Tras el bonito sueño del desacople, China ha despertado en su peor crisis desde que en 1979 abandonaran la planificación y optaran decididamente por la economía de mercado.
En el primer semestre de 2008, el PIB crecía a tasas próximas al 10% trim.a., en el tercer trimestre de 2008 el crecimiento cayó hasta el 6% trim.a. pero en el cuarto trimestre de 2008 el PIB estuvo prácticamente estancado. Para una economía con un crecimiento tendencial de la productividad próximo al 8% anual, no crecer supone destruir empleo y, lo que es más preocupante, pierde su capacidad para absorber los intensos flujos migratarios que huyen de la miseria de las zonas rurales y buscan El Dorado en las zonas urbanas y desarrolladas. Esto aumenta el riesgo de conflictos sociales, lo cual ha forzado al Gobierno a tomar medidas extraordinarias para reactivar el crecimiento. A continuación analizamos dichas medidas.
Gráfico 1: tipos de cambio spot y futuro del yuan.
Fuente:Bloomberg e IM (26-2-09)
Un 'policy mix' ultraexpansivo
Tras anunciar un ambicioso plan de reactivación fiscal, dota-do con 600.000 millones de dólares, ahora le toca el turno a la política monetaria. Aunque China ha registrado elevados superávit por cuenta corriente también está siendo asolada por un intenso credit crunch. Muchos inversores han retirado sus inversiones de China y cómo se observa en el gráfico 1, el tipo de cambio ha dejado de apreciarse y el tipo a plazo anticipa una depreciación en el próximo año, tras descontar una intensa apreciación esperada hasta el pasado verano.
El Banco Central ya no se ve obligado a intervenir en el mercado para evitar la apreciación del yuan, por lo que ha dejado de acumular reservas en moneda extranjera. Además, el sistema bancario Chino está muy intervenido y es muy ineficiente. Se estima que un tercio de la financiación de pymes se consigue en el mercado informal y que el frenazo de la actividad y el aumento de la morosidad han colapsado esa fuente de financiación. Los bancos tenían una enorme exposición al préstamo promotor y el frenazo del boom residencial también está intensificando la restricción de crédito.
El ministerio de economía establece las cantidades y tipos de interés que los bancos tienen que dar a cada segmento de demanda y ya han comenzado a incrementar el crédito para contrarrestar los efectos devastadores de la crisis económica.
El Gobierno es consciente que reducir sus reservas de divisas para aumentar el crédito interno pondría en riesgo la estabilidad financiera mundial y ellos, con una extrema dependencia de las exportaciones, serían los más perjudicados. Por esa razón, han anunciado que el Banco Central dará préstamos al Gobierno en dólares, que éste cambiará por yuanes en el mercado de divisas y monetizará en gasto público para reactivar el crecimiento de la actividad y del empleo. En el gráfico 2 se puede observar cómo las medidas ya están teniendo éxito y han conseguido aumentar el crecimiento de la base monetaria M0 y del dinero en circulación M2.
Gráfico 2: evolución del agregado M2 y reservas de divisas
Fuente: Bloomberg e IM (26-2-2009)
Conclusiones
Aunque para analizar la crisis financiera se abusa de explicar que pocos países que registraban elevados déficits por cuenta corriente son los culpables, la realidad es que sin los elevados superávit exteriores también de pocos países, especialmente de China, no hubiera sido posible la Edad Dorada del crédito. China posee 700.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU y 400.000 millones en bonos de Fannie Mae y Freddie Mac, por lo tanto financiaron todos los excesos financieros del último lustro y son corresponsables del problema.
Su sentido común, les lleva a mantener su posición en activos exteriores, pero para el resto del mundo es una excelente noticia que China haya apostado por una política monetaria cuantitativa sui generis pero eficaz, que permitirá al Dragón asiático aumentar el dinero en circulación, estabilizar su tipos de cambio y evitar una crisis cambiaria, reactivar el consumo doméstico y reducir su exposición de las exportaciones.
por José Carlos Díez. Economista Jefe de Intermoney Expansión
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