Aquije Informa: El futuro de la Amazonía peruana a la luz de los procesos de deforestación actuales y las propuestas del gobierno –Deforestación CERO - ante la Cumbre
FOROECOLOGICOPERU – 19/12/09.- Las noticias de noviembre no fueron muy alentadoras para vislumbrar el futuro de la Amazonía en el Perú. Primero, se destapó el escándalo acerca de la magnitud del cáncer irreversible de la minería informal de oro en Madre de Dios, evidenciando la ineficacia de respuestas gubernamentales tardías a problemas que se vienen gestando hace años; y segundo, circuló un video en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=viE6CusL4bM) acerca de la deforestación en Loreto en el 2008 con el objetivo de cambiar la selva por monocultivos para suplir la creciente demanda de agrocombustibles. La primera situación, la tragedia social y ambiental de Madre de Dios, es consecuencia de la ausencia de estado; la segunda, la tragedia social y ambiental en Loreto, es consecuencias de políticas de estado que promueven la inversión de poderosos grupos económicos en lo que hoy en día se llama “cambio de uso” que no es otra cosa que la tala irreversible de la selva amazónica para reproducir el modelo de ocupación basado en extensiones de monocultivos que contradice todo lo enunciado en los foros internacionales sobre como NO destruir la Amazonía, bajo argumentos de mal concebido desarrollo y supuestos beneficios nacionales. Basta revisar las imágenes del video anexo para apreciar de primera mano la devastación producida hace tan poco tiempo y que significan la implantación de un modelo económico que llegó para tratar de quedarse. Muy a nuestro pesar podemos vislumbrar la probable deforestación de muchos otros miles de hectáreas en las próximas décadas hasta alcanzar la actual situación apremiante de Malasia o Indonesia todo en aras de generar riqueza (¿para quién?).
Las dos tragedias mencionadas -que avizoran un futuro bastante oscuro para la Amazonía en lo que resta del Siglo XXI-, contrastan con el discurso oficial en un momento en que el mundo entero pone sus ojos en Copenhague porque está en juego el futuro del planeta a partir de la amenaza del cambio climático en el que la conservación de las selvas tropicales es pieza fundamental.
Difícil entonces creer que las promocionada política y objetivo de “Deforestación Cero”, carta de presentación de Perú en la Cumbre de Copenhague como país supuestamente decidido a defender la integridad de la Amazonía, se desentiendan de los evidentes intereses que tiene el gobierno en promover la inversión multimillonaria para que la Amazonía se convierta en región generadora de ingentes riquezas.
La tragedia de la minería informal en Madre de Dios (http://elcomercio.pe/impresa/notas/brutal-deforestacion-madre-dios/20091110/366840), apocalíptica radiografía del máximo nivel de caos y destrucción al que puede conducir la negligencia y la incapacidad del estado para controlar su territorio, contrasta con esa otra cara del Perú empresario del Siglo XXI que doblega y se apropia de la naturaleza para generar riquezas que desbordan las arcas de las multinacionales y le mejoran la vida a todo el mundo. En Madre de Dios aparece el Perú informal, rebelde y que rebusca una fuente de ingresos en lo que ofrezca el medio, sin importar consecuencias: la coca, la cocaína, la madera ilegal o lo que sea pero paralelo a la existencia del estado de derecho (pero al que está vinculado porque la caoba y el oro se exportan por los canales legales) al que rechaza de plano porque nunca le ha ofrecido una alternativa decente.
Pero el resultado de los dos modelos es el mismo: devastación, marginalidad, desplazamiento, daños irreversibles, indígenas convertidos en peones, regiones perdidas, ilusiones truncadas, errores repetidos, lamentos tardíos, oportunidades perdidas, expectativas derrumbadas.
