martes, 13 de abril de 2010

Periódico a.m.

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Es contador público, pero debido a su edad y a la falta de empleo, Emilio Navarro decidió sumarse a un tianguis. Fue su única opción para ayudar a los gastos de su familia.

“Está muy difícil”, comentó Emilio desde su pequeño puesto en el “Súper Tianguis del Coecillo.

Cada jueves, instala su mesa con pilas alcalinas, muñecos usados, botas y cualquier otra cosa que se pueda vender.

En los últimos tres años, el empleo informal en Guanajuato aumentó. Los tianguis y los mercados se han convertido en el refugio de miles de familias ante la falta de oportunidades en el mercado laboral. Solamente en León hay 12 mil tianguistas.

El último reporte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, reveló que en diciembre de 2009 alrededor de 650 mil guanajuatenses tenían un empleo informal.

Esta cantidad representa el 31% de la Población Económicamente Activa. Tiene un empleo pero no cuenta con Seguro Social, un ingreso fijo y ninguna prestación.

En el 2009, Guanajuato cerró en el noveno lugar entre los 10 estados con mayor tasa de su Población Económicamente Activa en el empleo informal; por debajo de entidades como Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Yucatán, Estado de México, Michoacán, Morelos e Hidalgo.

Aumenta empleo informal

En diciembre del 2007, según datos del INEGI, la tasa de ocupación en el sector informal en el Estado era del 29.62, lo que significa que aproximadamente 595 mil 689 guanajuatenses obtenían un ingreso del empleo informal hace tres años.

Hoy se estima que son alrededor de 650 mil personas las ocupadas en el empleo informal.

Los tianguis y el comercio ambulante se han convertido en el refugio de miles de familias en Guanajuato ante la falta de oportunidades en el mercado laboral considerado formal.

En 2009 Guanajuato cerró en el noveno lugar entre los 10 estados con mayor tasa de su Población Económicamente Activa en el empleo informal, sólo por debajo de entidades como Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Yucatán, Estado de México, Michoacán, Morelos e Hidalgo.

Muchos de estos guanajuatenses han encontrado una salida en los tianguis vendiendo de todo, incluso artículos que ingresaron ilegalmente al país.

Tan sólo en León, la Dirección de Comercio tiene registrados alrededor de 12 mil comerciantes entre tianguis y mercados.

Mientras que la Asociación de Comerciantes de la Línea de Fuego estima que existen alrededor de cinco mil familias en León cuyos ingresos dependen del comercio que se lleva todos los días en los tianguis.

Una solución ante la falta de oportunidades laboral.

En León existen 24 mercados públicos; cuatro privados y 160 tianguis registrados oficialmente en la Dirección de Economía.

“Los tianguis han sido ahorita la alternativa al desempleo que hay no solamente en el municipio, sino en el estado y a nivel nacional.

“A veces los tianguistas somos más duramente criticados por los efectos que por las causas pero no se nos debe de olvidar que desde la época prehispánica los tianguis en México siempre han existido y que han movido la economía del mundo y el País. “El tianguis es algo cultural, es esa alternativa de quien no encuentra un trabajo formal”, comentó Jesús Téllez Cabrera, dirigente de la Unión de Comerciantes de la Línea de Fuego.

Esta organización agrupa una tercera parte de los tianguis.

El líder de estos comerciantes señaló que el año pasado la crisis provocó un incremento de aproximadamente el 2% de personas que solicitaban un espacio para vender en los tianguis.

Sin embargo precisó que esta demanda es cíclica y se observa principalmente en diciembre.

Apunto que los tianguis se han convertido en una alternativa para quienes se quedan sin empleo cuando cierra una empresa, pero también para quienes buscan un ingreso extra ante los empleos formales mal pagados. Se han convertido en una opción que evita la migración, y una alternativa algunas veces temporal y otras veces definitiva de obtener ingresos para los cientos de jóvenes que egresan de las universidades y que no encuentran un empleo formal, así como para quien por su edad ya no encuentra trabajo.

“Aquí encuentras a comerciantes por tradición, ya con muchísimos años de realizar esta actividad, también a los hijos de esos comerciantes que también ya se agregaron a esta actividad, encuentras a madres solteras, madres viudas, encuentras jóvenes que salieron de la universidad y no encontraron trabajo formal y mientras no encuentran otro trabajo se vienen a agregar a esta actividad, es un fenómeno muy interesante.

“Vas a un tianguis y vas a ver que hay muchas mujeres, más mujeres que hombres, un 60% son mujeres... hace mucho cuando no había trabajo la gente se iba a Estados Unidos, ahorita con la situación la crisis mundial la gente ya no se va, se queda en los tianguis, nosotros siempre hemos dicho que cuando se van Estados Unidos lo que ocurre es que se desintegran las familias, por eso los tianguis unen familias es un impacto social, que involucra a todos para mantener el negocio”, dijo Téllez.

Reconoce falta de oportunidades

El director de Economía, Eduardo Ramírez Valdez, señaló que hoy el Municipio reconoce la importancia de los tianguis como una fuente para dar empleo y generar ingresos para miles de familias en León.

“El comercio y el empleo informal que a mí me consta que ha sido satanizado en algunas ocasiones incluso, le siguen dando un tratamiento como de que no existe.

