En el mundo, mil millones de personas llevaron su residencia a otra tierra.
Quiénes son los que año a año abandonan su lugar de origen en busca de una vida mejor? El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se difundió ayer, hace foco justamente en esa cuestión: en la capacidad de movilidad de las personas alrededor del mundo. "No existe un perfil único de los migrantes del mundo: temporeros de la fruta, enfermeras, refugiados políticos, trabajadores de la construcción, académicos y programadores de computación son todos parte de los casi 1.000 millones de personas que se desplazan al interior de sus países y más allá de las fronteras", dice el informe.
De acuerdo al informe, en la "relación entre migración y desarrollo no existen resultados predeterminados". "La movilidad", sostiene el trabajo, "tiene efectos muy diversos en la vida de las personas -quienes se trasladan, su familia y su comunidad y el lugar de destino- dependiendo de qué impulsa el desplazamiento y el contexto general en el que éste se produce".
Pero para el PNUD las pruebas demuestran a las claras que reducir los obstáculos al movimiento y mejorar las políticas para los migrantes tiene enormes beneficios potenciales para el desarrollo humano, los cuales favorecerían a todos los grupos afectados por la migración.
En la investigación, a la que accedió Clarín, hay varias menciones a la Argentina. Se sostiene, por ejemplo, que nuestro país "no es una excepción a la tendencia de alta movilidad al interior de los países tanto en América Latina como a nivel global". Es que en el informe se explica que contrariamente a lo que muchos creen la inmensa mayoría de los desplazamientos son hacia el interior y no el exterior.
Para ilustrar que es mucho mayor la cantidad de gente que se mueve dentro de sus países que la que emigra, en la investigación se sostiene que en la Argentina "la intensidad de la migración interna permanente en el período 2000-2002 se situó alrededor del 20%, mientras que la tasa de emigración no alcanzó el 5%".
Uno de los ejes del trabajo es que en los países destinatarios existen temores exagerados sobre los efectos de la migración. Y que muchas veces los trabajadores extranjeros terminan siendo discriminados y que las posibilidades que tienen acostumbran ser acotadas. En esto el informe también se refiere a la Argentina. "Las oportunidades que se ofrecen en el mercado laboral a las mujeres de países limítrofes suelen limitarse al cuidado de personas, al servicio doméstico y el empleo en el sector informal. Consecuentemente las mujeres quedan generalmente 'atrapadas' en enclaves".
En su edición de ayer, Clarín mostró otro costado de este fenómeno: que cada vez más argentinos no pueden entrar a España. En casi un año, se duplicó la cantidad de rechazados que debieron volver aquí porque las autoridades españolas no les permitieron el ingreso por las trabas de la Unión Europea a las migraciones, entre otras razones.
Pero el PNUD detalla que "contrariamente a las opiniones imperantes, los migrantes suelen aumentar el producto económico y dan más de lo que reciben. Estudios demuestran que la inmigración aumenta el empleo en las comunidades de destino".
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