martes, 14 de septiembre de 2010

.:: EL SOL DE MARGARITA ::.

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Los comerciantes de artículos religiosos, dulces, flores y recuerdos que se encuentran en la explanada de la Basílica Menor y de la plaza esperaban la llegada de personas que quisieran comprar y no sólo mirar.

Karla Marval Esteves

Las festividades de la Virgen del Valle ya pasaron y en los alrededores de la explanada de la Basílica Menor, en el Valle del Espíritu Santo, quedan decenas de vendedores con mercancía aún por vender.
Todos los que se congregan allí para trabajar en la economía informal, provienen de diversos lugares de la Isla y de tierra firme.

El paso por la plaza Santiago Mariño se hace ligero y sin tropiezos, no hay muchedumbre ni algarabía que enturbie el ambiente que envuelve a la Madre de Dios.

Los turistas se encuentran tras la pista del precio más bajo, ya no tienen la misma disposición para gastar en los recuerdos que llevarán de su visita al templo más emblemático de la entidad insular.

Los comerciantes de flores que en temporadas anteriores se quejaban por las pocas ventas, ahora se arrepienten de los lamentos pasados, porque es en estos días que han visto la verdadera ausencia de clientes, asegura José Luis Marcano, quien tiene 25 años en el negocio de las flores junto a su madre.

Puestos fijos y ambulantes sufren los golpes de la economía, Mercedes Saona estaba parada frente a su mesón repleto de artículos religiosos, bisutería y recuerdos esperando la llegada de los consumidores y explicó que los turistas suelen comprar de todo, pero que este año las ventas estuvieron “regulares”.

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