lunes, 30 de noviembre de 2009

Se refugian desempleados en el comercio informal

Se refugian desempleados en el comercio informal

Nidia Marín / El Sol de México

Ciudad de México.- En México, una buena parte de los nuevos desempleados por la crisis económica se han refugiado en el comercio informal. Mientras que en 2008, de acuerdo con cifras del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, había poco más de 11 millones 887 mil personas en el ambulantaje, a septiembre de este año, conforme a datos de Consulta Mitofsky, 12.2 millones laboran en el sector informal de la economía, lo que representa el 28.1 por ciento de la población total ocupada.

Casi 46 millones de mexicanos forman parte de la Población Económicamente Activa (58.1 por ciento de la población mayor de 14 años), y de ellos aproximadamente 2.4 millones se encuentran desempleados, señala la institución encuestadora, en un trabajo de León Felipe Maldonado.

"Todas estas personas que desarrollan sus actividades fuera de la formalidad generalmente no declaran impuestos", dice en el documento "El Comercio Informal en Tiempos de Crisis".

Previo señalamiento de que para contar con mayores elementos para el estudio de un fenómeno social "en el que todos somos corresponsables en menor o mayor medida", la muestra se llevó a cabo el pasado septiembre con mil mexicanos, a quienes preguntaron en el "Tracking Poll Roy Campos" de Consulta Mitofsky sobre sus hábitos de consumo en el comercio informal, "que si bien representa una válvula de escape importante para las presiones de empleo, no es de ninguna manera el escenario ideal tanto para la economía del país como para la calidad de empleos a la que debemos aspirar".

* Entre el parche y la pata de palo

En una apretada síntesis de introducción al trabajo realizado se indica, en cuanto a precios contra calidad, que en los resultados de la muestra se observan opiniones muy divididas, puesto que el 36 por ciento de la población declara poner más atención en el precio a la hora de elegir los productos de consumo y el 35 por ciento declara estar más atento a la calidad.

Así es, ante la pregunta "Al comprar un producto, como ropa o discos compactos, ¿qué es más importante, el precio o la calidad del producto?, 34.5 por ciento de los hombres y 36.6 de las mujeres dijeron que el precio; 35.7 y 34.7, respectivamente, mencionaron la calidad; 27.2 de varones y 25.5 de féminas señalaron que ambos.

Evidentemente, existe una fuerte correlación entre el nivel socioeconómico al que se pertenece y la orientación a privilegiar la calidad de los productos que se consumen, es el comentario del autor al respecto.

De tal manera es, porque que la mayoría de los adquirientes que hablaron del precio son de bajo nivel socioeconómico (44.6 por ciento), aunque la clase media también compra por esa razón (35.1 por ciento) y aquellos de alto nivel económico en menor medida (24.2 por ciento).

Explica Mitofsky que la mitad de la población piensa que los productos que se venden en los establecimientos informales son de menor calidad que los que se pueden adquirir en los comercios formales y, en cambio, solamente el nueve por ciento consideran que tienen una calidad superior; percepción compartida por los diferentes segmentos de la población.

* En brazos de los piratas

En relación con los hábitos de consumo, el investigador de Mitofsky señala: "Un mercado tan grande de oferentes informales no podría existir sin una demanda muy amplia; en este sentido casi dos tercios de la población declaran haber comprado algún producto en el comercio informal en los últimos tres meses, esta proporción es ligeramente superior entre los jóvenes, las zonas urbanas y en el centro del país".

En concordancia con la muestra, los consumidores de artículos vendidos en el comercio informal suman el 86 por ciento de la población nacional, ya sea que lo hagan de manera frecuente o de forma esporádica. Acota el autor del trabajo que al concentrar las motivaciones para mantener este hábito en las ventajas comparativas que se encuentran en los precios de estos establecimientos (60 por ciento mencionó esta razón), a lo que se suma el contexto negativo que se vive actualmente en la economía.

