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Autor: Rodrigo Vallejo Sánchez
Con muchos bombos y platillos fue presentado el proyecto de ley del primer empleo, si bien debo reconocer que este gobierno quiere cumplirle al pueblo colombiano y seguir mostrando que se puede trabajar desde la unidad, pues esta propuesta fue del partido Liberal de su entonces candidato el ex ministro Rafael Pardo, que a propósito del tema decía: “La ley de primer empleo será una garantía para quienes inician la vida laboral. Luego de estudiar y prepararse no es justo que todo ese conocimiento se pierda en una búsqueda eterna de trabajo”, pues bien radicado, el proyecto en mi sentir este no refleja para nada lo que el candidato decía y menos lo que los jóvenes estaban esperando, es más lo que los potenciales empresarios requieren para hacer su realidad de pasar de empleado a empresario.
El proyecto de ley está estructurado en cuatro partes: 1. Incentivos para la formalización empresarial; 2. Incentivos para el primer empleo formal; 3. Simplificación de trámites para la formalización; 4. Mecanismos de control y otras disposiciones, el proyecto pareciera más interesado en conseguir que muchos empresarios hoy en la informalidad y generando empleo, se conviertan y lo más seguro a la vuelta de 10 años estén quebrados. Si bien es cierto hay que invitar a todos aquellos que desarrollan actividades consideradas como mercantiles a la legalidad, también hay que decir que los males de este país no son por estos como se da a entender en la exposición de motivos del proyecto aludido “la informalidad empresarial se traduce en una competencia desleal para las empresas formales generada por la evasión de obligaciones tributarias, laborales y regulatorias, lo que afecta la competitividad de los precios de las empresas formales y, en consecuencia, las desincentiva a crecer, invertir e innovar”, relativamente cierto, porque surge una pregunta de dónde sale tanto producto de las mismas condiciones y características, y debo reconocerlo muchos empresarios informales pagan bien, incentivan a sus empleados y ello gracias a la informalidad, de lo contrario el negocio no sería tan rentable.
De las cinco locomotoras de nuestra economía que impulsarán los sectores altamente generadores de empleo como los servicios y el comercio: infraestructura, agro, vivienda, minería e innovación, en el proyecto de ley sólo hace alusión a un sector, que es un buen comienzo digamos entonces que sí, el proyecto debería de tener contemplados entre otros temas; las facilidades de acceso al crédito por parte de empresarios viejos y nuevos, a tal medida que debería de contemplar una modificación al estatuto financiero en el sentido que el sector de las utilidades destine como mínimo el 20% a crédito desde cero intereses al máximo 1%, siempre se demuestre la creación progresiva de nuevas fuentes de trabajo, no toca el tema del sector de la construcción, aquí deberían existir consideraciones especiales, de igual forma lo pertinente al sector agroindustrial definitivamente en un país rural seguimos mirando con desdén este sector y allí hay la posibilidad de generar empleo bueno bien remunerado, pero hay que llevarle incentivos al propietario de la tierra, y mejores condiciones al campesino colombiano, que gana mal y se encuentra en malas condiciones de vida, no debería eliminarse los incentivos creados para los empresarios que adquieren activos, debería incentivarse para que sean productivos.
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