De esta manera los colombianos le hacen quite al desempleo para poder llevar la comida a la casa.
Talleres de confección, ventas de minutos a celular y comercialización de alimentos preparados son algunas de las actividades económicas a las que han recurrido los paisas para obtener ingresos y generar empleo, aunque claro está bajo condiciones especiales como pago por hora, día o producción y sin derecho a seguridad social.
Andrea Arenas, es un ejemplo de ello, pues desde hace un año vive de la venta de minutos a celular y genera cerca de 20 empleos. A sus trabajadores les paga entre $18.000 y $25.000 por día, pero no están afiliados a EPS, pensiones ni riesgos profesionales.
“Esto es un trabajo de calle. Yo no soy una empresaria y no tengo la capacidad para pagar prestaciones sociales. Además este negocio no es constante, entonces yo no puedo asumir un costo tan alto porque no tengo con qué pagarlo”, señaló Arenas.
Entre las definiciones de informalidad existentes en Colombia según Ricardo Bonilla, coordinador del Observatorio de Coyuntura Socioeconómica de la Universidad Nacional de Bogotá, está la no afiliación de los empleados a los sistemas de seguridad social.
“Un empleado es informal cuando no aporta a la seguridad social contributiva. Cuando se toma esta definición sólo a cerca de 8 millones de trabajadores en Colombia les pagan salud, pensiones y además los afilian a riesgos profesionales”, aclaró Bonilla.
Otra definición habla de que el empleado informal es toda aquella persona que labora en una empresa con menos de 10 trabajadores incluyendo al propietario. Este es el caso de Sandra Álvarez, quien desde hace 10 años tiene una microempresa de confecciones, en la que actualmente laboran 9 personas más, a quienes se les paga por producción obteniendo en la mayoría de veces $250.000 por quincena.
“Ellos no están afiliados a EPS ni a pensiones porque se incrementarían los gastos, mientras que los contratos siguen siendo los mismos”, indicó Álvarez, quien agregó que los ingresos de esta microempresa ascienden a los $7 millones mensuales.
Según el coordinador del Observatorio de Coyuntura Socioeconómica de la Universidad Nacional cuando se retoma la definición que habla sobre el número de empleados, en Colombia el 60% de los trabajadores son informales y trabajan en microempresas, el otro 40% son formales y laboran en pequeñas, medianas y grandes empresas.
“Ese 60% lo conforman tres tipos de personas, las que trabajan en empresas donde hay menos de 10 personas, los trabajadores independientes no profesionales y los trabajadores no remunerados que trabajan al lado de un cuenta propia”, aseveró Bonilla.
Marleny Rivero es otro ejemplo de cómo en época de vacas flacas los colombianos recurren al empleo informal para cumplir con sus responsabilidades familiares. Ella junto con dos hermanos vende almuerzos caseros y aunque no les paga un salario fijo ni seguridad social, aseguró que les da semanalmente la liga.
“Por el momento mis hermanos tienen Sisben, yo aspiro a que el negocio crezca de tal manera que pueda pagarles más y porqué no afiliarlos a una EPS”, puntualizó Rivera.
Pero mientras los negocios de los colombianos crecen y se hacen tan rentables como para afiliar a sus empleados a los sistemas de seguridad social, en Medellín por lo menos 34 personas seguirán ganándose el pan de cada día a través de empleos poco productivos y precarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario