VICENTE GUERRA / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA José Manuel Soria está ya en campaña, aunque él dice que la red para pescar votos la tiró el mismo día en que entró en política y desde entonces no la ha recogido. En esta entrevista, el presidente del PP y vicepresidente del Ejecutivo se extiende en sus planes de reducción de la Administración pública, sobre el Pacto, la oposición o la figura del nuevo líder socialista canario.
- Gobierno y PSOE se han lanzado a la reforma del REF, pero en ámbitos empresariales esa iniciativa se ve arriesgada, porque puede rebajarse el actual nivel de los incentivos.
- Esa reforma es necesaria desde principio de legislatura, y hemos trabajado mucho en ella para ir definiendo sus bases. Tenemos muchísimos documentos que van en tres direcciones: actualizar los instrumentos fiscales porque los vigentes ya no tienen tanta potencia como en el pasado; actualizar también los incentivos económicos porque algunos no han funcionado como creímos que iban a funcionar y otros ni siquiera se han aplicado, y en tercer lugar algo tan importante como lo anterior: reformar el sistema de financiación de las corporaciones locales.
- Ahora mismo, con las empresas en rojo, la RIC es inoperativa, de tal forma que tenemos un instrumento singular para nuestro desarrollo económico que sirve de poco.
- Para que la RIC funcione las empresas tienen que dar beneficios y los bancos deben dar crédito. Ahora mismo la mayor parte de las empresas no están dando beneficios, luego la posibilidad de dotar RIC es cada vez menor, y los bancos a su vez están dando bastante menos crédito del que daban en la época de las vacas gordas. La conclusión no puede ser más evidente: la RIC ya no es una herramienta adecuada en tiempos en los que hay pérdidas en las empresas y en los que no hay créditos. Y otra conclusión: hay que reconvertir la RIC en otro incentivo fiscal que sea capaz de actuar en un escenario de pérdidas y en un escenario de crédito escaso.
- ¿Y cómo hará posible eso?
- Hay fórmulas. A mí particularmente me gusta un incentivo fiscal que pueda operar tanto si las empresas tienen beneficios como pérdidas y que pueda actuar directamente al margen de que los bancos den o no crédito. ¿Por qué? Porque eso desvincularía ese incentivo fiscal de que haya un tiempo de crisis o un tiempo de bonanza económica.
- ¿Cambiaría la Reserva por un sistema generalizado de bonificaciones en el IRPF?
- Me parece que sustituir la Reserva por una bonificación general en el IRPF o en el Impuesto de Sociedades, o complementar una nueva RIC con ese sistema, donde todos los canarios, fuesen o no empresarios o profesionales, pudiéramos tener esa bonificación, es una cuestión que puede cobrar mucha actualidad otra vez.
- ¿Debería ser posible invertir la RIC en el exterior?
- Soy partidario de que dentro de la reforma del REF también el incentivo fiscal pueda materializarse en actividades exteriores por una razón muy sencilla: si convenimos que el consumo y la inversión internas ya no serán suficientes para crecer, y que hay que apoyarse en el sector exterior, de nada sirve tener un incentivo que no se pueda aplicar a eso.
- El Banco de España pronostica otro año y medio de destrucción de empleo. Es decir, un escenario socialmente explosivo con 360.000 desempleados y una tasa de paro por encima del 30%.
- La cifra de paro oficial no se corresponde con lo que es la realidad de personas que pueden estar ejerciendo un tipo de actividad que no están declarando, y creo que ningún Gobierno debe apoyar ese tipo de economía informal. Cuando veo que la caída del consumo en Canarias en un año como el 2009, que fue del 6,5%, y veo cómo ha caído la recaudación fiscal indirecta, en torno al 30%, uno se plantea dónde está la diferencia. Creo, en consecuencia, que se está consumiendo al margen del circuito oficial. Esa es una realidad que a día de hoy está contribuyendo a que no haya una traslación hacia desequilibrios sociales.