Otra conclusión del sondeo de la encuestadora es que mientras los productos que se prefieren consumir en los establecimientos formales son en primer lugar la ropa, con el 34 por ciento de las menciones, seguido por los artículos que componen la canasta básica (23 por ciento), los zapatos (16 por ciento), artículos de electrónica (diez por ciento) y comida preparada (seis por ciento), en el caso de los comercios ambulantes el artículo más adquirido también es la ropa, aunque en este caso con el 25 por ciento de las menciones; el segundo lugar es ocupado por los discos de música (23 por ciento), un poco más atrás se ubican las frutas y verduras (15 por ciento), los zapatos (diez por ciento) y las películas (nueve por ciento), que junto con los discos representan una gran merma a los ingresos de la industria del entretenimiento.

La ilustrativa indagatoria exhibe que ante "la disyuntiva de adquirir productos originales contra piratas, la mitad de la población nacional prefiere productos de imitación a cambio de pagar menos, mientras que el 40 por ciento declara optar por la marca reconocida aunque deba pagar más por él".

La acotación es que el aprecio por lo original se incrementa entre los hombres, los jóvenes y, sobre todo, entre los estratos económicos altos.

Y dice que la mitad de la población piensa que los productos que se venden en los establecimientos informales son de menor calidad que los que se pueden adquirir en los comercios formales; en cambio solamente el nueve por ciento consideran que tienen una calidad superior; percepción compartida por los diferentes segmentos de la población.

La pregunta correspondiente fue: "¿Los establecimientos llamados informales venden productos de más calidad, de igual calidad o de menos calidad que los establecimientos formales?"

A nivel nacional 48.7 por ciento dijo que de menor calidad.

Al observar los resultados de la muestra es inevitable pensar en el detrimento de la industria en renglones de diversos productos.

El investigador lo dice así: "Un mercado tan grande de oferentes informales no podría existir sin una demanda muy amplia; en este sentido casi dos tercios de la población declaran haber comprado algún producto en el comercio informal en los últimos tres meses, esta proporción es ligeramente superior entre los jóvenes, las zonas urbanas y en el centro del país".

Y es que la pregunta al respecto fue: "¿En los últimos tres meses ha comprado usted algún producto en comercios informales como tianguis o ambulantes? De 18 a 29 años los participantes de la muestra 64.7 por ciento dijeron que sí y 32.5 que no (los demás no contestaron); de 30 a 49 años 64.3 por ciento contestó afirmativamente y 33.1 negativamente; y de 50 y más años 55.6 por ciento admitió haberlo hecho y 40.1 señaló que no.

En cuanto al nivel socioeconómico de los que respondieron con afirmación fue alto 60.1 por ciento, medio 64.6 por ciento y bajo 58.9 por ciento.

Otro dato más de quienes contestaron afirmativamente es que 63.1 por ciento son de zona urbana y 59.5 por ciento de rural. Asimismo, 64.8 son del norte del país; 62.2, del Bajío; 68.6 del centro de México, y 50.3 del sureste, por lo que a nivel nacional el porcentaje es de 62.4 por ciento.

* Sobre la muestra

Mitofsky (www.consulta.com.mx.) señala que la encuesta se llevó a cabo mediante el uso como marco de muestreo del listado de secciones electorales en el país y de sus resultados oficiales de la elección federal de diputados en 2006, se tomaron de manera sistemática y aleatoria con probabilidad proporcional a su tamaño (PPT) 100 secciones electorales en todo el territorio nacional, en cada sección se escogieron dos manzanas (o grupos de viviendas en caso de áreas rurales), en cada una de las manzanas cinco viviendas y en cada vivienda un mexicano mayor de edad con credencial para votar vigente.

Las regiones en que se dividió el país para efectuar el sondeo fueron: en el Norte-Noreste, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas, Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora. En el Bajío: Aguascalientes, Colima, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. En el centro de México, Distrito Federal, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Y en el Sureste, Chiapas, Campeche, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

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