viernes, 25 de junio de 2010

Empleados públicos y privados invaden el espacio de los trabajadores informales

::: Diario Región :::

Para el 1 de septiembre de este año, el salario mínimo de un trabajador será de 1.223 Bs.F según decreto presidencial emitido el 1º de mayo.
Sin embargo, los representantes gremiales de la región aseguran que este aumento salarial fraccionado no representa ningún beneficio real para los venezolanos. Tito Barrero, presidente de Fetranzoátegui, explicó que el año pasado la inflación acumulada estuvo por el orden del 25%. "Esto significa que estos incrementos sirven para compensar, pero no para mejorar el poder adquisitivo del ciudadano", dijo Barrero.
Indicó que según el informe del Instituto Nacional de Estadísticas INE, la calidad del empleo en el país se mantiene estable, sin embargo, se observó un ligero retroceso en el mes de abril con respecto a marzo al pasar de 57,3 por ciento a 57,6 por ciento.
En relación con el empleo informal, este se ubicó en 43, 3 por ciento, según se mostró en el informe del INE. "Estos trabajadores no se ven amparados por el aumento salarial", explicó Barerro.
Por su parte, el dirigente magisterial, Pedro Luis Rodríguez, aseguró que los verdaderos beneficios laborales se adquieren a través de la firma de un contrato colectivo. "Es difícil creer en un gobierno que dice preocuparse por la seguridad social y siendo el principal empleador del país prohíbe las formas de acuerdos colectivos en ministerios, institutos, empresa o fundación del Ejecutivo Nacional". Añadió que esta situación es similar en todas las áreas públicas.

Matando tigres
El rebusque, los empleos temporales, la buhonería era hasta hace poco una opción de obtener ingresos para aquellos que se encontraban sin un empleo formal. Sin embargo, la crisis económica y la merma en el poder adquisitivo del venezolano tiene a los trabajadores formales rebuscándose.
Manuel Díaz, es licenciado en educación y trabaja en una escuela de Barcelona. Pero los fines de semana el docente se dedica a vender Cd's con mezclas musicales que él mismo arma.
Pos su parte, la TSU en Informática Lusbey Dí Camillo, luego que culmina su jornada laboral de oficina, continúa trabajando desde su casa haciendo tortas para cumpleaños y otro tipo de dulces por encargo.
Ambos profesionales aseguran que muchas veces el ingreso que perciben por "los tigritos" es mayor que el que generan en su empleo formal, pero no abandonan sus trabajos para no perder la estabilidad que ellos les ofrecen.
"La realidad es que con un sueldo de 1700 Bs.F al mes no me alcanza para mantener a mi familia, para pagar el colegio de mi hija, hacer un buen mercado, pagar los servios públicos… eso es imposible", asegura Manuel Díaz.
Javier Martínez, labora en una empresa en la Zona Industrial Los Montones, y cuando culmina su jornada sale con su carro a taxiar, porque según este obrero "por más que uno gane bien, el dinero no alcanza".
El presidente de Fetranzoategui , Tito Barrero, indicó que durante años se ha luchado por ofrecerle a los venezolanos empleos dignos, bien remunerados y que les permitan obtener calidad de vida. "Hoy día tenemos un trabajador insatisfecho, que no puede realizar sus funciones al cien por ciento porque esta llenó de deudas y muchas veces no descansan los suficiente, matando tigritos para compensar las necesidades financieras de su hogar", aseveró Barrero.

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