miércoles, 23 de septiembre de 2009

Argentina: Informalidad y precariedad en las guarderías

Según el relevamiento de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), (2) la mayor cantidad de trabajadores no declarados se registra en guarderías de niños, countries y empleados del sector agropecuario.

Una nota periodística señala al respecto: “De acuerdo con el informe que distribuyó ayer el organismo, los operativos permitieron detectar que las guarderías de niños tenían 39,6% de empleados no registrados en la seguridad social. Esto implica que los empleadores no les hacen los aportes necesarios para poder contar con los servicios de salud y jubilación”.

Existe coincidencia en que la informalidad alcanza a un tercio de la fuerza laboral del país.

En el artículo publicado en ARGENPRESS el 25 de agosto de este año, titulado Jardines Maternales. Problemas actuales, legislación y políticas públicas, nos referíamos a la Ley Nacional de Educación donde se define la pertenencia de la primera infancia al nivel inicial y admite la articulación para la gestión, con la Secretaría Nacional de Niñez y Adolescencia y Familia y otras instituciones de educación no formal. Pero esta legislación no garantiza que la promoción del aprendizaje y desarrollo de este grupo etario pueda efectivizarse, tal como está expuesto en los objetivos.

Aunque esta articulación logra resolver algunos de los problemas de funcionamiento de los jardines, existen innumerables experiencias de muchos de ellos que deben buscar recursos para retribuir al personal y muchas trabajan en forma precarizada. Su inclusión en la órbita de educación, plantea una diferencia con los que están incorporados a la educación formal y el Estado es responsable. Concluíamos en el artículo:

Consideramos que los jardines maternales, tal cual lo describimos, es un problema que incumbe a las políticas públicas pues el reconocimiento realizado en los últimos decenios para acompañar el proceso de crianza desde una institución que cumpla con objetivos asistenciales y pedagógicos, es ampliamente difundida y conocida. Tal es así que fue incorporado tanto en la legislación laboral como en el sistema educativo. Sin embargo, dicha legislación no se lleva a la práctica o no garantiza totalmente la apertura y desarrollo de los mismos.

Las innumerables experiencias de jardines maternales organizados por mujeres y/o centros vecinales son una acción loable pues fueron al encuentro de necesidades de la población pero también pusieron al descubierto el déficit de las políticas públicas en la atención de la primera infancia.

La deuda con la primera infancia es parte de la deuda social con miles de niños en la calle, hambrientos, revolviendo la basura, en un contexto de aumento de la pobreza y la indigencia.

Es responsabilidad del Estado hacerse cargo de estas cuestiones.

Retomando estas afirmaciones, creemos además que no es sólo una declaración de principios, sino que también forma parte de los derechos humanos, que todos los/as trabajadores/as percibamos un “salario mínimo, vital y móvil” como lo señala el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.

La legislación da lugar a la existencia de establecimientos informales, luego fiscalizados por otros organismos que detectan esta situación.

¿Qué es la informalidad?

La informalidad se refiere a un tipo de relación laboral que

• no está sujeta a la legislación laboral nacional,

• al impuesto sobre la renta,

• a la protección social o a determinadas prestaciones relacionadas con el empleo.

La nueva definición de la OIT: del “sector informal” a la “economía informal” (3)

La 90ª Conferencia Internacional del Trabajo de 2002 promovió un cambio sustancial en la concepción y en la definición (OIT,2002). Se trataba de resolver problemas estadísticos pendientes, siguiendo el nuevo paradigma propuesto por Juan Somavia, y limar diferencias que sobre el tema existían entre empleadores y trabajadores. La noción de “trabajo decente” estructuraría las siguientes dimensiones: trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son respetados y cuenta con remuneración adecuada y protección social. De esto se deduce que en la economía informal se constata un déficit del “trabajo decente” y para resolverlo sería necesario atacar las causas profundas de la actividad y de la informatización.

La nueva concepción

El concepto tradicional de sector, actividades o trabajo informal, hacía referencia a cuatro categorías

1. los trabajadores por cuenta propia (excluidos los profesionales y técnicos)

2. los trabajadores familiares (auxiliares) no remunerados

3. los trabajadores y propietarios de microempresas

4. el servicio doméstico

Según la nueva concepción la economía informal comprenderá también a todos los trabajadores sin protección social (denominados generalmente como no registrados o “en negro”). Se agregan dos consideraciones a tener en cuenta:

1- registro parcial o incompleto que facilita las actividades informales, poder acceder a los beneficios de las empresas formales pero sin pagar todos sus costos;

2- siempre mantiene vínculos de importancia con la economía. Importa bienes y exporta bienes y servicios hacia los otros sectores.

Composición del sector informal

En la distribución por sexo las mujeres informales suman alrededor de 1.556.090 (39%), los varones 2.435.387 (61%). Estas cifras son de mayo de 2003, cuando podía considerarse informal cerca del 45%.

Según un estudio de C. Pok y LOrenzetti se concluye con estas afirmaciones:

- La informalidad no es una excepción marginal y transitoria de nuestro del mercado de trabajo pues en mayo de 2003 significaba aproximadamente la mitad de la población económicamente activa (PEA).

- La informalidad en las actividades independientes adopta múltiples modalidades y es heterogénea, asegurando diversos niveles de reproducción:

a) por debajo o en la línea de indigencia,

b) entre la línea de indigencia de pobreza,

c) sobre la línea de pobreza y permitiendo la obtención de excedentes

- La informalidad no se circunscribe a un sector, sino que atraviesa toda la estructura económica con diversa intensidad.