Contradicciones del discurso político oficial
El pasado mes e mayo se aprobó la Política Nacional del Ambiente (de cumplimiento obligatorio en los niveles del gobierno nacional, regional y local), uno de cuyos objetivos es “lograr la conservación y aprovechamiento sostenible del patrimonio natural del país, con eficiencia, equidad y bienestar social, priorizando la gestión integral de los recursos naturales”, enfatizando que el objetivo para los bosques es:
Prevenir la reducción y degradación de bosques y sus recursos, por prácticas ilegales como tala, quema, comercio y cambio de uso de la tierra.
Realizar acciones para evitar la deforestación de los bosques naturales y la utilización de especies exóticas invasoras para reforestar dichas áreas, promoviendo la reforestación con el uso de especies nativas.
Aquí como ven, solamente se acentúan contradicciones y doble discurso entre la Política Nacional Ambiental, el discurso llevado a Copenhague, vs. la devastación de los bosques que atentan contra su sostenibilidad, con la evidente caos que hoy existe en el sector Forestal, producto de la irresponsabilidad y permisibilidad a los lobbies de intereses económicos ajenos a los de la mayoría de los actores del bosque, así como la tolerancia ante la tala y comercio ilegal, inacción contra la corrupción. Ciertamente en estas condiciones es difícil imaginarse que se logrará en el corto y mediano plazo la anunciada “Deforestación Cero“.
A continuación, algunos de los hechos denunciados en el video de Youtube mencionado y otros hechos similares en la región sur de Loreto y San Martín:
Deforestación de aproximadamente 8 mil hectáreas entregadas al proyecto Palmas del Shanushi, en la región amazónica de Loreto, para la producción de agrocombustibles.
El titular de la adjudicación es Agropecuaria del Shanushi S.A., una de las empresas del Grupo Romero, y el área se ubica en el distrito de Yurimaguas, provincia de Alto Amazonas, región Loreto.
El predio se entregó en concesión a un valor aproximado de 18 soles la hectárea (6 dólares) sin considerar que allí habitaban 60 familias del pueblo quechua-lamista de San Juan de Pacchilla, cuyos predios fueron arrasados a pesar de haber sido delimitados por el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri).
La actividad ha contaminado la quebrada Yanayacu, según lo confirmó el año pasado una comisión multisectorial de Yurimaguas que verificó que “no es apta para consumo humano”.
El Frente de Defensa de Alto Amazonas (FREDESAA) ha reclamado de manera insistente la expulsión inmediata de la empresa.
La misma actividad de deforestación y afectación de pobladores está sucediendo con posesionarios del sector Capulí, entre los límites de la comunidad de Naranjal (distrito de Cainarachi) y San Juan de Pacchilla (distrito de Barranquita) informó el diario La Primera.
En similar situación se encuentra la comunidad de “Bella Selva”, que ya no está en Loreto sino en Barranquita, San Martín, además de otros posesionarios con más de diez años en el lugar.
La deforestación se estaría también realizando en la cuenca del río Caynarachi donde opera el proyecto “Palmas del Oriente” a nombre de la empresa Agrícola del Caynarachi, también asociada al Grupo Romero.
El obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas, monseñor José Luis Astigarraga Lizarralde, ha cuestionado la decisión del gobierno de entregar la concesión en la cuenca del Caynarachi porque se ha perjudicado a miles de indígenas que utilizaban esas tierras para cultivar productos de autoconsumo.
Anuncio (Dicembre 14, 2009) sobre la inminente tala de 3 mil Ha en el distrito Baranquitas, provincia de Lamas, Región San Martín concedidas por el gobierno –sin consultarle a las comunidades- al Grupo Romero a través de sus empresas Agropecuaria Shanusi, Agrícola Cainarachi y Palma del Espino.
http://www.cnr.org.pe/nueva_web/nota.shtml?x=1667
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=16579
¿Y a todo esto, que dice el Grupo Romero?
