Entre 12 y 15 millones de trabajadores se dedican a empleos en la economía sumergida.
Las chapuzas son una de las formas más generalizadas de economía sumergida o informal, esa parte de la actividad económica que no se declara, pero que existe, y que la crisis económica ha hecho florecer. Según un estudio realizado por el catedrático de la Universidad de Linz (Austria) FriedrichSchneider, la crisis está elevando en al menos un 5% la actividad no declarada en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
España está, junto a Italia y Grecia, a la cabeza de los países con más porcentaje de economía sumergida. El estudio de Schneider prevé que la actividad no declarada en España pase de suponer el 18,7% del PIB en 2008 al 19,5% este año. Este dato supone que se generarán 210.000 millones de euros que no estarán contabilizados. Entre 12 y 15 millones de trabajadores se dedican a actividades sumergidas. Esta cifra incluye a los empleados con contrato legal, pero que dedican entre 10 y 15 horas semanales a trabajos nodeclarados.
Muchos piensan que sin contrato legal van a ganar más
"Es muy difícil de calcular, pero estamos seguros de que hay un porcentaje de gente que no pide la ayuda de los 420 euros porque trabaja en la economía informal y el compromiso de hacer el itinerario de formación les echa para atrás", subraya la secretaria de Empleo de CCOO, Paloma López, que reitera que es muy complicado saber de cuánta gente se trata.
Pequeñas reformas
Algunos sectores se prestan más que otros a la actividad sumergida. Es el caso de la construcción, de donde precisamente proceden buena parte de los parados de los dos últimos años. "Ahora mismo, haciendo trabajos sin declarar hay sobre todo fontaneros, electricistas, albañiles, pintores, o sea, mucho de todo lo relacionado con la construcción. Ahora no hay trabajos grandes, pero sí cosas pequeñas, reformas", asegura el coordinador de la Plataforma de Asociaciones de Parados, Francisco Tejero. Y esas cosas pequeñas sirven para ir tirando.
La obligación de realizar cursos de formación también desincentiva
Incompatibilidad
El economista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) Florentino Felgueroso no ve incompatible solicitar el subsidio con trabajar en la economía oculta: "Aunque trabajes informalmente, ¿por qué no vas a pedir el subsidio?".
Desde una oficina de prestaciones constatan que no es raro que los desempleados que cobran subsidios como el de los 420 euros completen sus ingresos con trabajos en negro, si bien esta práctica ha aumentado con la crisis y depende de la actividad de cada uno: "Todo el que puede se busca algún trabajillo en negro, algunos son compatibles con la formación, otros no. No es lo mismo poner copas una noche que reformar una casa durante el día".
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