PYMES en la cuerda floja - América Latina en Movimiento
La Pequeña y mediana empresa (Pymes) fue muy perjudicada por el terremoto del 27 de febrero que afectó a la región centro-sur de Chile. Y ya estaban a mal traer por sucesivas crisis económicas y desiguales leyes del mercado que, simplemente, les impiden competir con los grandes consorcios. Las Pymes no despegan, ni lo harán dentro de las leyes del mercado, que frenan su producción, ventas y capacidad de generar empleo. Es una realidad que golpea a toda Latinoamérica, donde campea el capitalismo.
Una primera evaluación tras el terremoto cifra las pérdidas del sector en más de 5.000 millones de dólares. Así no se ve fácil ninguna recuperación. En el año 2006, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las Pymes eran formalmente 83.347, con 1.208.767 trabajadores, equivalentes al 38% del empleo nacional. La realidad es otra: son aproximadamente un millón y medio, formales e informales, y generan el 80% y más del empleo en Chile. Así y todo, sólo un 3,7% de ellas exporta. Y es que el modelo exportador no está hecho para ellas, sino para destruirlas lentamente. Así de simple. “Estamos fuera del modelo. Nuestro gran obstáculo para el desarrollo o supervivencia está en la pérdida del mercado, que nos ha sido arrebatado por los grandes consorcios. Venimos perdiendo mercado, gradual y sistemáticamente, lo que amenaza nuestro futuro”, dice Pedro Davis, presidente de Conupia (Confederación Nacional Unida de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y Artesanado), organización gremial nacida en 1966.
Mientras los grandes consorcios expanden sus negocios y acrecientan ganancias pero no crean empleos, las Pymes se debilitan, reducen sus ventas, su trabajo se estanca, y aumenta la desigualdad en la distribución de la riqueza. “Es el sistema”, dice Davis, quien ha participado representando a las Pymes en la discusión del financiamiento de la reconstrucción post terremoto. El 85% de las Pymes posee un ingreso de hasta cuatro sueldos mínimos -660.000 pesos, unos 1.260 dólares-, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El bajo ingreso explica el porqué no hay capacidad de ahorro y de inversión para las Pymes. Tras el terremoto y con la excusa de la reconstrucción, el gobierno del empresario y presidente Sebastián Piñera entregó en bandeja a los grandes consorcios - Easy, Homecenter Sodimac y Construmart- 8.000 millones de pesos. “Sólo después de nuestro alegato, se anunció 4.500 millones para que los municipios los distribuyeran en boucher, para que fueran comprados en ferreterías locales. Hasta ahora, no tenemos ningún reporte de cómo se entregó, no tenemos constancia de que se haya hecho. ¿Por qué el gobierno hizo negocios con grandes empresas? Porque es el gobierno de los grandes empresarios. Lo mismo sucede con los bancos que no prestan dinero a microempresarios porque les es más fácil prestarle a los grandes. Además, si a un grande le va mal, está ‘papá Fisco’ para que lo respalde. ¿Por qué el ministro del Interior prefirió hablar con los dueños de Falabella, de Jumbo, de Easy, etc.? Porque los conoce, son de su mundo, de su vida empresarial. Ni siquiera se tomaron la molestia de buscar un argumento razonable. Cuando protestamos, respondieron que las grandes cadenas del retail estaban en todo Chile. Y es mentira. En pueblos pequeños, precisamente los más afectados por el terremoto y maremoto, no están las grandes cadenas”.
-¿Estas grandes empresas están vinculadas a ministros o personeros de gobierno?
“No lo sé aunque creo que sí. La malla empresarial chilena es pequeña. Cualquiera puede indagar en la composición de sociedades anónimas. Hay ministros que formaron hasta hace poco parte de directorios de empresas. Vemos nuevamente que se dice que este es un gobierno pro-Pymes pero se hace todo en favor de las grandes empresas”.
-¿Qué pasó con las Pymes tras el terremoto?
“Perdimos más mercado. Todas las empresas de la zona costera de regiones afectadas, desaparecieron. Pymes que eran proveedoras de empresas como las de celulosa y otras, perdieron ventas. Los grandes cerraron por meses. Y están las Pymes que sufrieron daño físico en instalaciones; se les cayó el taller o la casa. Perdieron capital, ventas, trabajadores que no pudieron ir al trabajo por varios días. Normalmente los despiden, pero por el terremoto se hicieron cargo, y hoy no tienen financiamientos, deben sueldos, o los pagaron y no tienen recursos para materias primas. Calculamos que son del orden de 120.000 las Pymes afectadas. El gobierno anunció la entrega de un bono por 3 ó 4 millones de pesos. Pero no ha entregado nada. Eso alcanzaría para 5.000 empresas. Eso es todo lo que el gobierno va a hacer: marketing.