- ¿Ve algún 'brote verde'?
- En la economía canaria observo que el sector turístico está ahora en Semana Santa a tope de ocupación y que los empresarios turísticos tienen buenas perspectivas para el verano, y ese sector tira de otros. Observo también que empieza a disminuir esa demonización que hasta hace poco había con el sector de la construcción. Y este sector crea empleo, no digo en la construcción de viviendas, porque hay un 'stock' que hay que vender antes, pero hay mucho que hacer en la reposición turística, en la reforma, en la rehabilitación, en parques temáticos, campos de golf, muelles deportivos y otros equipamientos complementarios. Y por lo tanto creo que el binomio construcción-turismo tendrá una parte importante en la recuperación económica en Canarias.
- Pero hay proyectos paralizados por la burocratización de la administración pública.
- Tienen mucha razón los empresarios que se quejan de eso y como vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda tengo la misma queja. Una de las grandes lacras de la economía y la sociedad es la burocracia. Una de las asignaturas pendientes en Canarias es hacer una segunda gran descentralización en favor de los cabildos y de los ayuntamientos, pero con todo lo que eso conlleva: recursos humanos y económicos. Creo que la superposición de competencias que hay todavía hoy nos perjudica. Debe haber unas pocas competencias que tienen que ser de la Comunidad autónoma, como sanidad, educación, prestación social, vivienda y poco más. A partir de ahí, todo lo demás, salvo algunas excepciones, incluyendo territorio, costas, medioambiente, puertos, aeropuertos, con todo esto, en mi opinión, deberíamos hacer un debate muy serio para que fueran pasando paulatinamente desde el Gobierno de Canarias a los cabildos.
- ¿Y con cuántas consejerías se quedaría el Gobierno?
- Si somos capaces de hacer el segundo pacto de la descentralización, el Gobierno iría bien con seis consejerías.
- Esa oportunidad la tiene con el nuevo recorte presupuestario, pero ya avanzó que el 'tijeretazo' en las empresas autonómicas no se verá hasta 2011, y tampoco hay gran interés en su aliado para recortar en gastos de la dirección política.
- Tenemos que disminuir en los gastos del personal de confianza y en la bolsa global de sueldos y salarios públicos. La Administración ha cambiado radicalmente y da la impresión a veces de que no queremos enterarnos los políticos. Si una familia reduce sus ingresos a la mitad como consecuencia de la crisis y una empresa reduce a la mitad sus ingresos y ajusta sus costes, ¿qué hace la administración pública que no se ajusta? Este es el momento de hacer una auténtica revolución de las administraciones públicas. Hemos atravesado lo que pudo ser la gran depresión económica del siglo XXI. La hemos evitado, pero eso no significa que no sea una magnífica oportunidad para hacer una auténtica revolución en el ámbito de lo público. Hay cosas que podemos permitirnos y otras no. Tenemos que mantener el gasto en servicios públicos básicos, como la sanidad, educación y políticas sociales. Todo lo demás tiene que disminuir. ¿Qué hace una consejería editando una revista? Nada, porque con las tecnologías disponibles hoy, todo se puede decir en la red. ¿Qué hacemos editando libros en las consejerías? Pero si todo eso podemos colgarlo en la red y es gratis. No hablo de la edición de libros de nuestros creadores. Tenemos que hacer una profunda revisión de nuestras estructuras de gastos en la administración pública, cualquiera que sea. Muy probablemente de aquí a unos años no habrá alto cargo con coche oficial y eso será lo normal. Y me preguntará: ¿renunciará usted, que es vicepresidente, al coche oficial? Pues sí, tampoco iré en coche oficial. Antes de entrar en la Administración fui a trabajar toda mi vida en mi coche.
- Pero insisto, podría el Gobierno empezar por las empresas públicas autonómicas.
