DIAaDIA ONLINE: gente como yo
Un luchador incansable. Para Freddy Pérez, de 59 años, la vida no ha sido nada fácil, pero estos obstáculos no le han impedido convertirse en un buhonero exitoso y sin complejos por lo que hace.
Antes de convertirse en buhonero trabajó en una empresa que vendía seguros, allí se desempeñaba como mensajero por más de cinco años, pero un buen día la empresa cerró operaciones en Panamá.
La pérdida de su empleo no lo abatió y de inmediato se puso a pensar de qué forma se ganaría la vida, después de meditar mucho se dijo que no trabajaría para otra persona.
Con una inversión de B/5.00 empezó su negoció de buhonería, esos cuantos dólares le sirvieron para comprar una peinillas, plumas, gancho de cabello, toallitas y algunos lápiz.
No se queja, pues desde que se hizo trabajador informal nunca ha faltado un plato de comida en su mesa, aunque no faltaron las altas y las bajas siempre se levantó para salir adelante.
Con mucho esfuerzo compró un terreno en Chapala de Arraiján. Luego fue comprando poco a poco los materiales con los que construyó la casa que siempre deseó para su esposa y su nieto.
Pero todo lo que consiguió Freddy en la vida no lo consiguió solo, pues a su lado siempre estuvo su esposa Ana Ayarza de Pérez, quien siempre lo animó en los momentos difíciles.
Ella lo acompaña todos los días en su pequeño puesto, que tiene ubicado en el puente peatonal del Complejo Metropolitano Arnulfo Arias Madrid en la vía Transístmica.
En el futuro, Freddy sueña con construir cuartos de alquiler detrás de su casa y una fonda que le genere los ingresos necesarios para terminar su vejez en paz y tranquilidad después de muchos años de trabajo.
TEMOR
Freddy tiene miedo de que lo saquen del puente donde tiene su puesto.
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