Claroscuros del mercado laboral - El Universal - Columnas
La crisis produjo una reducción de salarios reales, pero significativamente menor a la catastrófica de 1995, así como necesaria para no exacerbar el desempleo
Las recientes noticias en materia laboral, tanto del IMSS como del INEGI, indican todavía precariedad en el mercado, pero también signos de recuperación. Como es lógico, los medios de comunicación han preferido enfatizar sólo los aspectos en apariencia negativos. Esta cobertura influye en algún grado en las expectativas de empresarios y consumidores y puede afectar la recuperación del consumo necesaria para el crecimiento.
En el sector formal de la economía, el número de trabajadores muestra que a julio de 2010 se ha recuperado prácticamente el nivel pico en el empleo de octubre de 2008. De hecho, el número de asegurados es sólo 0.3% menor al máximo observado, lo que implica un aumento sin precedente en los últimos meses. Este fenómeno es cierto en el ámbito nacional, mientras que en el estatal sólo cuatro estados no han recuperado sus máximos niveles de empleo de 2008: Baja California Sur, Quintana Roo y Guerrero (afectados por la caída en turismo y en el mercado turístico de bienes raíces). El resto de las entidades —incluidas las de altos índices de inseguridad como Chihuahua— muestran niveles de empleo superiores a sus máximos de octubre 2008.
Con frecuencia se dice que el incremento de asegurados en el IMSS es de empleos que pagan poco y que la masa salarial sigue muy deprimida. Sin embargo, al mes de junio la masa salarial real de los trabajadores asegurados en el IMSS es sólo 2.3% menor al máximo de octubre de 2008. Es cierto que la crisis produjo una reducción de salarios reales, pero significativamente menor a la catastrófica de 1995, así como necesaria para no exacerbar el desempleo.
Por supuesto, que el número de asegurados en el IMSS se aproxime al máximo todavía implica un déficit de cerca de un millón de empleos formales. Queda por verse cuántos de éstos pueden recuperarse el resto del año con una menor tasa de crecimiento del empleo.
La información del IMSS sólo ofrece una visión parcial del mercado laboral. Para verlo en su totalidad, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) es el instrumento adecuado, ya que incluye al resto de la población no afiliada a la seguridad social. El INEGI publicó sus resultados para el primer semestre el viernes pasado. La gran mayoría de la cobertura se concentró en la cifra récord de 28.8 millones de mexicanos ocupados en el sector informal. Otros medios reportaron el incremento de personas ocupadas con ingresos menores a dos salarios mínimos. Cabe señalar que este incremento no es reciente sino que se dio desde 2009.
La cobertura prefirió no enfatizar los aspectos positivos reportados en la ENOE. Vale la pena resaltar que el total de la población ocupada fue de 44.7 millones de personas en el segundo trimestre de 2010 ( el máximo histórico), y una cantidad superior en 1.3 millones al mismo periodo del año anterior. En el cuarto trimestre de 2006, al inicio de este sexenio, el total de personas ocupadas fue de 42.4 millones.
En términos sectoriales el crecimiento de 1.3 millones de personas ocupadas se debe a un incremento de 254 mil en agricultura, 256 mil en manufacturas, 364 mil en comercio, 186 mil en restoranes y alojamiento, 131 mil en servicios profesionales, corporativos y financieros, y 260 mil en otros servicios. Los sectores perdedores incluyen la industria extractiva con una pérdida de 63 mil empleos, la construcción 22 mil, y transporte y comunicaciones 47 mil.
La población subocupada disminuyó en 850 mil personas y la tasa de desocupación se mantuvo constante en 5.3%. Todo esto implica que el déficit de asegurados en el IMSS ha sido compensado por empleos en el sector informal o el autoempleo que vuelven a servir como alternativa flexible de ingresos y actividad.
Con relación a la calidad de los empleos, puede verse que el incremento de la proporción de personas con menos de dos salarios mínimos es sin duda reflejo de la reducción del salario real, pero también de la caída en utilidades, ya que, fuera del sector formal, un número significativo de participantes lo hace como capitalista.
El panorama laboral en México, aunque continúa siendo complejo, no ha tenido un comportamiento tan desfavorable como con frecuencia se hace creer y, sobre todo, tomando en cuenta la drástica caída del PIB de 6.5% en 2009. De hecho, es claro que la situación laboral nacional es mucho menos negativa que la de, por ejemplo, Estados Unidos, donde la tasa de desempleo es de 9.5% y hay un déficit de ocho millones de puestos de trabajo, que difícilmente se colmará en el corto plazo.
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