- Las empresas públicas debemos llevarlas a menos de la mitad de las que hay actualmente. Y tienen que desaparecer muchísimas diferenciaciones que hoy tienen empleados públicos, sean o no de una empresa pública. ¿Por qué un directivo o un empleado de estas empresas tiene un plan de pensiones costeado con cargo al presupuesto público?
- ¿Cree que sobran consejerías ahora mismo?
- Sobrar no sobran, pero con la situación de crisis deberíamos pasar de diez a ocho consejerías.
- ¿Diría que el Gobierno, en su composición actual, llegará a final de legislatura?
- Tengo ese convencimiento y lo he compartido con el presidente del Gobierno porque los dos estamos convencidos de que uno de los mayores valores que puede tener un Gobierno, sobre todo en tiempos de crisis, es la estabilidad. Y eso es lo mejor para la sociedad, aunque no lo sea para la oposición. Para que se rompa el Pacto una de las dos partes debe tomar esa iniciativa y en mi opinión, cualquiera de las dos que rompiera este Gobierno en estas circunstancias cometería una enorme torpeza por la que desde luego los ciudadanos le harían pagar.
- En los últimos meses han sido muy llamativas las diferencias entre usted y el presidente Rivero, y además se han intensificado los conflictos entre CC y PP. ¿Preparan ya la ruptura a un año de las elecciones?
- Por mi parte no habrá ruptura pactada ni sin pactar, y le insisto: cualquiera que tome la iniciativa en ese sentido cometería una torpeza política.
- Le reprocha usted a CC que quiera hacerse la foto con Rodríguez Zapatero, pero Rivero se hizo una muy llamativa con Rajoy en 2007, a un año de las elecciones generales.
- Aparecer como partido apoyando la política económica de Zapatero es totalmente contraproducente. Todos los ex socios de Zapatero se han desmarcado de esa política. Pero respetando lo que cada cual quiera hacer con su estrategia, sí le digo que cuanto más apoyo le den a Zapatero, creo que es mejor para el PP porque lo que planteamos nosotros es lo que la sociedad está demandando. Sólo hay que oír lo que dice la gente en la calle. Y le añadiré: algunos dirigentes de CC me han manifestado que no comparten que se apoye la política económica del señor Rodríguez Zapatero, e incluso en alguna ocasión el propio presidente Paulino Rivero se ha desmarcado de algunos aspectos de esa política económica. Y sé además que cuando Zapatero anunció la inversión del Plan Canarias, sonrojó al presidente Rivero y él lo ha dicho. ¿Por qué? Porque no era creíble. Pero independientemente de todos estos argumentos, todo ello no afecta a lo pactado en Canarias, en donde hay un pacto para toda la legislatura.
- ¿Sigue teniendo dudas sobre la actuación de determinadas esferas de la Policía en el 'caso salmón'?
- No me queda la menor duda y como demócrata es una de las cosas que más me apenan y más me entristecen. Efectivamente la presión ha bajado un poco, y ha bajado porque quienes propiciaron ese tipo de estrategias han visto que se les volvieron en contra. Creo que no hay nadie en Canarias que siga la actualidad política que niegue que contra mí hubo una cacería. El paso del tiempo puso las cosas en su sitio.
- ¿Guarda rencor?
- Rencor ninguno, cero. Tengo muchísimos defectos, pero el del rencor no. Es más, si hubiese tenido rencor, me habría sido imposible vivir.
- ¿No fue, cuando menos, un desliz aquel viaje privado del 'caso salmón'?
- No. Lo dije, lo digo y lo sigo manteniendo. No hubo absolutamente nada reprochable. Quedó meridianamente claro en el auto de archivo que en ningún momento tuve la más mínima influencia directa ni indirecta en ello [la promoción del proyecto turístico en Anfi Tauro]. Quedó probado. Pero lo importante es que esa cacería se volvió contra quienes la instigaron. La condición de imputado se ha convertido en condenado y hay que reflexionar seriamente porque hay quienes no soportan una condena pública sin que haya juicio.
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