miércoles, 26 de noviembre de 2008

La represión no disminuye la venta informal

Jorge Núñez. Ingeniero, abogado y especialista en desarrollo local, Ambato

Redacción Ambato

Por las fiestas de Navidad, algunos municipios anuncian operativos de control para evitar que los vendedores informales estén en las calles. ¿Estas acciones son válidas?

El Estado garantiza el derecho al trabajo. Sin embargo, la actual Constitución establece que los municipios tienen la potestad de organizar el trabajo de las personas en las calles. Es decir, que sobre la base de acuerdos tienen que impulsar políticas. Pero, lamentablemente, algunos municipios aplican acciones drásticas y a veces violentas.

¿Qué ocasionan los operativos?

La violencia genera más violencia. La solución no es organizar los operativos. Los gobiernos locales deben analizar la problemática en su conjunto. Hay que buscar alternativas y debatir por qué se origina el comercio informal.

¿Qué factores influyen para que cada vez más gente salga a vender en las calles?

Ecuador es un país con índices preocupantes de desempleo y de pobreza. Varios estudios del Banco Interamericano de Desarrollo y de otras organizaciones dicen que mucha gente vive en la miseria.

¿Por qué está aquí?
Su trayectoria.
Es técnico de CorpoAmbato, una entidad que impulsa programas de desarrollo local. Además, es experto en gestión empresarial y en economía.
Su punto de vista. Los vendedores informales y los gobiernos locales deben llegar a acuerdos y evitar confrontaciones.

¿Hay cifras que demuestren eso?

Se estima que el 39% de la población vive con menos de USD 1 diario. Por ello, la gente quiere ganar más dinero y una de las alternativas es comercializar productos en la calle. La dolarización ocasionó que el país tenga más pobres.

¿Cuáles son las razones?

La dolarización mejoró, de alguna forma, las cuentas nacionales y ocasionó que la compra de bienes como carros, casas… sea más accesible para las personas que tienen un empleo estable. Pero ¿qué pasa con aquellos ecuatorianos que un día tienen trabajo y otro no? Insisto, hay que analizar esta problemática en todo el contexto social.

¿Cuáles son las acciones que deben realizar los gobiernos locales?

Hay que propiciar reuniones para llegar a acuerdos entre los vendedores, sectores productivos y los gobiernos locales. La idea es no incurrir en los errores que han cometido varios municipios.

¿Qué errores?

En varios cabildos se aplicaron decisiones unilaterales. Por ejemplo, en Quito y en Guayaquil se financiaron los planes de regeneración urbana para promocionar calles limpias y ordenadas. Pero solo se logró una ilusión. Además, se construyeron los centros comerciales populares o del ahorro, para tratar de reubicar a los vendedores.

¿Esto no fue una buena alternativa?

Es una buena opción siempre y cuando existan consensos. Por eso, lo primero que hay que hacer es que los comerciantes informales se organicen. Ellos deben elegir a un grupo que los represente en la mesa de negociaciones.

¿Cuál debería ser el siguiente paso?

Las cámaras de la Producción y los gobiernos locales deben cambiar su óptica sobre el comercio informal. Mucha gente piensa que a las grandes empresas hay que apoyarlas y a los vendedores hay que desaparecerlos y perseguirlos. La verdad es que ellos son microempresarios. Luego de esto, sí es posible debatir y lograr compromisos.

¿En qué deben consistir esos acuerdos?

Hay que definir un lugar para que los comerciantes puedan vender su mercadería sin inconvenientes. Los centros comerciales populares no deben ubicarse en las periferias ni en zonas inseguras.

En Ambato sucedió esto...

Sí. Se construyó el mercado América que sigue y seguirá vacío, porque está lejos del centro. Por ello, los municipios deben buscar espacios adecuados donde se registre una buena afluencia de consumidores. Con estas características, la propuesta de reubicación es atractiva para los vendedores. Actualmente, la búsqueda de acuerdos es urgente.

En caso contrario, ¿qué pasará?

Si siguen los operativos y no hay diálogos, habrá un estallido social. El Municipio de Ambato estima que hay 5 000 informales. En Quito, Guayaquil, quizá el número se quintuplique. La confrontación entre municipio y vendedores es una bomba de tiempo. Un verdadero desarrollo local consiste en realizar programas a mediano y largo plazo.

¿Qué programas a largo plazo recomienda para los vendedores ambulantes?

Ofrecer créditos para la conformación de microempresas, capacitarlos... El verdadero rol de un gobierno local no solo es construir puentes y aceras. El problema de los informales es el resultado de que, durante mucho tiempo, no se han establecido políticas para un desarrollo integral.

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