ELIMPULSO.COM - Mercado San Juan variado y creciente

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El calor activa los olores de aquellas hortalizas, frutas y verduras que se han instalado en los mesones para que la gente escoja.
Huele a condimento, a hierbas frescas, a incansable trabajo de quienes se levantan muy temprano en el día que los demás descansan, para ofrecer a precios solidarios, productos a los barquisimetanos que gustan de ir a los mercados populares.
Uno de ellos, quizá el más famoso de nuestra ciudad, es el San Juan, el cual comienza desde la carrera 13 y se extiende hasta la 15, entre las calles 37 hasta casi llegar al Parque Ayacucho.
Se encuentra de todo, pero cada cosa sumergida en un desorden ordenado que sólo entiende quien allí vende, el comprador habitual y aquel que se adentra con cautela por sus angostos pasillos de improvisación.
Los días domingo, cuando los mesones de lata y los tarantines de hierro se levantan, es posible contar hasta tres mil puntos de economía informal, cuyos dueños le dan duro a la vida para progresar.
"Aquí he levantado a mi familia", dice Teresa Guédez, quien, estando embarazada de su hijo de 29 años, se iba al mercado a trabajar.
Teresa llega a las 7:00 de la mañana cada domingo. "No vengo antes porque usted sabe como está la inseguridad". Hay muchos quienes llegan a esa hora porque han pagado para que "los meseros" armen sus estructuras en el lugar habitual, desde la noche del sábado. Cada mesero cobra entre 20 y 30 bolívares por el servicio de armar, desarmar y guardar.
Sin embargo, hay gente que se instala desde las 4:00 de la madrugada para armar sus propios tarantines y disponer su mercancía en venta.
El señor Julián Ramos lleva 30 de sus 75 años de edad, trabajando en el San Juan. "Yo armo el puesto porque no tengo para pagar. Vendo batas para damas y medias deportivas. Vengo aquí para divertirme, porque casi no se vende".
Ramos recuerda que en ese populoso lugar siempre ha ido mucha gente. "Cuando yo venía en los años 50 ya había gente", dice.
En el Mercado San Juan se puede encontrar muchas cosas: ropa de bebé, uniformes escolares, cosméticos, ropa de dama, niño y caballero, plantas, ropa interior, juguetes, alimentos, zapatos, frutas, carne y mucho más. Los precios son considerablemente más bajos que en tiendas por departamento o centros comerciales. De ahí, la preferencia de la gente.
El San Juan está abierto todos los días en su sede física. Pero los puestos itinerantes sólo se instalan los domingos.
Los comerciantes de este espacio de la ciudad, reclaman la constitución de una asociación que los represente y organice, ya que hasta ahora las iniciativas son tímidas y sin muchos resultados que mostrar.