300 madres de familia crean sus microempresas mediante iniciativas propias para créditos.
Antecedentes
Hace 20 años se llevó a cabo la primera feria artesanal en Carapungo, al norte de Quito. Las ferias de este tipo se instalaron en Cotocollao hace un año.
Conquito se constituyó el 27 de octubre de 2003 y su misión es tener a Quito como un territorio emprendedor.
La caja de ahorro y crédito comunitario “Mujeres en Acción” busca, desde hace cinco años, romper con la cadena de intermediarios a partir de la creación de mercados alternativos. Las beneficiarias son 300 madres de familia, quienes se convirtieron en pequeñas productoras de manualidades y artesanías.
Este proyecto se lleva a cabo en los barrios del noroccidente de la capital, como en Mena del Hierro (alto y bajo), Santa Rosa de Singuna, San José Obrero, Santa María, Santa Isabel, San Rafael y Atucucho. Cada uno de estos lugares dispone de talleres artesanales donde la gente confecciona vestidos, manualidades y collares, cuyos precios no exceden los 25 dólares. Asimismo, las mujeres elaboran vestidos para muñecas, que cuestan entre 6 y 12 dólares, de acuerdo a su tamaño.
Paola Tayano, socia de la Caja grande, ubicada en la Mena del Hierro, comenta que la mayor parte de las integrantes son “madres lavanderas, que en cada reunión contribuimos con un dólar y un dólar con cincuenta centavos, de forma mensual, quincenal y semanal”.
Este dinero va al capital. Actualmente tiene uno de 6 mil dólares y cuenta con cajas pequeñas en los barrios del noroccidente. De esta manera, “la caja grande financia a las otras pequeñas para adquirir el material: mientras las madres de familia suelen capacitar a sus compañeras en el oficio de hacer carteras y la confección de vestidos”, indica Tayano.
La iniciativa comunitaria permite que estas personas obtengan créditos directos y se incentive el ahorro comunitario. La socia cuenta que en algunas ocasiones sus colegas no cuentan con el dinero para matricular a sus hijos y solicitan un préstamo de la caja; a ese monto se le agrega un interés del 5%. “Al final del año estas ganancias se distribuyen para las mismas socias”.
Rosa Pilaquinga, otra artesana del noroccidente de Quito, sostiene que tanto ella como sus compañeras no solo mejoraron su situación económica, “ahora podemos trabajar desde nuestros hogares y atender mejor a nuestros seres queridos”.
Los recursos obtenidos también se los destina a la organización de las ferias artesanales. Una de ellas (denominada la Feria de Integración Artesanal y Artística) se realizó este fin de semana en el parque central de Cotocollao (norte), por el Día de la Madre. Este evento contó con 50 estantes donde se expusieron una serie de manualidades, peluches, objetos de cerámica y bisutería.
Rupay Egas, coordinador de proyectos de la Agencia Municipal de Desarrollo (Conquito), indica que si ellos apoyan este tipo de proyectos, su tarea se encamina a las labores comunitarias en el área de la agricultura orgánica.
En este ámbito, coordinan sus acciones con el Centro de Promoción y Empleo para el sector Informal Urbano (Cepeciu), que impulsa las sociedades populares de inversión, que fomentan el ahorro con una noción de inversión a fin de mantener la seguridad alimentaria en la urbe.
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