El intercambio comercial con China es actualmente destructor de empleo en la Argentina, con un impacto de las importaciones desde el país asiático, que es mayor en los sectores en los que nuestro país tiene desarrollo incipiente.
Esto se debe fundamentalmente a que “se da en sectores o ramas en los que existe una pequeña producción local (de motocicletas, receptores de radio, TV, etc.), mientras otra parte del comercio se centra en ramas que compiten con la producción local (productos elaborados con metales, textiles y confecciones, y fabricación de calzado)”.
Así lo asegura el resumen ejecutivo de un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, en colaboración con la Oficina de la OIT en la Argentina y con el apoyo financiero del gobierno de Francia,
denominado Informe Nacional sobre el Impacto Social de la Globalización en la Argentina, y que fue presentado ayer en la sede de Ginebra de la Organización Internacional del Trabajo.
El informe, cuya versión completa sería presentada la próxima semana en Buenos Aires, “otorga especial interés al comercio con China, a sus implicancias en los patrones de especialización, a su impacto en el desarrollo del tejido productivo y a sus consecuencias sobre el empleo, debido al gran aumento de la participación de China en el comercio mundial”.
Agrega el texto que “en este sentido, la relación comercial con China no sólo se incrementó en términos de importaciones, siendo actualmente uno de los principales proveedores de bienes de capital
(anteriormente provenientes de los EE.UU.), sino que también se transformó en uno de los destinos más dinámicos de las exportaciones argentinas”. Otra parte del informe señala que “la mayor generación de empleo de este período (2003-2008) estuvo principalmente asociada con la dinámica del mercado interno y con aquellas ramas donde la protección cambiaria alentó el dinamismo de esos sectores”.
En tanto que el análisis por rama de las exportaciones del período revela que los sectores con ventajas
comparadas naturales, que continúan siendo los de mayor peso en la balanza comercial argentina, son menos generadores de empleo que los sectores de mayor complejidad relativa y más intensivos en conocimiento.
“Bienvenido el informe en tiempos en que algunos anuncian el fin de la crisis económica global”, dijo Jean Maninat, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, quien agregó que “la crisis puede ser una ventana de oportunidad, pero las ventanas se abren y se cierran. No dejemos que ésta se cierre dejando a millones de seres humanos afuera, sin trabajo”.
Retomando el ejemplo de la relación comercial con China, se señala que “es indicativo de cómo el perfil de especialización determina las interacciones entre los mercados externos y el mercado de trabajo, y se destaca, en este sentido, la importancia que adquiere el diseño de políticas nacionales”.
Por eso, a la vez que en el informe elaborado por un equipo encabezado por la subsecretaria de Programación Técnica y Estudios Laborales, Marta Novick, se enfatiza la liberalización del comercio y su impacto sobre las condiciones de vida de la población, también se hace especial hincapié en la necesidad de que “las políticas comerciales se diseñen articuladamente con el resto de las políticas, de tal manera que se potencien sus resultados en términos sociales. De este modo se podrá contribuir a mejorar la inserción de las economías, logrando un desarrollo sostenible en el tiempo y que sus frutos se distribuyan entre todos los habitantes”.
También se subraya la importancia de lograr que los acuerdos comerciales se adapten al nivel de desarrollo y a las circunstancias específicas de cada país. “Hasta el momento, las negociaciones comerciales han estado caracterizadas por fuertes asimetrías, lo que ha ido en detrimento de los países en desarrollo”, asegura el documento.
En el trabajo se señala que los impactos de la globalización sobre el empleo y la desigualdad “se encuentran generalmente acompañados por demandas de mayor protección social y por la necesidad de desarrollar políticas de trabajo, empleo y protección social destinadas a reducir la desigualdad y la pobreza”. Este hecho se ve acentuado en los países considerados en desarrollo, en los que la estructura del empleo posee una gran proporción de trabajo informal.
Volviendo al caso argentino y la posición adoptada por el Gobierno frente a la globalización, se destaca la intención de que la generación de empleo de calidad se constituya en el objetivo central de las políticas públicas, con el propósito de alcanzar un crecimiento económico con inclusión social.
“Para ello fue necesario avanzar hacia la complementariedad y coordinación entre las diferentes áreas institucionales, incluyendo la dimensión internacional”, agrega el texto, que además plantea claramente la estrategia de inserción internacional de la Argentina de los ’90 y la de hoy.
CONTEXTOS. “Esta nueva estrategia de inserción en la globalización implicó un cambio considerable con respecto a la implementada por el país durante los años ’90, cuando frente a los desafíos de la globalización se priorizó mantener los beneficios y la competitividad externa de las firmas domésticas, mientras que las políticas aplicadas condujeron a la desarticulación
entre los niveles social, sectorial y regional”.
Agrega el texto que “en esta nueva etapa se ha buscado implementar
una alternativa distinta que ubica al pleno empleo y al alivio de la pobreza en el centro de las políticas públicas, promoviendo la articulación sectorial y regional, restableciendo los vínculos sociales y favoreciendo el desarrollo económico”. Y puntualiza que “gran parte de los impactos de la globalización sobre las condiciones de vida de la población se dan a través del mercado de trabajo. La globalización impacta así en la estructura productiva, en el patrón de especialización nacional, los cuales requieren de instituciones laborales que se adapten al contexto global cada vez más cambiante.
El ejemplo argentino es de interés sobre todo por las estrategias diferenciales aplicadas por el país en diferentes períodos para encarar la globalización”, dijo Novick.
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