- La presencia de las mujeres es determinante dentro de los empleos informales.

- La informalidad de los asalariados desde el punto de vista de su registración se encuentra tanto en los pequeños establecimientos informales como en las empresas formales de mayor tamaño.

Las guarderías, los jardines maternales y/o comunitarios cuyas relaciones laborales son informales, son establecimientos donde las empleadas no están registrados legalmente como de institución educativa.

Una de las características de estos establecimientos, es que el personal suele desplegar conocimientos tácitos con presencia determinante de mujeres

¿Qué significa que las mujeres que pertenecen a estos establecimientos tienen conocimientos tácitos.

¿Qué es el conocimiento tácito?

Hay estudios sobre la organización del trabajo que se ocupan del tema abordándolo desde las nuevas tecnologías

Algunas reflexiones de S. Wood.

Cabe destacar tres dimensiones principales de las cualificaciones tácitas (Manwarig y Word), 1985) (4):

1- la ejecución de tareas rutinarias implica un proceso de aprendizaje por el cual las capacidades se aprenden a través de la experiencia ;

2- se requieren diferentes grados de percepción para realizar determinadas actividades;

3- tiene que ver con la naturaleza colectiva del proceso laboral.

El aspecto social del trabajo ha sido destacado por autores que señalan la importancia, para la pertenencia a una organización, de cualidades tales como la afinidad, la camaradería, el cumplimiento de horarios y la obediencia. (…)

La cualificación y la división sexual del trabajo (5)

Las nociones de la “construcción social” de la cualificación y de las capacidades tácitas se pueden aplicar y se ha aplicado a la cuestión de la segregación de empleo entre hombres y mujeres. (…) El hecho mismo de que las mujeres sean excluidas de tantos empleos, se puede usar para reforzar el argumento general de que las capacidades no son socialmente neutrales. La infravaloración de ciertas capacidades que las mujeres pueden desempeñar en la actualidad con tasas de productividad más alta que los hombres se ha ido reconociendo cada vez más. Los ejemplos más obvios son las tareas delicadas, repetitivas y monótonas que requieren destreza, tales como las operarias de ensamblaje en el sector electrónico o en la confección. Aún cuando mucha gente crea que las mujeres están “naturalmente” más adaptadas a este tipo de trabajo, es infravalorado constantemente y definido universalmente como falto de cualificación o semicualificado. . Esto se explica en parte por el hecho de que las diferencias en la habilidad para hacer este tipo de trabajo pueden reflejar la manera en que las mujeres son preparadas para él desde muy jóvenes; el trabajo muy cualificado a menudo no se reconoce como tal; precisamente porque la formación no tiene lugar dentro del lugar de trabajo y se concibe, por tanto, como una habilidad natural que poseen las mujeres y no los hombres. (…) Más aún las feministas han hecho hincapié en la forma en que los hombres excluyen directamente a las mujeres, y como tales han incorporado al debate su concepto de patriarcado al subrayar que hay una contienda no sólo entre el capital y la mano de obra, sino también entre hombres y mujeres. Así, en muchas situaciones las tácitas de exclusión por parte de trabajadores varones no van dirigidas simplemente contra sus colegas varones, sino también contra las mujeres, como ha mostrado Cockburn (1983) en su estudio sobre trabajadores de imprenta.”

En nuestro caso, en los establecimientos, llamados guarderías, jardines maternales, y/o comunitarios, algunas mujeres se incorporan con un aprendizaje informal y otras con una formación profesional.

Cuando hablamos de aprendizaje tácito en nuestro objeto de estudio, nos referimos a las tareas domésticas y de crianza, tareas que no son suficientes para emprender el cuidado y atención en una organización destinada a la crianza de la primera infancia. Es observable que en muchas de éstas, confluían: mujer, informalidad y precariedad.

Por otro lado, de modo indirecto se subestima los avances que se ha hecho en la formación docente, incorporando una comprensión científica del proceso evolutivo de la niñez, así como las propuestas pedagógicas.

Existe una larga tradición social para que la dupla madre-niño/a se reproduzca, aunque tenemos que reconocer que desde la mitad del siglo XX, se comenzó a separar deberes y derechos de cada uno de los términos de la dupla, en el período crítico de la década de 1990, cobró un nivel destacado.

¿Qué perspectiva tiene el abordaje de un tema tan complejo?

En la coyuntura, las propuestas de “trabajo decente” tienen que ser efectivizadas, es decir el trabajo del personal de guarderías, jardines maternales y comunitarios tiene que ser registrado e incorporado a la seguridad social.

Podríamos sintetizar en dos propuestas.

a. El estado debe garantizar el funcionamiento de guarderías, jardines maternales y/o comunitarios.

b. El personal empleado tiene que estar registrado y con cobertura social.

Notas:

1) Desde hace varias décadas se habla de jardines maternales, pues se consideró que estas instituciones debían tener objetivos de asistencia básica y pedagógica y no sólo “guardar” a los infantes. Desde nuestro punto de vista objetamos el término “maternal” pues fija la tarea de crianza en la madre.

2) Clarín, 18 de agosto de 2009.

3) Neffa, Julio C. (Coordinador). La informalidad, la precariedad laboral y el empleo no registrado en la provincia de Buenos aires. Ceil-Piette- Ministerio de Trabajo, Provincia de Buenos aires.

4) Publicado en el acta sociológica 30, num.1, 1987. La organización social del trabajo. Ediciones Pirámide

5) Op.cit.

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