-¿Cuál es la razón de ser y los objetivos de Conupia?
“Ser el interlocutor válido de un amplio espectro empresarial: micro, pequeños y medianos empresarios, industriales de servicios y artesanos, muchos de los cuales son trabajadores por cuenta propia. Somos quizás la organización gremial más amplia en cobertura de pequeño empresariado, el resto de las organizaciones son por ramas: feriantes, microbuseros, taxistas, comerciantes detallistas. Somos un sector muy golpeado por el modelo económico. Nuestro objetivo es representar al sector ante las autoridades en lo que respecta a la generación de políticas públicas y conseguir un tratamiento de la autoridad que permita desenvolvernos de mejor forma en cuanto a condiciones económicas. La micro y pequeña empresa es considerada como una unidad económica que genera empleo, pero nadie se preocupa de si es trabajo digno y decente, bien remunerado, estable… Hay un 80% de los trabajadores en el sector. Pero como quienes generan ‘las cuentas nacionales’ es la gran empresa, toda la atención de las políticas económicas va hacia ella, por lo menos ha sido así desde 1973. En Chile hay un millón y medio de unidades productivas menores: micro, pequeña y mediana empresa”.
Las Pymes emplean a 5 millones 600 mil trabajadores. Unas 800.000 unidades productivas son informales pues el mercado las obligó a la informalidad. Muchas microempresas surgen por el desempleo en el sector público y privado. Ex trabajadores asalariados se convierten en “microempresarios” porque no tienen otra opción. No lo hacen por vocación empresarial o porque vean una oportunidad para generar nuevos productos o servicios. Son emprendimientos de baja calidad. Hasta el año 2000 las Pymes representaban el 33% de las ventas nacionales. Al año 2008, habían bajado a sólo el 17%, a pesar de que los gobiernos de la Concertación multiplicaron por 5 el gasto en el sector. “Unas 6.000 empresas se llevan el 80% del producto, y un millón y medio, apenas el 17%. La desigualdad es demasiada”, dice Davis.
Las Pymes no tienen acceso al mercado. No pueden “competir” en esta economía globalizada y concentradora. “No accedemos porque no hay un mercado libre. Es un monopolio. Es libre en la teoría, pero en realidad es manejado por unas pocas empresas que dominan los precios de los insumos. Por ejemplo, si produzco alimentos, ¿a quién debo vender? A las cadenas de supermercados, y ¿a qué precio? Al que ellas quieran pagar… El pequeño productor está obligado a funcionar en esas condiciones. Los grandes tienen economías de escala, acceso a tecnología e información, profesionales calificados. Hay una asimetría enorme en el mercado -como dicen los economistas-. Cuando alguno lo logra, se encuentra con otros problemas. Supongamos que vendo un producto que no tienen otros. ¿Cómo me financio? El banco no presta dinero, no se es ‘confiable’ para la banca. ¿Cómo compra tecnología? ¿Cómo me capacito? Hay un conjunto de barreras que impiden aprovechar las oportunidades para crecer. Esto se debe a una serie de causas estructurales de la economía, hecha para los grandes grupos empresariales”, dice Davis.
Hoy la participación de las Pymes en la economía es mucho menor que el 17%. Ni siquiera hay estadísticas. Chile no mide en cuánto participan las Pymes en el PIB. “En las exportaciones, si sacamos a la mediana empresa, la participación de la micro y pequeña empresa es menos del 0,5%... Las empresas que venden menos de 500 millones anuales -la mayoría-, participa en menos del 0,5 de las exportaciones. Cuando nos hablan de tratados de libre comercio, mercado globalizado, etc., para nosotros es pobreza y miseria globalizada. El 20% de los microempresarios es pobre o indigente. Se considera microempresario a todo el que no recibe un salario pero que tiene un ingreso. Los ‘coleros’ de las ferias y vendedores ambulantes son ‘microempresarios’ y la mayoría tiene un ingreso mensual menor al de trabajadores con contrato. Cuando el presidente Sebastián Piñera dice que va a crear 100.000 nuevos emprendimientos, nosotros le decimos que va a crear ‘100.000 nuevos pobres’. No tiene ningún sentido, es sólo marketing”, concluye Davis.
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