laboral tempranamente para ayudar con la economía familiar. Para asesorar a los hogares y combatir la deserción escolar producida por esta creciente tasa de ocupación, FOSIS y UNICEF lanzan un manual sobre el tema.
SANTIAGO, junio 25.- Hoy, en Chile trabajan más de 240 mil niños entre 5 y 17 años, según la Primera Encuesta Nacional de Trabajo Infantil y Adolescente, realizada por la OIT y el Ministerio del Trabajo en el año 2003. Y no es casualidad que el 64% de los niños y adolescentes que trabajan, pertenecen al 40% más pobre de la población.
Esto afecta gravemente su educación. 1 de 4 niños que estudia y trabaja presenta retraso escolar. Y el 40% de los adolescentes no están en el curso que les corresponde.
Un 3% del total de niños entre 5 y 17 años del país está en un trabajo inaceptable, aquel que le impide un normal desarrollo, y que accedan a la educación y la recreación. Y preocupa al entorno especialista el aumento de estas tasas en tiempos de crisis.
Por esto, FOSIS y UNICEF acaban de estrenar el manual "Trabajo infantil ¿dónde está?", que busca detectar el flagelo en los niños y adolescentes del Programa Puente. Éste fue entregado a los Apoyos Familiares del programa, con material necesario para evitar que los padres envíen a sus hijos al mundo laboral como solución económica.
El Director ejecutivo del FOSIS, Pablo Coloma, señala que esta tarea de erradicación "requiere que las instituciones públicas se articulen y pongan a disposición de las familias las herramientas y redes necesarias para que los niños, niñas y adolescentes más vulnerables del país, puedan disfrutar plenamente las etapas de la vida".
MAPA DE OCUPACIONES
Según el estudio de la OIT y el Mintrab, las ocupaciones más frecuentes son: empaque de mercaderías en supermercados, trabajo en la calle como promotores o cuidadores de autos, comercio callejero ambulante, trabajo doméstico, talleres manufactureros, producción agropecuaria, actividad pesquera y hasta explotación minera.
De estos sectores, los más importantes son el comercio (40,2%), la agricultura, caza, silvicultura y pesca (24,4%), los servicios comunales, sociales y personales (18,4%) y la industria manufacturera (8,1%). En tanto, según grupos de ocupación, el grueso se dedica a las ventas como dependientes o ambulantes (26,7%).
En las regiones Metropolitana, Valparaíso y Bío Bío, los niños trabajan en ferias, cargando y descargando camiones. También en el comercio ambulante, generalmente por las noches. En regiones como Los Lagos y también Bío Bío, las ocupaciones se relacionan con actividades pesqueras.
En "O'Higgins, Maule y comunas rurales de la región Metropolitana, los niños trabajan como temporeros, a veces ayudando a sus familias en predios familiares de producción menor y en la mayoría de los casos como temporeros ayudando a algún familiar que presta servicios a contratistas, donde los contratos son precarios", dice Fabio.
En Antofagasta y Atacama predomina el trabajo en minas informales y/o ilegales, también ayudando a los adultos de su familia, plantea la especialista de UNICEF.
Para Candy Fabio, especialista en Trabajo Infantil de UNICEF, "independiente de las ocupaciones, hay que señalar que ninguna de las actividades que desempeñan es formal, es decir, ninguna ocupación cuenta con contrato de trabajo".
Esto "no sólo porque el trabajo de niños, niñas y adolescentes menores de 15 años este prohibido en Chile, sino también porque cualquier trabajo que desempeñan los niños, niñas y adolescentes son trabajos precarios, donde la mayoría trabaja en la calle o en sectores peligrosos", explica la experta.
MEDIDAS EN CURSO
El embajador de UNICEF y ex astro del fútbol, Iván Zamorano, estima que "el lugar de los niños y niñas es la escuela, estudiando y aprendiendo, preparándose para enfrentar el futuro con mejores herramientas". Por ello, el empresario apela, con el manual, al esfuerzo de los padres para impedir que sus hijos trabajen en tiempos de crisis.
El Programa Puente, eje fundamental del Sistema de Protección Social del país, contribuye con la generación de ingresos económicos para apoyar a familias que viven en condiciones de extrema pobreza y no pueden satisfacer sus necesidades básicas. Desde su creación en el 2002, ha atendido a más de 350 mil familias.
De las familias que hoy están en Puente, hay 707 niños, niñas y adolescentes menores de 15 años que han dejado de estudiar para trabajar. Ello implica que los Apoyos Familiares necesitan refuerzos metodológicos y técnicos a fin de evitar este cuadro y permitir que la totalidad de estas víctimas regrese a la escuela.
Fabio es enfática en explicar que "el trabajo infantil no aporta, bajo ningún punto de vista, a la economía de un país. La economía de un país se sostiene con empleos formales, regulares. Los trabajos a los que acceden los niños son informales".
Tanto así que incluso la economía puede verse afectada en el largo plazo, "ya que los niños que ingresan tempranamente al empleo no están preparados, se afecta considerablemente todo su desarrollo (emocional, afectivo, cognitivo y físico), convirtiéndose en el futuro en trabajadores poco calificados, perpetuando las causas que lo han empujado a trabajar, como lo es la pobreza", concluye la experta.
David Jofré Leiva
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