El “socialismo del siglo XXI” ¿está generando beneficios a Venezuela?
-Antes de hablar de un beneficio, primero es importante definir qué es el “socialismo del siglo XXI”. Sobre todo, ha habido mucha retórica, muchas conceptualizaciones, entre ellas destacan las de Eva Golinger (abogada, escritora e investigadora venezolano-estadounidense) o Marta Harnecker (autora marxista-leninista y socióloga chilena), sin embargo, a la luz de las investigaciones que hemos realizado no encontramos una definición clara. Por el contrario, esta luce como una suerte de concepto muy elástico, extremadamente flexible, donde todo cabe, menos la democracia.
Ahora bien, desde el punto de vista pragmático, desde su implementación en Venezuela hay informes del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela, denominado “Informe 2004”, donde se hace una comparación con los índices macroeconómicos que experimentó el país en el último quinquenio del gobierno del Dr. Rafael Caldera Rodríguez, comparado con los resultados de la Venezuela “revolucionaria bolivariana”. Allí encontramos, más bien, que por primera vez en la historia de Venezuela el índice de la pobreza estructural, que se había mantenido siempre en más o menos por debajo de los 10 puntos porcentuales, a partir del 2002 hasta hoy ha sobrepasado esa barrera histórica.
Al mismo tiempo, la pobreza crítica también experimenta niveles elevados de al menos 10 puntos porcentuales. Es decir, que si vamos a observar la materialización del “socialismo del siglo XXI”, encontramos que ha sido un gran generador de pobreza y miseria en el país. Si nos vamos a evaluar los indicadores de fuerzas de trabajo, por ejemplo, lo que es el trabajo formal en Venezuela históricamente se mantenía siempre alrededor del 9 puntos porcentuales por encima del empleo informal (o desempleo encubierto). A partir de 2002, y siempre sobre la base de datos estadísticos oficiales, encontramos que por primera vez y casi por 10 puntos porcentuales el empleo informal supera al formal. El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela ha revelado que el 8% de la población vive en desempleo, y un 40% está en empleo informal.
-¿A qué factores se pueden atribuir estos “resultados”, al parecer, desastrosos?
-En lo que se ha traducido este “socialismo del siglo XXI” es en la destrucción del aparato productivo, una enorme inseguridad del sector empresarial que ahora siente mucho miedo de invertir por el tema de la inseguridad jurídica, dado que por el paquete de “leyes habilitantes” que salieron en Venezuela el presidente Chávez tiene la facultad de declarar que tal o cual actividad económica privada es de interés estratégico nacional, y a partir de allí, por un decreto, puede estatizar algo que es privado. En estas condiciones, el sector privado no quiere arriesgar y, por ende, no hay contrataciones o, en el peor de los casos, hay despidos. Entonces, eso es lo que permite explicar hoy día en Venezuela que el 50% de la población económicamente activa se encuentre desempleada (en la informalidad o en el desempleo absoluto).
-¿Exactamente cómo se materializa esa destrucción del aparato productivo?
-Hay que reconocer que el sector privado es el que genera los capitales para las activaciones de la industria, el comercio y los servicios. Si usted a ellos los cercena, pretende imponerles un modelo estatista al estilo Cuba, obviamente eso va a retroceder la inversión con todas las consecuencias económicas y sociales que ello genera.
-¿El régimen chavista, entonces, se ha definido por el modelo cubano?
-Ese es el modelo que encontramos en Venezuela. Por ejemplo, en octubre pasado se dio la nacionalización de los puertos, y no solamente de estos, sino también de los almacenes privados que estaban instalados allí, porque fueron considerados de “interés estratégico nacional”. Por otra parte, muchas haciendas en Venezuela, que independientemente de que sean latifundios o no, fueron expropiadas para poder repartirlas y allí crear unos minifundios o lo que llama Chávez los “Fundos Zamorano”. Sin embargo, encontramos que estas haciendas que fueron expropiadas actualmente están más bien improductivas. El caso de los bancos, mucha gente quiere politizar el tema o colocarlos con fines crematísticos, pero realmente habría que revisar si efectivamente estos bancos ya estaban en crisis de iliquidez; pero lo cierto es que en Venezuela hay un ente que se encarga de regularlos, que es el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria, y la pregunta es si este efectivamente estaba cumpliendo con su función de velar por el transparente desempeño de las cuentas en esos bancos; y por qué no se pronunció antes, por qué esperó a que esas entidades colapsen para posteriormente intervenirlos o cerrarlos.
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