» Crece el comercio informal sin control alguno

» Crece el comercio informal sin control alguno

Agencia MVT
El número de puestos ambulantes está en crecimiento, lugares en los que se ofrecen diversos productos y servicios que van desde comida, ropa usada, discos compactos y películas en DVD piratas, entre otros, lo que para los que los expenden es un esfuerzo para obtener ingresos económicos tras un despido laboral o intentos fallidos por conseguir un empleo formal.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), en el año que está por concluir, 2.93 millones de mexicanos han perdido su trabajo, muchos de los cuáles son los principales proveedores de su hogar, lo que estimula su ingenio para sacar a flote a su familia y recurren al comercio informal.
El INEGI señala que este tipo de comercio se caracteriza, según su propia naturaleza, por evadir permisos, impuestos, regulaciones sanitarias y de operación e implica una competencia desleal para todos aquellos que cumplen con estas reglas del Estado.
Aunque que no se trata de justificar ni alentar dicha actividad, viendo la realidad de frente, una vez que los comerciantes ambulantes logran estabilidad en la economía informal, es poco probable que se incorporen a la vía formal, pues de acuerdo a las reglas del Estado, tendrían que dejar casi una tercera parte de sus ganancias a Hacienda, al pagar seguridad social a sus empleados, la renta de un local, alumbrado y encima de todo, pagar por depositar dinero.
Además, dichos puestos ambulantes se observan en diversos puntos no sólo de la entidad sino del país entero, donde invaden lugares sin importar si obstruyen o no el paso de la población, y dejan basura en el lugar, ellos sin importar si afectan a los poblados cercanos al lugar y sobre todo a la naturaleza.
No obstante, esta es una realidad, que ignorarla o penalizarla no la mejora, por lo que urge una solución creativa, empezando por aceptar el fenómeno del crecimiento de la economía informal, buscar nuevos caminos y fomentar microeconomías con reglas flexibles que permitan incluir en el camino de la legalidad a quienes han descubierto que vivir fuera de las normas, es la mejor opción.