viernes, 25 de junio de 2010

La compra venta de chatarra, un rubro difícil de controlar

La compra venta de chatarra, un rubro difícil de controlar

Diario La Capital de Mar del Plata
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La compra venta de chatarra, un rubro difícil de controlar

A pesar de las limitaciones legales, desde el área de Inspección General se tiende a controlar que se respeten las medidas de seguridad para evitar accidentes y contaminación.
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» Cuando se realiza en casas particulares, la "chatarrería" es casi imposible de controlar para la comuna.

La clausura por octava vez en un año y medio de una chatarrería en Libertad y 190, puso al descubierto la informalidad que caracteriza a esa actividad y las limitaciones para el control por parte de la Municipalidad.
Es que la comuna tiene poder de inspeccionar y, llegado el caso, clausurar sólo locales comerciales, pero no así aquellos depósitos que se encuentran dentro o detrás de casas particulares, por lo que, a pesar de tener conocimiento de la existencia de estos depósitos de materiales disímiles, no tienen posibilidad de actuar, salvo que cuenten con una orden de allanamiento. A través de la Ordenanza General de Habilitaciones -en el rubro depósito de chatarra- el área de seguridad industrial y comercial de la Dirección de Inspección General, puede controlar que este tipo de establecimientos se encuentren ubicados dentro de zonas permitidas -según uso de suelo-, que la carga y descarga de los materiales se realice dentro de las instalaciones, que cumpla con elementos de seguridad tanto para quienes allí trabajan como para el público, luces de emergencia, cartelería, seguridad de las instalaciones eléctricas, contar con duchas y vestuarios.
Además, por la naturaleza de los materiales que en ese tipo de comercio se manejan y teniendo en cuenta que puede haber elementos de descarte como baterías -que tienen ácidos- filtros, restos de hidrocarburos, botellas de vidrio con cualquier tipo de líquido, que pueda contaminar, se requiere que el depósito se realice sobre pisos de cemento, que no haya contacto directo con desagües ni con la vía pública y que se realice una disposición separada de los elementos.
El titular de Inspección General, Eduardo Bruzzeta, apuntó que la dificultad de controlar estos comercios no se desprende de la ilegalidad de la tarea, sino por su naturaleza vinculada con "la economía informal", es decir, en lugares que "no están habilitados formalmente y que se encuentran en casas particulares donde no podemos ingresar".
De todas maneras "nos manejamos con denuncias de vecinos y a veces nos encontramos con casos como el de la clausura del martes, que se trata de tres locales a la calle, por los que nunca se realizó ningún trámite de habilitación". "No podemos desconocer que es una actividad marginal, informal, una cuestión social" reconoció el funcionario, aunque también señaló que "hay algunos lugares de compra venta de chatarra que son un ejemplo a seguir, que se han ido amoldando a las normativas municipales y normas de convivencia y no provocan ningún problema a los vecinos". Este tipo de comercios habilitados, no supera "el par de decenas".
En el caso del operativo conjunto entre Inspección General, el ente de Obras y Servicios Urbanos (departamento de Higiene Urbana) y la policía del martes último, en la chatarrería de Libertad y 190, además de la clausura, se procedió al secuestro de los elementos de trabajo.
Teniendo en cuenta que era la octava clausura del local en el plazo de un año y medio, el secuestro de varios elementos de trabajo obedeció a una estrategia tendiente a entorpecer la violación de la clausura, un hecho que, según Bruzzeta, es muy común en este rubro.
"Esta vez se procedió al secuestro de los elementos que hacen a la actividad, como una báscula, una mesada y un contenedor de grandes proporciones lleno de vidrio, preparado para ser vendido a granel", enumeró el funcionario.
Sobre el contenedor con vidrio indicó que "estaba colocado de una manera peligrosa e ilegal. Por su ubicación que obstruía el tránsito vehicular y peatonal. Y también provocaba contaminación, ya que era utilizado para almacenar el descarte de todo lo que obtenían los cartoneros de la zona, provocando una gran acumulación de residuos más lo que los vecinos arrojaban, dando lugar a un basural de grandes proporciones". Una vez que se levantaron todos los residuos, quedó un pozo que fue rellenado por operarios del Enosur.
Vale señalar que según indicó el funcionario municipal, el local clausurado será verificado diariamente por los inspectores de la Dirección General para evitar la violación de la faja de clausura hasta tanto se presenten los trámites correspondientes para su habilitación en forma legal y así desarrollar su actividad, dentro de la ley.

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