La reforma fiscal para 2010 difícilmente incorporará nuevos impuestos, pero sí deberá definir sólo un impuesto empresarial, es decir, se deberá decidir si continúa el ISR o el IETU, afirmaron especialistas fiscales y economistas consultados.
Dijeron que la administración del presidente Felipe Calderón se enfrenta con un doble problema. Por un lado, se requieren modificaciones fiscales que permitan tener una fuente de ingresos estable para impulsar el crecimiento del país; sin embargo, la recesión limita una discusión para aumentar impuestos.
José Luis de la Cruz, académico del Tecnológico de Monterrey, comentó que la reforma fiscal que considere discutir el gobierno en el siguiente periodo de sesiones en el Congreso deberá tener un contenido social, por lo que no se deben gravar medicinas y alimentos con el IVA, debido al alza en la pobreza.
“Es un aspecto muy delicado; alimentos y medicinas no deja de consumir la gente en época de crisis. La pregunta es que con un aumento de éstos, ¿hasta qué punto provocaría mayor pobreza?”, cuestionó el académico.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Economic.com, consideró que la base gravable debe ampliarse con la eliminación de regímenes especiales y exenciones, mediante una mayor fiscalización y un IVA generalizado en medicinas y alimentos, el cual se debe negociar adecuadamente con la clase política de México.
De acuerdo con los consultados, una verdadera reforma fiscal deberá proponer un cambio en la forma en que se tributa el IVA y lo ideal es tener una tasa generalizada para este impuesto, que permita mayor recaudación, aunque reconocieron que este tema ya tiene un fuerte rechazo entre los legisladores.
Revisar impuestos empresariales
El no tocar el IVA limita al gobierno en la propuesta que presente al Congreso. No obstante, los especialistas dijeron que aunque no se toque ese tributo se deberán revisar los impuestos aplicados al sector empresarial.
Pedro Carreón, socio de impuestos de PriceWaterhouseCoopers, dijo que la autoridad debe definir si se quedan con el IETU o el ISR, porque a las empresas le hace mucho daño dos gravámenes. “No pueden convivir esos dos tributos, uno de los dos debe eliminarse, para que sólo exista un gravamen”, expuso.
La aprobación del IETU provocó que el sector empresarial se amparara para evitar la aplicación de este gravamen que, según ellos, les provoca un impacto en sus finanzas.
La Secretaría de Hacienda defiende la aplicación del gravamen debido a que lo considera de más control al tener menos huecos por los cuales las compañías eviten el pago de sus compromisos fiscales.
Los cambios fiscales
Para los consultados el gobierno deberá presentar propuestas más agresivas para aumentar la recaudación sin tocar el tema del IVA en alimentos y medicinas.
Pedro Carreón destacó que hay una elevada probabilidad de que autoridades y legisladores decidan buscar una mayor recaudación mediante cambios a los impuestos especiales sobre producción y servicios, además de aplicar nuevos tributos ecológicos y para el uso de artículos que llevan plásticos (PET).
José Luis de la Cruz consideró esencial aplicar una verdadera tributación al sector financiero, el cual “es uno de los que menos impuestos acaba pagando”.
El tema del IEPS es recurrente en cada año debido a que algunos productos que pagan el impuesto, como los cigarros y bebidas alcohólicas, son polémicos por los daños que ocasionan a la salud de la población.
En años anteriores, legisladores propusieron aumentar el pago de impuestos a quienes consuman estos productos, pero la industria argumenta que subir impuestos motiva el contrabando, la venta ilegal y la piratería.
Los especialistas añadieron que el sector financiero y grandes empresas deben tributar adecuadamente y la economía informal debe empezar a colaborar con el fisco.
Consideraron que si el Ejecutivo planea un nuevo impuesto, éste debe ser muy sensible para no afectar a los mexicanos pobres.
Alfredo Coutiño insistió en que el gobierno debe asegurar fuentes permanentes de ingreso, para fortalecer la economía.
José Manuel Arteaga, El Universal, 10 de octubre.
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