viernes, 25 de junio de 2010

Nueva Prensa Guayana - “Negocios en casa” una nueva modalidad productiva

Nueva Prensa Guayana - “Negocios en casa” una nueva modalidad productiva

Como único ingreso, o como un dinero extra, cinco habitantes de la comunidad La Laguna cuentan cómo pasaron a formar parte del grueso de la población que se dedica a una microempresa donde son sus propios jefes

San Félix.- Una modalidad que comenzó hace muchos años con el oficio de la costura, ahora debido al creciente desempleo y difícil situación productiva, un grupo de cinco personas cuentan cómo convirtieron un espacio de su hogar en un negocio.

Agencias de loterías, peluquerías, preescolares, alquiler de habitaciones, bodegas, talleres mecánicos, son sólo algunos de los que predominan en calles de las comunidades de los distintos estratos sociales, incluso dentro de conjuntos residenciales cerrados.

Las entrevistas fueron realizadas ayer en la mañana en la comunidad La Laguna, en San Félix, donde se conoció que ante la falta de alternativas de empleo y la capacidad para crear una empresa estable, optan por la seguridad de su casa y los clientes fijos, los vecinos.

Una de las primeras personas que abrió las puertas de su hogar fue Josefina Reyes, quien desde hace seis años vende tetas frente al colegio Casacoima a sólo un bolívar, sin tener que enfrentar problemas de materia prima ni la adquisición de maquinarias.

De parchita o de mango son las más populares. Agua, néctar de las frutas, un poco de azúcar y listo, para la nevera. “Tuve algunos problemas con el azúcar, pero ya se está estabilizando”, contó Reyes que califica sus ingresos como “una pequeña ayuda” para los gastos de su familia.

ImageLa boutique de la vecina

A unas cuadras más adelante se encuentra la casa de York Janet Vegas, en cuyo porche se expone las prendas de vestir traídas de Caracas y otras piezas para niños confeccionados por ella misma. Aunque Vegas no se encontraba, su hija Zoar Calzadilla habló del “negocio familiar”.

“Mi mamá salió para recibir el certificado del Inces con eso espera poder optar por un empleo a una empresa, mientras tanto yo trabajo acá porque estoy esperando que me salga un cupo en la universidad” comentó Calzadilla.

El hogar de esta joven se integra por cuatro miembros y sólo un ingreso y medio, ya que las ventas como en la mayoría de los comercios no son muy buenas, además de que son ingresos fijos. De allí que, Vegas con la aspiración de crecer acudió a presentar los exámenes a Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista donde se está entregando certificados para quienes de una u otra forma aprendieron algún oficio.

Enseñando con amor

Otro de los casos que se conoció fue el de Elizabeth Rojas, quien con la experiencia que da ser madre y maestra suplente en la escuela de sus hijas, ahora imparte tareas dirigidas en horario de dos de la tarde a cuatro.

Rojas expuso, “no tengo un título, pero enseño con amor a los niños, estuve trabajando seis años pero tuve que dejar de laborar por dos años por enfermedad, pero como se acercan las vacaciones decidí retomarlo”.

En este hogar, como el de muchas otras familias, conviven seis personas que incluyen a los dos nietas de esta maestra, ahora ¿cómo subsisten?, pues sólo con los 10 bolívares semanales que cobra por niño y el dinero que trae a veces su esposo cuando “el carro está bueno para taxear”.

EPS herrería La Laguna

Mientras que muchas empezaron de cero, con el actual régimen unos pocos están recibiendo ayudas monetarias como José Salazar, quien dirige una Empresa de Producción Socialista (EPS) herrería La Laguna.

Salazar quien lleva 20 años dedicándose a esta labor, manifestó que aunque trabajo para otros, “ahora puede trabajar con más libertad, sin que nadie le esté diciendo apúrate, nadie te supervisa, se trabaja más cómodo siendo tu propio jefe”.

Aunque contaba con algunas maquinarias propias, solicitó al Consejo Comunal una ayuda que le fue entregada en 22 mil 500 bolívares, con un tiempo muerto de tres meses para pagar 700 mil bolívares mensuales para los equipos que hacían falta.

Como muchos otros de los establecimientos vinculados a la rama de la construcción, este padre de familia que aprendió por sí solo el oficio indicó que en los últimos meses han tenido pocos ingresos, se limitan sólo a pasar presupuestos y aún siguen esperando las llamadas.

Los riesgos

Si bien, las experiencias laborales contadas por estos padres y madres de familia son un ejemplo de lo importante que es ganarse el dinero con el esfuerzo propio e iniciativa, no se puede dejar de lado los riesgos de ser tu propio jefe.

No contar con seguro médico, bonos vacacionales, bonos alimenticios y tener que administrar no sólo los gastos del hogar sino también los egresos del pequeño negocio, además de que al no ser una empresa registrada son pocos las opciones de solicitar créditos las posibilidades de crecer son pocas.

Pero otro grupo de personas se ven obligadas a mantenerse al menos tres o cinco años en este tipo de negocios, como Yuley Martínez quien tiene un centro de llamadas en la sala de su casa.

“Yo empecé en esto porque veía en la calle varios puestos y me veía que eso daba dinero, además tengo que cuidar a mi hija que esta pequeña, por eso no sé cuánto tiempo me tenga que dedicar a esta labor”, repuso Martínez.

Todas estas historias, son sólo una pequeña parte de la crítica realidad laboral que de San Félix se extiende a toda Venezuela, ahora ¿cuál es la clave para cambiarla?, pues sólo una la activación de la inversión privada en el aparato productivo nacional, y un rol de estado supervisor no de empresario.

Las cifras

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reseñó que en San Félix reside el 67% de la población de Ciudad Guayana, de estos el 40% se dedica a la actividad informal. Dentro de este grupo, de acuerdo con investigaciones del Ciepv-Ucab Guayana, las actividades preponderantes son el comercio informal, transporte por cuenta propia, compra-venta aluminio, electricistas, albañiles, enfermeros y profesor particular.

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