martes, 7 de julio de 2009

Conciliar trabajo y familia: la deuda pendiente de América Latina

Por Cristina Espinoza / La Nación

La cifra es inédita. Hay más de 100 millones de mujeres insertas en nuestro mercado laboral, sin embargo ganan menos que sus pares, tienen empleos informales y están más expuestas a la cesantía. La crisis promete agravar la desigualdad. Pero también puede ser la oportunidad para instalar políticas conciliatorias que quiten del hombro de las féminas el peso total de la familia.

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Las proyecciones sobre el impacto de la actual crisis económica mundial en el mercado laboral, sindican a las mujeres como una de las principales afectadas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló en enero de este año, que de los 50 millones de empleos que podrían perderse, 22 millones serán de mujeres. Dichas proyecciones son, sin duda, una amenaza para los logros que ha alcanzado la fuerza laboral femenina, que podría continuar profundizando la brecha entre géneros. Sin embargo, los expertos aún confían en que la crisis se pueda convertir en oportunidad, donde los gobiernos tendrán un rol clave.

En América Latina y el Caribe son 100 millones de mujeres las que trabajan (53% de la población femenina), lo que según el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Jean Maninat, es un fenómeno inédito e irreversible. "Ninguna economía podría sobrevivir sin el aporte de la mujer", señaló el representante en la presentación del informe "Trabajo y Familia: hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social", preparado por la OIT en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El trabajo realiza un diagnóstico sobre la relación de los trabajadores latinoamericanos y su vida familiar, dando especial énfasis a la situación de la mujer.

La investigación de los organismos de la ONU constató que si bien los países se han esforzado por disminuir la brecha de género, persiste la desigualdad. Sin ir más lejos, a pesar de que más de la mitad de las mujeres tiene un trabajo remunerado, cerca del 50% de estas trabajan de manera informal, lo que las excluye de salud, previsión y las políticas públicas en varios países de América Latina.

"Cuando el mercado laboral no da respuestas a las nuevas necesidades, la familia concilia de alguna manera, pero con altos costos para la sociedad y las personas, que producen grandes divergencias", señaló Rebeca Grynspan, directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe.

Políticas públicas

Las familias latinoamericanas han cambiado y hoy es posible ver muchos hogares donde ambos padres trabajan o donde es la mujer la que asume como jefa de familia (en Chile sobrepasan el 30%). Estos cambios traen nuevas necesidades, pues las mujeres que laboran requieren apoyo para el cuidado de sus hijos, algo que el mercado laboral no siempre es capaz de proveer y es ahí donde los gobiernos tienen que intervenir, adaptando horarios de servicios públicos a las nuevas necesidades de los trabajadores, fomentando la descentralización geográfica, evaluando el impacto de la ampliación de los horarios escolares y pre-escolares y del año escolar, además de la provisión de transporte escolar y atención de salud en las escuelas, entre otras.

El estudio deja al descubierto la falencia de muchas naciones que siguen implementando políticas públicas alejadas de la realidad actual, sin embargo, también destaca iniciativas como el postnatal masculino de hasta 18 días en Ecuador o el programa nacional Chile Crece Contigo.

Desigualdad

"Las responsabilidades familiares se vuelven en contra de las mujeres", señala María Elena Valenzuela, socióloga especialista del Programa Regional de Género y Empleo de la OIT. Son ellas las que deben adecuar sus horarios para encargarse de labores de cuidado, con lo que deben resignarse a trabajar menos horas, con menos sueldo, menos oportunidades, mayor ausentismo y rotación.

El informe muestra que a pesar de que en promedio las mujeres tienen más educación que los hombres, "no pueden insertarse a la fuerza de trabajo o tienen que trabajar menos horas de las que quisieran, porque no tienen como conseguir apoyo o la sociedad no está preparada para dar los apoyos", dice la socióloga. Y no se refiere sólo al cuidado infantil, "está el tema de los horarios de funcionamiento de la sociedad, los colegios, consultorios de salud están pensados en ese modelo antiguo de familia que ya no existe, modelo en que hay un papá proveedor que gana lo suficiente para mantener a toda la familia y una mamá que está en la casa con los niños.

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