l Gobierno admitió 70.000 despidos como consecuencia de la crisis internacional. En diálogo con Crítica de la Argentina, la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, calculó en esa cifra la “destrucción neta de puestos de trabajo” desde noviembre del año pasado, en respuesta a un informe de la CTA que consignó casi 163.000 cesantías de empleados formales. Es la primera vez que el Ejecutivo reconoce la destrucción de puestos. Lo hizo a ocho días de las elecciones. Sin embargo, este diario pudo saber que otro informe oficial reconoce al menos 100.000 despidos entre fines de 2008 y mayo último.
Rial consideró que los números expuestos en el estudio de la CTA responden a “alquimias muy raras” y contestó: “Nosotros tenemos una caída neta desde noviembre de 2008 a la actualidad que no supera los 70.000 puestos”. La funcionaria también cuestionó que el informe de la central sindical publicado ayer por Crítica de la Argentina hubiera calculado un total de 222.000 despidos entre diciembre del año pasado y marzo último, al aplicar el mismo porcentaje de pérdida de puestos de empleo sobre el sector informal. “Hacer una proyección sobre el trabajo no registrado es absolutamente poco serio”, agregó.
En el área técnica del Ministerio de Trabajo también pusieron en duda el resultado del informe por entender que parte de las bajas pueden ser asalariados que se jubilaron. También dijeron que los números oficiales tomados como base por la central obrera alternativa no toman en cuenta las demoras de los empleadores en registrar a su personal.
El documento de la CTA disparó una polémica por los efectos de la crisis financiera sobre la economía local. Desde la CGT, el secretario de prensa, Héctor Daer, apoyó la tesis oficial acerca de que hasta ahora sólo hubo cesantías “por goteo” y agregó: “La realidad es que los despidos colectivos, que son a los que las organizaciones sindicales llegan, se han evitado en su gran mayoría”. El dirigente también habló del tema en Radio América y valoró la labor del Gobierno para frenar las cesantías masivas.
El Ejecutivo y la CTA al menos coincidieron en que desde fines de 2008 se revirtió la tendencia positiva en el mercado de trabajo. Desde entonces, y por primera vez en los últimos siete años, se produjo una destrucción neta de puestos de empleo. La primera señal oficial del cambio de tendencia fue la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), del Ministerio de Trabajo.
Según la encuesta, entre el tercer y el cuarto trimestre de 2008 se redujo el empleo registrado en el 0,6%, lo que representa una pérdida de 15.000 puestos de trabajo en los cuatro aglomerados urbanos sondeados (Gran Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario). La proyección de ese porcentaje sobre todo el país permite estimar que en el período se destruyeron 35.000 empleos.
Pero otro informe oficial, que los funcionarios mantienen en reserva, causó preocupación en el Gobierno. Se trata del programa Mi Simplificación, de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que recoge las altas y bajas de personal declaradas por las empresas. El programa estableció que entre noviembre y mayo se destruyeron unos 100 mil puestos de trabajo, un número que se acerca más al trabajo de la CTA.
Los técnicos encargados de monitorear las cifras aclararon que todavía es prematuro considerarlas como firmes. La AFIP puso en marcha el sistema hace dos años y el Ministerio de Trabajo comenzó a cruzar esos datos recién hace tres meses, pero las conclusiones provisorias dan una pérdida mensual cercana a los 20.000 puestos de trabajo mensuales.
Los datos sobre destrucción neta de empleos no toman en cuenta los casi 85.000 subsidios entregados a trabajadores como parte del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) de la cartera laboral. Ese plan apuntó a contener puestos de trabajo en riesgo por los efectos de la crisis con el pago de 600 pesos a cada asalariado de empresas afectadas.
Qué dice el informe de la CTA
El informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA sacudió a los funcionarios del Gobierno al dar a conocer, en plena campaña electoral, que la crisis costó entre diciembre y marzo 222.157 puestos de trabajo. De ese total, 162.872 corresponden al empleo registrado (lo que representa una caída de 2,4 por ciento) y los restantes 59.285 surgen de una proyección realizada por la central obrera a partir del nivel de empleo informal.
Según el estudio, hecho sobre la base de datos oficiales, se trata del primer cuatrimestre de destrucción neta de puestos de trabajo desde el período que se extiende entre diciembre de 2001 y marzo de 2002, cuando estalló la convertibilidad y provocó una crisis económica y social inédita. Las actividades más golpeadas por la pérdida de empleos fueron la construcción (24.709), la industria manufacturera (16.610) y los servicios financieros (12.317).
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