martes, 15 de diciembre de 2009

La tasa participación laboral puertorriqueña, del 43 por ciento, está entre las más bajas del mundo | Primer Momento

La tasa participación laboral puertorriqueña, del 43 por ciento, está entre las más bajas del mundo | Primer Momento

San Juan, 15 dic (EFE).- La tasa de participación en el mercado laboral de los puertorriqueños no supera el 43 por ciento, una de las más bajas del mundo, tendencia provocada por un creciente número de ayudas sociales que desincentivan la búsqueda de empleo.
El profesor de economía de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, Santos Negrón, señaló hoy a Efe que la tasa de participación – población que trabaja o que busca trabajo – es del 42,9 por ciento, mientras que en un país occidental desarrollado alcanza cerca del 65 por ciento.
Negrón, antiguo jefe del Análisis y Estudios Económicos del Banco Gubernamental de Fomento, dijo que el bajísimo número de puertorriqueños empleados se debe, principalmente, a las innumerables ayudas sociales -tanto estatales como federales- que recibe la población.
El economista subrayó que la ayudas, que comenzaron en los años cuarenta del pasado siglo, fueron incrementándose con el paso de las décadas hasta alcanzar áreas como la educación, salud, alimentación y un largo etcétera.
Negrón destacó que otro de los factores que provoca tan bajo número de individuos activos laboralmente en Puerto Rico es la falta de formación y destrezas entre la población de la isla caribeña, lo que causa que muchas personas no puedan acceder a los puestos de trabajo ofertados.
“Existe un desfase entre las exigencias del mercado y las destrezas con que cuenta la población”, indicó el profesor universitario, después de aclarar que en la isla existe un altísimo porcentaje de personas inmersas en la economía sumergida o informal.
Negrón apuntó que los entre 1.000 y 1.500 dólares netos por mes que puede recibir un puertorriqueño sin formación específica los puede reunir, o superar incluso, si suma a las ayudas sociales algún tipo de actividad laboral “subterránea”, algo muy común en todo Puerto Rico.
Por su parte, el catedrático de Sociología de la Universidad Interamericana Manuel Torres recordó que entre el 45 y 55 por ciento de los puertorriqueños vive de las ayudas sociales, mayoritariamente provenientes de los fondos federales estadounidenses.
Torres destacó a Efe que además en Puerto Rico entre un 25 y 30 por ciento de la población está inmersa en la economía informal.
“La gente ha ido aumentando su nivel de dependencia con respecto a las ayudas”, sentenció, para matizar que eso ha provocado el abandono de la búsqueda de empleo entre amplias capas de la población.
Torres resaltó que, no obstante, no se puede achacar la culpa a la población, sino que ésta recae en los partidos políticos, que durante décadas han competido -y fomentado- entre ellos por atraer a Puerto Rico más y más ayudas sociales.
El sociólogo explicó que los partidos políticos han provocado lo que definió como “degeneración del Estado de bienestar”, al incrementar paulatinamente las ayudas sociales sin exigir, prácticamente, a cambio condiciones para acceder a éstas.
Torres apuntó que la clase política ha consentido que se generase progresivamente un estado de desigualdades al que no ha respondido, facilitado, en parte, por un sistema educativo ineficaz, a pesar de tratarse Puerto Rico de uno de los países que más a invertido en educación desde la pasada década de los sesenta.
El catedrático universitario dijo que el proceso ha desembocado en que “la mitad del país viva en régimen de dependencia” y un porcentaje significativo estrechamente relacionado como una economía subterránea ligada al crimen y la droga.

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