martes, 8 de junio de 2010

La cara buena y mala del microcrédito en Bolivia :: Noticias de Bolivia de último momento

La cara buena y mala del microcrédito en Bolivia :: Noticias de Bolivia de último momento

La Paz - Bolivia.- En los últimos años el microcrédito se ha convertido en el motor de desarrollo de la micro y pequeña empresa en Bolivia, pero también en una pesadilla para miles de familias, que perdieron lo poco que tenían.

Existen bancos y entidades financieras especializadas en este rubro, que en muchos casos empezaron como Organizaciones no Gubernamentales (ONG), sin fines de lucro.

Según datos oficiales, hasta abril de este año la cartera de crédito de este sector se encuentra en un promedio del 98,7% frente al 95,83% de la banca.

Las microfinancieras tienen una cartera en ejecución del 0,39% con una cartera en mora del 1,23%, llegando al 3,22% de los clientes.

Al 31 de marzo las entidades microfinancieras llegaron a 1,7 millones de depósitos en cuentas de ahorro y Deposito a Plazo Fijo (DPF). La captación sobrepasa 1,4 millones de dólares.

EVOLUCIóN

En Bolivia pese a las dificultades, principalmente debido a un entorno económico negativo para el desarrollo de cualquier actividad económica, las microfinanzas han sido y siguen siendo exitosos en Bolivia.

Según el gerente general de Banco Los Andes ProCredit, Pedro Arriola, varias instituciones privadas han encarado esta tarea, las cuales son totalmente autosostenibles, operando en franca competencia y en condiciones de mercado.

Varios fueron los factores que han contribuido a brindar mayores oportunidades económicas a un sector de la población que ha sido tradicionalmente relegado por el sistema financiero formal, razón que evidencia el éxito de las microfinanzas en Bolivia.

PRECEDENCIA

La situación actual de las microfinanzas en Bolivia es producto de un largo proceso que inicio con el microcrédito con las ONGs.


El estudio y datos de Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microcrédito (SOFIN), da cuenta que nació a principios de la década de los 80, surgieron las primeras iniciativas para crear entidades sin fines de lucro (ONGs) como una forma de brindar acceso al crédito a los sectores con menores posibilidades económicas. Estas instituciones cumplieron un rol muy importante en la economía informal (la más grande del país).


Se incorporaron al sistema financiero de microempresarios que nunca habían tenido acceso a otras fuentes de fondos que no fueran las informales (familiares, amigos, prestamistas, etc.), siendo el principal objetivo lograr una cobertura amplia y profunda en los sectores sociales de bajos ingresos. Por tanto, las ONGs eran entidades crediticias más que intermediarios financieros.


También es innegable el hecho de que las OGNs captaron recursos para la lucha contra la pobreza muchas veces a fondo perdido, el éxito de las instituciones financieras en los años 80 y 90 se debió al descubrimiento que los pobres pagan y que es una fuente inagotable de beneficios, por la alta tasa de rentabilidad, según los prestatarios.


No invirtieron capital, crecieron con dineros a través del Fondo de Desarrollo del Sistema Financiero (FONDESIF) que les asignaron a bajos interés (del 1% al 3%) con 5 años de gracia y a 10 años plazo (por lo general) dineros a fondo perdido como apoyo financiero para su crecimiento. Ese mismo dinero se les prestaba a los sectores empobrecidos como créditos a una tasa de interés que oscila entre el 24% y el 43% anuales, con una serie de cobros irregulares por formularios, honorarios, contratos, haciendo más caro el crédito para los pobres, sostiene la Asociación de Pequeñas Unidades Productivas de El Alto.


FORMALIZACIÓN


A partir de 1992, con la creación del Bancosol, comienza el proceso de “formalización” entendido como la constitución de entidades financieras reguladas dedicadas a las microfinanzas, que surgen a partir de ONGs ya existentes.


Los Andes como el primer FFP constituido en el país sobre la base de la Asociación Pro-Crédito. Posteriormente, se crean otros FFPs originados también en ONGs (Fie, Prodem, Ecofuturo) y por iniciativas empresariales totalmente privadas (Fassil, Fondo de la Comunidad, Agro Capital y Fortaleza).


Se habré un amplio panorama de oportunidades para la formalización que giran principalmente en torno a un mayor espectro de fuentes de financiamiento posibles (tanto por financiadores institucionales como a través de instrumentos de captación directa de recursos del público), una posibilidad de reducir los costos financieros y acceso a información de la Central de Riesgos de la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras.


Cuatro mayores entidades que se han formalizado demuestran un crecimiento enorme (Bancosol, Banco Los Andes ProCredit, Fie y Prodem) ampliaron las coberturas en cantidad de clientes atendidos como en volumen de recursos financiados, lo cual no hubiera sido posible de no tener el acceso a fondos que permite ser una entidad financiera supervisada.


Las cuatro entidades antes de la formalización sumaban un cartera de 41,8 millones de dólares con 90.121 clientes, a diciembre del 2009 alcanzaron un cartera de US$ 1,4 millones atendiendo a más de 630.000 clientes.


Las tasas de interés bajaron sustancialmente para el público producto de la mayor eficiencia lograda por las entidades, al aprovechar mejor sus economías de escala intermediando un mayor volumen de recursos, sin embargo, lo prestatarios de estos bancos opinan lo contrario.


Se amplió la cobertura geográfica tanto urbana como rural, con un número de agencias mucho mayor, las cuatro entidades antes de su formalización sumaban 75 agencias, mientras que a diciembre 2004 cuentan con 400 agencias.


Para los pequeños prestatarios, el “éxito” de la experiencia boliviana en microfinanzas, es producto del amedrentamiento sobre los pequeños deudores en los procesos de cobranza, abusivos e ilegales, que están basados en amenazas a los niños, presión psicológica, allanamientos de morada sin autorización de autoridad competente, con tácticas humillantes como el pintado de las paredes en el domicilio con el termino de deudor, siendo ASOFIN (Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Micro Finanzas) la encargada de hostigar con el apoyo de los tribunales a las diferentes organizaciones de deudores y prestatarios.


SERVICIOS

FINANCIEROS
El sistema microfinanciero regulado, el cual es en parte consecuencia de la formalización de ONGs y su “transformación” en entidades financieras reguladas.En la etapa de crisis económica y la consolidación de la industria comienza con la manifestación de una etapa de crisis macroeconómica que comenzó a sentirse en 1999 y continúa hasta la fecha.El logro importante es que se ha ampliado los segmentos de mercado, atendiendo a sectores que antes no se atendía como población rural, asalariados, pequeña y mediana empresa.

Según datos, se ha incrementado la oferta de productos financieros no crediticios, como giros y transferencias nacionales e internacionales, cobranza de servicios públicos e impuestos, venta de seguros, pagos por cuenta de terceros, nuevas modalidades de captación de depósitos, etc.Es importante mencionar que las entidades de microfinanzas presentan una mayor solvencia si comparamos los niveles de cobertura de previsiones sobre cartera en mora con relación al sistema bancario en general, superando en todos los casos el 100%.

La coyuntura económica adversa indudablemente afectó a las instituciones de microfinanzas, pero según se ha demostrado, el efecto negativo fue mucho menor al sufrido por el sistema financiero tradicional.
El Diario

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