El banquero Dionisio Romero Pauleti, hijo de Dionisio Romero, patriarca del grupo económico familiar, publica en El Comercio el 11 de junio del 2009 (http://elcomercio.pe/impresa/notas/sin-afectar-propiedad-indigenas/20090611/298908), 6 días después del “Baguazo”, un artículo editorial en la columna “Perspectiva Empresarial” denominado “ Sin afectar la propiedad de los indígenas”. En el mismo, hace alegres cuentas sobre cómo poner a producir la porción amazónica peruana de diez millones de hectáreas “… deforestadas, inhabitadas y sin registro de reserva natural…” con cultivos de cacao, palma aceitera, arroz, palmito y frutas entre otros.” enfatizando que una estrategia de ocupación de este tipo no afectaría la propiedad de las comunidades indígenas. Romero hace una desafortunada apología del “modelo exitoso de Colombia (400 mil hectáreas de palma) y de Ecuador (200 mil) que se puede replicar en el Perú.”, desconociendo que buena parte de los procesos de ocupación y tala de selvas en los dos países vecinos, ha sido a costa del desplazamiento y exterminio de comunidades negras e indígenas (sobre todo en Colombia donde los narco-paramiltares han expulsado a sangre y fuego a las comunidades para sembrar palma aceitera (http://lunazul.ucaldas.edu.co/downloads/Lunazul27_9.pdf) para robar sus tierras o acceder a ellas a precios irrisorios para imponer un modelo de desarrollo basado en mafias de traficantes de tierras, y donde las más perjudicados han sido las comunidades que vivían de lo que el bosque producía. El Grupo Romero se refriega las manos al imaginar el millón seiscientos mil hectáreas de selva que pronto serán un mar de palma africana – es el fin de la Amazonía como la conocemos, y muy diferente a los escenarios que promueve el gobierno en Copenhague a esta misma hora.
En la actualidad, el mayor deforestador de la Amazonía, con anuencia y apoyo del gobierno nacional, es el Grupo Romero con sus ambiciosos planes de ocupar económicamente y dar el “paso histórico” a la economía del Siglo XXI que deja atrás el retrasado extractivismo de los últimos 150 años (que causó tragedias como la del caucho: era otra época, otros barones, la misma motivación, las mismas justificación de desarrollo, riqueza y bienestar).
El negocio del Siglo XXI en el Perú, está en la Amazonía, y es el del comercio de sus tierras sumado a las condiciones laborales exiguas para los desplazados y atraídos por la gran bonanza, indígenas incluidos.
¿Hechos aislados, o parte de una política paralela?
El “lanzamiento oficial” de este proceso de ocupación económica de la selva, empezó con el conocido artículo del presidente García llamado “El síndrome del perro del hortelano” (http://elcomercio.pe/edicionimpresa/Html/2007-10-28/el_sindrome_del_perro_del_hort.html) publicado el 28 de octubre del 2007 en El Comercio, donde se esboza la visión sobre los indígenas de sierra, ignorantes y pobres, a pesar de que son propietarios de grandes extensiones de terreno improductivos, los cuales podrían generar millones de dólares si se abren los mismos a los grandes capitales, sedientos de oportunidades ante la avalancha de TLCs que firma el país con medio mundo. Para consolidar la filosofía del “Perro del Hortelano”, se han emitido una gran cantidad de normas para promover las grandes inversiones donde aun estas no han llegado, en las que entre otras, se ofrecía la disponibilidad de tierras “incultas” al gran capital. La inesperada (para el gobierno) reacción de los pueblos amazónicos, la testarudez del gobierno en su propósito, y el desenlace final con los hechos lamentables de Bagua es historia conocida.
Si se recuerda la mayoría de Decretos Legislativos emitidos al amparo de las facultades otorgadas al ejecutivo para implementar el TLC con los EE.UU., entre los temas de fondo mas cuestionados estaba la generación de un mercado de tierras principalmente en la Amazonía peruana, donde el mejor ejemplo de este propósito fue el DL 1090 (Ex Ley Forestal y de Fauna Silvestre) y su modificatoria (Ley 29317) que costó tantos muertos derogar. En esencia se persistía en lo mismo ya que se generaba excepción para el cambio de uso de los bosques si estos son “declarados de interés nacional”: coincidentemente ya habían sido “declarados de interés nacional” una larga lista de cultivos para la producción de biocombustibles.
