Redacción Guayaquil
En la esquina de la 9 de Octubre y Boyacá, centro de Guayaquil, Pedro mira inquieto de un lado a otro, mientras ofrece agendas a USD 1. Su atención se centra en detectar el instante en el cual los policías metropolitanos se acerquen.
“Vengo a ver si me dejan vender algo, para la comida del día”, dice quien prefiere no dar su apellido. Él se ubica cerca al Mercado Central.
Una situación similar vive María Campi, una joven que ofrece agua y colas que carga en un bolso. Ella, al igual que decenas de vendedores de lotería, se esconde de la Guardia Municipal, en plena zona regenerada.
Pese al acercamiento de grupos de comerciantes con el Municipio, que permitió que muchos se incorporen al Mercado de Artículos Varios de las Cuatro
Manzanas, las ventas en las calles no han acabado.
Tampoco han cesado los incidentes. Elizabeth Palacios, dirigente de los comerciantes, denunció que el martes un grupo de metropolitanos agredió a un vendedor de pilas, que estaba en las calles Aguirre y Santa Elena.
Palacios también confirmó, para este lunes, una reunión con la Secretaría de los Pueblos, en el Ministerio del Litoral, a las 09:00 y otra en la Gobernación, el miércoles. El propósito es definir el proyecto de los corredores comerciales. Estos se ubicarían en la calle Montúfar.
Pero, César Espinoza, líder de un grupo de vendedores autónomos, no cree en los planes. “Estoy arrepentido de haber ido a las Cuatro Manzanas. Allá no se vende nada”.
Por su parte el Municipioja dicho que está abierto al diálogo con los comerciantes con el propósito de reubicarlos.
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