Queremos que las personas y los emprendedores tengan el financiamiento que los buenos proyectos se merecen". Con estas palabras, la Presidenta, Michelle Bachelet, lanzó ayer su segundo paquete de medidas económicas del año.
El foco, esta vez, está puesto en que el esquivo crédito fluya para todos los segmentos.
Básicamente son tres los pilares de esta iniciativa "Pro Crédito". Primero, el apoyo al microemprendimiento, donde además de mayores recursos para las pequeñas empresas destaca la ampliación del plazo para renegociar las deudas tributarias de empresas y personas.
Segundo, mejor acceso al financiamiento bancario y tercero, mayor facilidad para los préstamos no bancarios, introduciendo mayor competencia con nuevos actores.
El paquete incluye un total de 20 medidas, de las cuales 13 son administrativas y de rápida ejecución, y siete irán en un proyecto de ley misceláneo que se enviará prontamente.
LLAMADO A LOS PRIVADOS
Aunque las autoridades habían dicho que no habría nuevas medidas mientras el plan del 5 de enero por US$ 4 mil millones -el segundo más grande del mundo por tamaño de la economía- no diera los frutos esperados, el gobierno consideró necesario afinar sus resultados.
"Hemos visto que es necesario aceitar engranajes que permitan que todo el plan pueda funcionar en su totalidad", precisó Bachelet e instó al sector privado a "hacer su parte".
Y es que, a diferencia del paquete anterior, el fuerte de los anuncios descansa en la participación de las empresas, banca, compañías de seguro y cajas de compensación.
Por ello, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, fue enfático en enviar dos mensajes: que esta iniciativa "no es un plan de gasto" y la mayor competencia, pues la idea central es que todos los actores que otorgan créditos participen. Así, "una pyme o una persona, podrá elegir entre varias opciones. Eso redunda en créditos más baratos", señaló Velasco.
VALORADOS
Los anuncios, en general, fueron aplaudidos por el mercado. Los economistas valoraron el hecho de que la iniciativa irrogue poco gasto fiscal, pues se temía que un nuevo plan demandara más recursos y, con ello, se complicara el manejo macroeconómico por sus efectos en el tipo de cambio y las tasas.
Para el economista Tomás Flores, de Libertad y Desarrollo, el plan de Velasco es "consistente" con el objetivo de evitar la quiebra de empresas y, con ello, se permite, además, asegurar el empleo en momentos en que la tasa de desocupación amenaza con seguir escalando a medida que se acerque el invierno.
De hecho, la misma Presidenta destaca que las medidas buscan "mantener y cuidar los empleos".
Flores añade que aún quedan medidas pendientes, como la postergación del pago de IVA para las empresas.
El economista jefe del Grupo Security, Aldo Lema, comparte que el plan ayudará a bajar los costos del crédito y si bien señala que las medidas van por el camino correcto, pone una nota de cautela.
"Este plan trae implícito malas noticias, porque anticipa que los nuevos datos de actividad y desempleo que vienen pueden estar alineados a visiones más pesimistas que las que hoy se manejan en el mercado", precisa.
Hasta ahora, los expertos esperan que la producción industrial registre una caída de 9,1% en febrero y que el desempleo llegue a 8,4% en el trimestre terminado en ese mismo mes.
LA GENESIS
El martes pasado, Velasco recibió el trabajo del consejo consultivo del comité de mercado de capitales, encabezado por Axel Christensen. Si bien primó el hermetismo, el grupo había centrado su trabajo en propuestas para destrabar el acceso al crédito, inyectar liquidez y facilitar el financiamiento a sectores más riesgosos; los temas abordados en el anuncio de ayer.
Hoy, el ministro Velasco entregará más detalles de las medidas.
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