como individuos.

Dependiendo de los resultados de esta iniciativa, el proyecto de estas empresas de economía social sería llevado a otras partes del país.

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