Pues bien, se sabe que actualmente se está elaborando un nuevo cuerpo legal que actualizaría la resucitada Ley Forestal y de Fauna Silvestre 27308. Lo sorprendente es que mientras se lleva a cabo este proceso participativo con los dirigentes indígenas y Gobiernos Regionales en el Grupo Nacional de Diálogo, el 2 de setiembre anterior se emiten Decretos Supremos paralelos que tienen que ver con el uso, acceso, y cumplimiento de compromisos referidos a la administración y control de los recursos forestales, así como el Reglamento de clasificación de tierras por capacidad de uso mayor (DS. 016-2009 AG, DS. 017-2009-MINAG respectivamente), (http://www.servindi.org/actualidad/opinion/19776 ).
Otro frente de deforestación promovido por el gobierno, se encuentra en el tramo de la carretera Puerto Maldonado – Cusco (Km 55 – 85). Allí los agricultores señalan que los técnicos de COFOPRI solo actualizarán y/o titularán las áreas “trabajadas”. Este mensaje, dice el denunciante, es negativo desde todo punto de vista, porque los agricultores, para asegurar la mayor cantidad de tierras para titulación, desde el 2008 vienen deforestando grandes extensiones de bosques. Se tiene registrado casos en que agricultores han deforestado entre 10 y 15 hectáreas en una sola campaña, cuando el promedio de deforestación año no supera las dos hectáreas. Sin embargo, el gobierno se compromete a eliminar los “incentivos perversos” de sus políticas y prácticas que destruyen la biodiversidad en las reuniones del Convenio de Diversidad Biológica – ¿más letra muerta?-.
(http://amazoniapolitica.blogspot.com/2009/10/cofopri-entre-la-promocion-de-la.html)
En conclusión
Aquí hemos querido resaltar las actuales contradicciones entre el discurso que promociona el gobierno peruano en el exterior para dar una imagen de país sinceramente preocupado por el futuro de la Amazonía, sus gentes y su biodiversidad. Desafortunadamente, los hechos demuestran que va en dirección contraria a este discurso, y por el contrario, se están sentando las bases políticas y económicas para una ocupación económica masiva de la selva que precisa talar millones de hectáreas en los próximos años.
De continuarse con este discurso ambiguo, es fácil prever perdidas irreversibles de la biodiversidad y los servicios ambientales (locales y globales) de nuestros Bosques, donde los miles de pobres y excluidos serán más pobres y más dependientes, así como se rematarán los relictos culturales de muchos de los grupos indígenas que hasta la primera década del Siglo XXI resistieron el embate de la “civilización” que les quiere imponer sus espejismos de desarrollo y bienestar que en la práctica solo concentra riqueza en pocas manos, en las mismas de siempre.
A todos los peruanos y peruanas actualmente interesado(a) s por el clima del planeta y que están siguiendo con legítima preocupación las discusiones de la COP 15 donde se están sentando las bases para el futuro del planeta, les sugerimos igualmente que revisen también lo que ocurre dentro de nuestras fronteras –la destrucción de nuestros bosques- y que está cambiando los patrones de clima locales y regionales, se están destruyendo la biodiversidad y destruyendo las culturas amazónicas.
Valdría la pena que la delegación oficial peruana que asiste a Copenhague aclare estas contradicciones oportunamente, que lamentablemente perjudica la credibilidad de nuestro país.
Lima, 16 de Diciembre del 2009
Daysi Zapata Fasavi
Presidenta de AIDESEP
Sandro Chávez Vásquez
Secretario Técnico Colectivo Forestal
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