La crisis y la informalidad | iEco | Clarin.com
Para fines de año, en la región habrá más de tres millones de nuevos desempleados. La situación podría mejorar en 2010, pero se anticipa que serán empleos de menor calidad y más precarios.
El año 2009 se despedirá de América latina dejándole una secuela de más de tres millones de nuevos desempleados urbanos. La cifra surgirá al sumar los 2.500.000 trabajadores abiertamente desempleados con las–aproximadamente– 700.000 personas que habrán dejado de buscar empleo durante el año debido al “desaliento”. Pero mayor será el número de trabajadores que habrá caído en la informalidad laboral.
Así lo estima el último trabajo conjunto dado a conocer por la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El informe destaca que la tasa de desempleo urbano regional, que se sitúa en el 8,5%, llegaría al 8,8% u 8,9% si se contaran los “desalentados que no encuentran espacio para su búsqueda en el mercado laboral. En el mismo período del 2008 la tasa de desempleo fue del 7,5%.
Mientras que el tercer trimestre auguraba un agravamiento de la desocupación, se esperaba que en este último trimestre comenzara a modificarse la tendencia con un leve repunte o al menos la paralización de la caída y una mejora efectiva para el año entrante. Una consecuencia grave para el mediano plazo será la caída del empleo de buena calidad, ya que la crisis multiplicó el trabajo informal en toda la región, según el informe “Crisis en los mercados laborales y respuestas contracíclicas”.
Para Gerhard Reinecke, especialista en políticas de empleo de la OIT, quien conversó con iEco, desde su oficina en Santiago de Chile, “generalmente, la recuperación de los mercados laborales tras una crisis tiene un cierto rezago respecto de la recuperación de los indicadores de actividad económica, debido a que existe capacidad ociosa en las empresas que en un primero momento permite incrementar la producción sin contratar mano de obra”.
Según Reinecke “en esta crisis, en varios países el mercado doméstico se ha mantenido relativamente estable, concentrándose el impacto en los sectores de mayor exposición internacional. Por esta razón, es posible que el tiempo de recuperación de los mercados laborales sea algo más breve que en oportunidades anteriores, pero igual durante el año 2010 todavía se notará el impacto de la crisis”.
El proceso tiene costos adicionales, como el aumento del subempleo al trabajar los ocupados una jornada incompleta; mayor desocupación para los jóvenes, cuya tasa habitual de desempleo triplica a la de los adultos, además de la marcada disminución de los trabajadores protegidos por la seguridad social.
Reinecke admite que si bien “es bastante habitual que en períodos de crisis económica en que las empresas formales despidan trabajadores asalariados y que aumente el número de quiebras, lo que obliga a los trabajadores afectados a iniciar actividades por cuenta propia, esto no significa que las políticas no puedan influir para suavizar, por lo menos, este fenómeno” y citó como ejemplo las medidas de protección social tomadas por varios países, “como los seguros de desempleo y otros mecanismos de protección social”.
En cuanto a los sectores, la industria manufacturera es la actividad más afectada: el número de ocupados se redujo el 2% en Brasil; el 1,4% en Chile; el 0,9% en Colombia; el 7% en México y el 2,7% en Perú. A la Argentina no le fue mucho mejor: perdió 5% de trabajadores fabriles.
Cambios en la Argentina
El director de SEL Consultores, Ernesto Kritz, alerta sobre las cifras locales donde la tasa de desempleo iguala al promedio regional ubicándose en un 8,8%, “hay un cambio en la medición que baja un poco la tasa de desempleo urbano. Hasta el año pasado se consideraba desempleado a quien no había trabajado la semana anterior y había buscado trabajo durante el último mes.
Desde el año pasado se cambió el criterio, y se toma como desocupado a quien no trabajó la semana anterior pero buscó trabajo. Aquellos que no buscaron trabajo en la semana anterior a la encuesta no son considerados desempleados”. Kritz acepta que alguien que pudo estar “simplemente resfriado y no buscó trabajo la semana anterior”, se queda afuera de la estadística, la cual, “si volviéramos a la definición del año pasado, ubicaría la tasa de desocupación en un 9,3%”.
Sobre el trabajo informal dice que “no tenemos ningún dato porque el INDEC no da a conocer la base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares, pero se perdieron 230.000 empleos formales en el primer semestre, lo cual se detecta por los aportes realizados a la seguridad social. La caída general es de algo más del 1%, claro que en la industria manufacturera es del 5% y en la construcción, del 14%”. El especialista asegura que los planes del Gobierno para la construcción y los subsidios a las empresas para evitar el desempleo evitaron una caída muy grande pero también dice que “las empresas trataron de no despedir al personal porque en Argentina es muy difícil luego contratar gente, no se encuentran los recursos humanos necesarios”. Afirma que la situación se estabilizó y dejó de perderse empleo, pero que recién repuntará en 2010 y que “a fines del año próximo vamos a poder recuperar los niveles de empleo anteriores a la crisis”.
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