“Mi posición como Director de Economía es que el comercio informal, el empleo informal existen, necesitan de sus propias políticas públicas, necesitan consideraciones y reconocimientos por parte de las políticas públicas de las administraciones municipales estatales y federales e incluso deben ser considerados en los reglamentos y en nuestras leyes”, apuntó el funcionario.

Tan sólo León demanda alrededor de 20 mil plazas laborales al año y en el estado la necesidad se duplica, pero el Gobierno no ha podido generar las condiciones para que las empresas puedan generar estos empleos.

“Un tianguis no debe de ser un problema mientras atiendan a las recomendaciones de tránsito, mientras atienda las recomendaciones de protección civil, de bomberos, de comercio y mientras no afecten a un colono o a un habitante de la colonia o el fraccionamiento donde se instalen.

“En esa lógica, nuestra posición es que no los tenemos que atacar, nuestra posición en la Dirección de Comercio no es que existan menos tianguis cuando termine la administración, tampoco los vamos a fomentar, queremos que operan bien”, comentó Eduardo Ramírez.

Y agregó: “Aquí lo que queremos es ser flexibles y sensibles, porque la idea es que si las condiciones del País, no las del municipio, yo no tengo muchos elementos para modificarles las condiciones económicas a mi gente, eso viene desde la Federación, pero entonces yo no puedo ser irresponsable y decir si no están formales regrésense a buscar empleo formal porque entonces me generas a mí un problema social muy delicado”.

También reconoció que el comercio en los tianguis además de una fuente laboral, suministran alimentos y otros productos a los polígonos más alejados de la ciudad.

Prefiere ser su propio patrón

La jornada comienza a las 5 de la mañana y cada día el recorrido es diferente.

Tomás Ramírez Arrona desde hace 30 años no ha tenido un trabajo formal, pero el comercio le ha dado la satisfacción de sacar a su familia adelante.

“Uno de comerciante le batalla, levantarse temprano, en tiempo de aguas, pero sinceramente es bonito el tianguis, ahorita tenemos como 30 años de comerciante”, dijo.

La Garita, Súper Tianguis Coecillo, El Retiro y años atrás La Azteca, El Barrio, Peñitas y San Agustín han sido los tianguis en los que Tomás y su familia han encontrado un empleo que les ha dado para comer y vivir.

“Aquí en el tianguis no tiene uno un patrón, ahora sí que sale uno y sólo dice ‘Padre mío, socórreme’, y en una empresa pues tiene uno un patrón y siempre esperando que llegue el sábado que es el día que pagan y aquí no, viene uno y vende algo y ya siquiera es algo para sostenerse.

“El tianguis sí nos ha sacado adelante y nos ha dado para vivir y seguir viviendo”, comentó Tomás, quien junto a su familia vende artículos de plástico.

“Aquí en el tianguis todos nos conocemos, somos como una familia”.

La jornada en los tianguis dura más de ocho horas. Instalar el puesto, convencer al cliente de comprar algo y luego volver a levantar el puesto es la rutina cada día.

Sin embargo, aunque no es un trabajo fácil para Tomás y su familia, este oficio ha sido la mejor alternativa para salir adelante.

De Tepito a La Pulga

Luis Felipe Urbina Nieto es comerciante desde que tenía 10 años. El oficio lo aprendió de su padre Félix Urbina Ayala, en el barrio de Tepito en la Ciudad de México.

Junto a su padre durante 15 años vendió calzado, luego se mudó a León y comenzó su propio negocio.

A los 45 años, ha pasado más tiempo entre puestos de tianguis que en su casa, y ahora sus hijos continúan su ejemplo.

“Al comercio me dedico desde que tengo 10 años... toda mi vida a vender, es lo que mi padre me enseñó, a vender, y es lo que yo les enseño a mis hijos, a vender; yo tengo 45 años, estudié secundaria y hasta allí me quedé, me gustó más el comercio.

“Con las ventas he logrado hacer muchas cosas, un patrimonio, me ha dado la satisfacción de tener mi casa y mi familia estable, con un patrimonio seguro”, comentó.

Luis Felipe señaló que la vida en los tianguis no es fácil, porque hay días buenos y malos y como en todo negocio a veces se hacen malas inversiones.

En más de una ocasión ha tenido que empezar de cero pero afirma que los tianguis le han dado más satisfacciones que malos ratos.

Además de calzado este comerciante ha vendido celulares, autoestéreos y hasta discos “piratas”, estos dos últimos productos, reconoció, no han sido las mejores inversiones.

Actualmente Luis Felipe vende antigüedades. “Vendo nostalgia y recuerdos”, apuntó.

En su puesto, instalado a menos de un metro del suelo, se exhiben artículos antiguos, mucho de ellos únicamente atractivos para “coleccionistas”, afirmó.

Desde máquinas de 1900, radios de hace más de 30 años, hasta ceniceros que a simple vista podría pensarse que no tendrán comprador, ofrece Luis Felipe en su puesto.

Cinco días a la semana trabaja con sus hijos José Luis y Karla en los tianguis.

Los tianguis de San Felipe de Jesús, La Pulga, San Felipe de Linares y Súper Tianguis Coecillo, se han convertido en su forma de vida, en la fuente de ingresos para sus familias.

Luis Felipe aseguró que su oficio le apasiona, que con los años aprendió a encontrar el gusto por lo que hace.

Al preguntársele si tuviera nuevamente la oportunidad de estudiar una profesión o dedicarse al comercio qué elegiría, con una sonrisa y sin dudar responde: “Volvería a ser comerciante”.

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