Diario Las Americas - Un floreciente mercado negro
La economía informal está creciendo en Estados Unidos y ese problema se debe principalmente a un par de políticas gubernamentales.
Hoy, más de 17 millones de norteamericanos adultos no tienen cuentas bancarias y otros 21 millones utilizan otros servicios para cobrar cheques y enviar dinero. En economías que están creciendo más gente utiliza los bancos, pero en la actualidad menos norteamericanos lo están haciendo.
Los ingresos provenientes de impuestos federales, estatales y locales están cayendo más de lo que se ha contraído la economía. El dinero en manos de individuos y empresas ha crecido 13,3% en los últimos dos años, mientras que los ingresos de la gente se redujeron 3%.
La economía informal incluye actividades legales como parte de la construcción y los servicios, donde no se pagan impuestos, además de actividades ilegales como las drogas y la prostitución. En Europa, la economía informal suele ser alrededor de 20%, pero alcanza 30% en países como Italia.
Recuerdo a un ministro de finanzas italiano que hace un par de décadas me decía estar seguro de que la economía de su país era 40% más grande de lo que indicaban las estadísticas oficiales. Y en algunos países en desarrollo la economía informal representa 70%.
La gente que no utiliza servicios bancarios y guarda sus ahorros en su casa asume riesgos, pero las regulaciones contra el lavado de dinero dificultan que los jóvenes, personas que están de paso y los inmigrantes ilegales puedan tener una cuenta bancaria.
Muchas de esas mismas regulaciones han hecho que aumenten las comisiones y los cargos por servicios bancarios, lo cual afecta particularmente a la gente de bajos ingresos. Usted puede estar seguro de que cada vez que el Congreso y las oficinas del Impuesto imponen nuevas reglas y regulaciones, los más perjudicados son los de bajos ingresos, mientras que los que hacen trampas consiguen nuevas maneras.
El gobierno obliga cada día más a los bancos y a quienes ofrecen servicios financieros a servir de espías.
Muchos estudios e investigaciones han demostrado que cuando la gente considera que los impuestos son razonables y que los políticos están gastando su dinero inteligentemente aumenta la recaudación de impuestos. En caso contrario, disminuye la recaudación. En Estados Unidos es cada día más evidente que gran parte de los impuestos no se invierte inteligentemente, sino que se gasta para beneficiar a compinches.
En el último año, el público se ha dado cuenta que muchos de quienes en Washington abogan por mayores impuestos, argumentando que todos tenemos la responsabilidad de pagar nuestros impuestos, son los mismos que no pagan impuestos ni cumplen con las regulaciones.
Cuando el secretario del Tesoro y el presidente del Comité de Medios y Arbitrios del Congreso (comisión que redacta los impuestos) son acusados de trampas con sus impuestos personales se socava la autoridad moral de los recolectores del impuesto y es una clara invitación para que los demás ciudadanos hagan lo mismo.
Está demostrado que los gobiernos no logran que se paguen más impuestos ni tampoco reducir el tamaño de la economía informal con aumentos de onerosas regulaciones. Por el contrario, no es casualidad que donde la ciudadanía goza de mayor libertad personal y financiera el sector informal es mucho más pequeño que bajo gobiernos opresivos y corruptos. En Washington debieran reconocer esa realidad. (AIPE)
*Presidente del Institute for Global Economic Growth.
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