CARÚPANO.- Con la temporada navideña que acaba de concluir, quedó en evidencia, una vez más, que la presencia permanente del comercio informal en las calles del casco central de Carúpano, ha dejado de ser una coyuntura para convertirse en un problema estructural que la urbe, y sus habitantes exigen, y la razón les asiste, una solución práctica y sobre todo, de corto plazo.
Hace un año, exactamente en diciembre de 2007, en el centro de Carúpano, municipio Bermúdez, operaba un total de 886 buhoneros oficialmente censados por el sindicato que los agrupa. Hoy, después de 13 meses, esa cifra ha sufrido un incremento considerable si se toma en cuenta el reducido espacio físico donde se ejerce ese oficio y que no excede de un perímetro compuesto por dos avenidas, Juncal e Independencia y cuatro transversales; Araure, Güiria y San Félix.
Opinan los vecinos
“La alcaldía tiene una promesa vieja con ellos para reubicarlos en un mercado especialmente hecho para esos objetivos pero que aún no ha cumplido”, acotó Ricardo Guzmán.
“Esa gente merece que la reubiquen en un lugar adecuado porque son trabajadores venezolanos que se ganan el pan todo el día en la calle, algunos hasta con sus hijos pequeños”.
“Yo creo que son un problema grave que quita espacios públicos y han creado una situación de hacinamiento que el nuevo alcalde debe solucionar ya”.
“Cualquier medida que se tome con respecto a los buhoneros, no puede exceder de este año, según lo ha dicho el nuevo alcalde y todos en la ciudad esperamos que pueda lograrlo sin inconvenientes”, consideró Jesús Indriago, vice presidente de la Cámara de Comercio.
El asunto, ocupó en su momento, la atención de los últimos cinco gerentes municipales que ha tenido este municipio. Todos, en su momento, esbozaron planes para la reubicación de los buhoneros. Incluso, uno de ellos, les habilitó un mercado especial en calle Calvario que tuvo una vida efímera y fallida. “A ese sitio no iba nadie a comprar y de vaina no quebramos”, recuerda Wilson Moncada.
Julio Rodríguez, el último de ellos, nada más llegar al cargo se refirió al tema con preocupación y anunció medidas prioritarias para este fenómeno social que al igual que en Carúpano, se ha extendido por todo el país.
Medidas en marcha
Carmelo Narváez, gerente de Servicios Públicos y Ambiente, puntualizó que el diálogo entre las partes no ha concretado, por los momentos, una vía de entendimiento.
“Yo creo -con todo el respeto que se merecen- que ellos no respondieron a las exigencias que les hicimos comenzando la temporada decembrina, cuando les solicitamos cumplimiento con la limpieza antes, durante y después de su trabajo. Sin embargo, quedó en evidencia que esa sugerencia no fue cumplida”.
Agregó Narváez que la semana pasada habían sostenido una reunión con el sindicato informal para tratar las condiciones de reinstalación y que tienen que ver con el día de parada -“una medida alternativa que sí va”- con las condiciones del área que ocupan y con la preservación de la higiene y la limpieza. Explicó que se trata de medidas temporales mientras un equipo de expertos trabaja en el diseño del proyecto denominado “Centro Comercial Trabajadores Independientes”.
Luis González, directivo del sindicato, subrayó que estaban trabajando en un plan organizativo para una solución definitiva al problema y para hacer cumplir algunas normas acordadas como evitar la alteración del orden público con ruidos molestos y música a todo volumen, respeto y prioridad para el peatón y no vender mercancía robada.
“Estamos recabando información certera sobre cuántos informales vamos a estar en la calle este año ya que la orden de lado y lado, es que no se instale un solo buhonero más”. Agregó que hay hoy en día, 1.070 en las calles. “Ha habido un incremento con respecto al año pasado. Vamos a carnetizarlos para así tener un mejor y mayor control”.
Mayoría manda
“Nuestra actitud no pretende ir en su contra sino, muy por el contrario, busca un balance de control urbano en la ciudad, porque sus habitantes, que son la mayoría está reclamando espacios que les pertenecen. Por eso les agradecemos, que asuman sus responsabilidades y honren el compromiso adquirido en cuanto al aseo y ubicación de sus enseres”, sostuvo Carmelo Narváez.
Alcalde espera que se honren los acuerdos
Para Julio Rodríguez, actual alcalde del municipio Bermúdez, el problema de la buhonería local es un asunto que no tolera más dilaciones. En su oportunidad y al calor de la temporada decembrina, cuando el centro de la ciudad era un caos de venta y compra, sentenció:
“En este momento operan más de mil trabajadores independientes y consideramos que son demasiados porque la ciudad no aguanta un tarantín más”.
Destacó que nada más llegar a la alcaldía, habían sugerido al gremio que debía parar esa proliferación de kioscos en el centro. “Para ello estamos elaborando un censo porque queremos saber con certeza cuántos son, dónde están y qué es lo que venden”.
Al insistir sobre el tema, Rodríguez subrayó que habían diseñado con voceros de la economía informal un plan para darle organicidad al problema. “Por lo pronto, creemos que hay que parar eso y a mediano plazo, antes de fin de año, debemos proceder a la construcción de un gran centro comercial popular para uso exclusivo de ese sector. Será un espacio en el centro, con dotaciones que les permitan trabajar cómodos y seguros. Ese es un compromiso que asumimos y que vamos a cumplir, así como esperamos de ellos que cumplan en cuanto a mantener aseado su lugar de trabajo, que no se excedan de los espacios asignados, que respeten los pasos peatonales y sobre todo, que el gremio cumpla con su promesa de que ni un buhonero más, puede establecerse en la ciudad”.
