Aunque hace unas semanas el economista Hernando de Soto declaró que no tenía enemigos de por vida, refiriéndose a Mario Vargas Llosa y la añeja rivalidad que ambos sostienen, en los últimos días retó al escritor a debatir acerca de la campaña electoral y la polémica se encendió.
Jueves, 26 de mayo del 2011
Autor: Cristian Velasco
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El domingo 22 de mayo, el economista Hernando de Soto aseguró en un programa de televisión que estaba dispuesto a debatir con el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, sobre cualquier tema relacionado con la política y las elecciones del 5 de junio.
De Soto, quien se sumó al equipo de asesores de Keiko Fujimori hace unas semanas, dijo además que quería que le pusieran enfrente al padre, no al hijo, refiriéndose a Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor, quien también se ha mostrado favorable a la postulación de Ollanta Humala y en contra de quienes apoyan a la candidata de Fuerza 2011.
“Yo lo que quiero es que la persona que me acusó en su libro (aludiendo a El pez en el agua, de Vargas Llosa papá) de haber participado en un golpe de Estado, cosa que no es cierta, sea quien me enfrente cara a cara y que no mande mensajes grabados desde Madrid ni a través de su hijo”, sostuvo el economista.
De Soto dijo también que estaba dispuesto a debatir sobre todo lo que el escritor quisiera. “No solo sobre el pasado, sobre los noventas, cuando se liquidó a Sendero Luminoso y se acabó con la hiperinflación. Sobre todo que aclare cómo un liberal puede avalar a un candidato con un plan de gobierno chavista, aislacionista y que va contra el libre mercado”.
El mismo día, horas antes, Mario Vargas Llosa había salido en otro programa de televisión en una entrevista grabada desde Madrid donde confirmaba su adhesión a Ollanta Humala e instaba a la población a votar por el candidato de Gana Perú y no por Keiko Fujimori.
“Ella cree que el gobierno de su padre es el mejor gobierno. Con todos sus muertos, con todos sus desaparecidos y con todos los terribles estragos que causó para las instituciones la existencia de una dictadura que comenzó cerrando el Parlamento, que atropelló el Poder Judicial y convirtió la oficina de Montesinos en el verdadero centro del Perú, eso es un oprobio, una vergüenza para el país y los peruanos que creemos en la democracia debemos hacer lo que sea para impedirlo”, puntualizó el Nobel.
Luego, refiriéndose a Humala, expresó: “Yo creo que Ollanta, influido por las circunstancias, va a ser lo suficientemente lúcido para saber que si sube al poder e intenta una revolución tipo Chávez, el Perú entero se levantaría, se incendiaría (...), y saldría a las calles y yo con ellos”.
“Ese peligro está descartado y depende probablemente más de quienes apoyemos a Humala que del propio Humala”, explicó. “Si un sector de independientes y demócratas identificados con una política económica de libertad de mercado, de respeto a las empresas y estímulo a la inversión, apoyamos a Humala es con la exigencia de que ese modelo económico que está dando buenos frutos en el Perú sea respetado. Con eso queremos que Humala sea un gobernante no revolucionario, sino democrático”.
La única garantía que esgrimió el escritor para hacer tales afirmaciones fue que Humala le había quitado a su plan de gobierno los “temas inquietantes”. En ningún momento se le ocurrió que Humala, simplemente, pudiera estar mintiendo a los electores para ganar las elecciones ni que, una vez en el poder, pudiera poner en práctica los “temas inquietantes”.
En respuesta al desafío lanzado por Hernando de Soto a su papá, Álvaro Vargas Llosa contestó: “Esta es una simpática payasada de mi amigo ‘Peluca’ De Soto. Lo que quiere es desviar la atención. La Universidad Católica nos invitó a él y a mí a tener una discusión pública sobre mi afirmación de que él es un fraude intelectual”.
Agregó: “Él corrió como un conejo de ese reto, como había corrido de Gustavo Gorriti, que puso al descubierto que en el discurso que De Soto le preparó al dictador (Alberto Fujimori) y que el dictador leyó en Las Bahamas para justificar el golpe del 92 utilizó sin autorización frases extraídas de textos de dos intelectuales norteamericanos”.
“En mi caso, yo puse al descubierto en el 2004 que la investigación original de la economía informal la hizo en el Perú el antropólogo norteamericano William Manging”, continuó, “que estuvo en el Perú en los años cincuenta y que hizo una minuciosa investigación de la economía informal en Lima y extrajo conclusiones muy parecidas a las que años después extraería De Soto (publicadas en El Otro Sendero), solo que De Soto no dio ningún crédito al investigador original. Por eso yo sostengo que él es un fraude intelectual”.
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