Hace un año, exactamente en diciembre de 2007, en el centro de Carúpano, municipio Bermúdez, operaba un total de 886 buhoneros oficialmente censados por el sindicato que los agrupa. Hoy, después de 13 meses, esa cifra ha sufrido un incremento considerable si se toma en cuenta el reducido espacio físico donde se ejerce ese oficio y que no excede de un perímetro compuesto por dos avenidas, Juncal e Independencia y cuatro transversales; Araure, Güiria y San Félix.
Opinan los vecinos
“La alcaldía tiene una promesa vieja con ellos para reubicarlos en un mercado especialmente hecho para esos objetivos pero que aún no ha cumplido”, acotó Ricardo Guzmán.
“Esa gente merece que la reubiquen en un lugar adecuado porque son trabajadores venezolanos que se ganan el pan todo el día en la calle, algunos hasta con sus hijos pequeños”.
“Yo creo que son un problema grave que quita espacios públicos y han creado una situación de hacinamiento que el nuevo alcalde debe solucionar ya”.
“Cualquier medida que se tome con respecto a los buhoneros, no puede exceder de este año, según lo ha dicho el nuevo alcalde y todos en la ciudad esperamos que pueda lograrlo sin inconvenientes”, consideró Jesús Indriago, vice presidente de la Cámara de Comercio.
El asunto, ocupó en su momento, la atención de los últimos cinco gerentes municipales que ha tenido este municipio. Todos, en su momento, esbozaron planes para la reubicación de los buhoneros. Incluso, uno de ellos, les habilitó un mercado especial en calle Calvario que tuvo una vida efímera y fallida. “A ese sitio no iba nadie a comprar y de vaina no quebramos”, recuerda Wilson Moncada.
Julio Rodríguez, el último de ellos, nada más llegar al cargo se refirió al tema con preocupación y anunció medidas prioritarias para este fenómeno social que al igual que en Carúpano, se ha extendido por todo el país.
Medidas en marcha
Carmelo Narváez, gerente de Servicios Públicos y Ambiente, puntualizó que el diálogo entre las partes no ha concretado, por los momentos, una vía de entendimiento.
“Yo creo -con todo el respeto que se merecen- que ellos no respondieron a las exigencias que les hicimos comenzando la temporada decembrina, cuando les solicitamos cumplimiento con la limpieza antes, durante y después de su trabajo. Sin embargo, quedó en evidencia que esa sugerencia no fue cumplida”.
Agregó Narváez que la semana pasada habían sostenido una reunión con el sindicato informal para tratar las condiciones de reinstalación y que tienen que ver con el día de parada -“una medida alternativa que sí va”- con las condiciones del área que ocupan y con la preservación de la higiene y la limpieza. Explicó que se trata de medidas temporales mientras un equipo de expertos trabaja en el diseño del proyecto denominado “Centro Comercial Trabajadores Independientes”.
Luis González, directivo del sindicato, subrayó que estaban trabajando en un plan organizativo para una solución definitiva al problema y para hacer cumplir algunas normas acordadas como evitar la alteración del orden público con ruidos molestos y música a todo volumen, respeto y prioridad para el peatón y no vender mercancía robada.
“Estamos recabando información certera sobre cuántos informales vamos a estar en la calle este año ya que la orden de lado y lado, es que no se instale un solo buhonero más”. Agregó que hay hoy en día, 1.070 en las calles. “Ha habido un incremento con respecto al año pasado. Vamos a carnetizarlos para así tener un mejor y mayor control”.
Mayoría manda
“Nuestra actitud no pretende ir en su contra sino, muy por el contrario, busca un balance de control urbano en la ciudad, porque sus habitantes, que son la mayoría está reclamando espacios que les pertenecen. Por eso les agradecemos, que asuman sus responsabilidades y honren el compromiso adquirido en cuanto al aseo y ubicación de sus enseres”, sostuvo Carmelo Narváez.
Alcalde espera que se honren los acuerdos
Para Julio Rodríguez, actual alcalde del municipio Bermúdez, el problema de la buhonería local es un asunto que no tolera más dilaciones. En su oportunidad y al calor de la temporada decembrina, cuando el centro de la ciudad era un caos de venta y compra, sentenció:
“En este momento operan más de mil trabajadores independientes y consideramos que son demasiados porque la ciudad no aguanta un tarantín más”.
Destacó que nada más llegar a la alcaldía, habían sugerido al gremio que debía parar esa proliferación de kioscos en el centro. “Para ello estamos elaborando un censo porque queremos saber con certeza cuántos son, dónde están y qué es lo que venden”.
Al insistir sobre el tema, Rodríguez subrayó que habían diseñado con voceros de la economía informal un plan para darle organicidad al problema. “Por lo pronto, creemos que hay que parar eso y a mediano plazo, antes de fin de año, debemos proceder a la construcción de un gran centro comercial popular para uso exclusivo de ese sector. Será un espacio en el centro, con dotaciones que les permitan trabajar cómodos y seguros. Ese es un compromiso que asumimos y que vamos a cumplir, así como esperamos de ellos que cumplan en cuanto a mantener aseado su lugar de trabajo, que no se excedan de los espacios asignados, que respeten los pasos peatonales y sobre todo, que el gremio cumpla con su promesa de que ni un buhonero más, puede establecerse en la ciudad”.
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