Ecos de la Costa | OnLine - Esta viendo la edicion: 2010-04-28hr21tmp:ue:2010-04-28
La indecisión de ahorrar e invertir
Frecuentemente, las personas reciben publicidad de parte de diversas instituciones (entiéndase bancos, tiendas departamentales o cadenas comerciales) referente a la contratación y suscripción de tarjetas de crédito. Se les hace notar la diversidad de tasas de interés y el correspondiente Costo Anual Total (el ya famoso CAT); mas sin embargo, dichas tasas siguen siendo demasiado elevadas y por desgracia, los usuarios de dichas tarjetas no se dan cuenta que la tarjeta de crédito, no les representa un ingreso más a su sueldo, sino que deberá ser considerado como un medio fácil de adquirir y pagar bienes y servicios en un momento dado, y, su uso, debiera ser analizado de tal modo, que no genere problemas de endeudamiento que el día de mañana resulte contraproducente y deteriore las finanzas personales.
Sin embargo, muchas personas que han logrado formarse un hábito de ahorrar, desconocen en dónde y de qué manera puedan llegar a obtener seguridad para su dinero, seguridad que les fortalezca el poder adquisitivo del mismo, poder que a medida que transcurre el tiempo, se va perdiendo gracias al problema inflacionario (en los tres primeros meses de este año, la inflación global anual se ha colocado en un 5%), lo cual comienza a ser preocupante.
¿Cómo se podrá contrarrestar esa pérdida de poder adquisitivo del dinero de las personas? De hecho hay dos caminas: uno es mediante la apertura de una cuenta de ahorros (bien en un banco, bien en una Cooperativa de Ahorro y Préstamo), pero por desgracia, las tasas de interés anual que estas instituciones pagan a los ahorradores de ningún modo ayudan a resarcir la caída del poder adquisitivo del dinero de los ahorradores.
Otro camino es el aprender a invertir nuestros dineros mediante contratos de inversión garantizada, con pagarés a plazos de 28, 90 ó 180 días (desde luego buscando que dichas inversiones no sean de alto riesgo), lo cual en lugar de ser benéficas, pueden resultar contraproducentes y llevarían al usuario a perder lo mucho o poco de sus ahorros, que con tanto esmero y sacrificio hubieren obtenido.
El problema al que se tienen que enfrentar las personas deseosas de ahorrar en las diversas instituciones, son las bajas tasas de interés que ofrecen dichos organismos, (hay instituciones que ofrecen el 1% anual, otras 2.5%), porcentajes que de ninguna manera alcanzan a cubrir el porcentaje inflacionario previsto en la política económica del gobierno (como se dijo la inflación fluctuará entre un 5% y un 4.5% para este año); esto nos da idea de que las personas puedan tomar otro tipo de decisiones en cuanto al uso de sus pocos ahorros.
Lo anterior ha llevado a muchos mexicanos a emprender pequeños negocios, los cuales los realizan en los ya famosos tianguis, donde se da la economía informal, la cual cada día crece y crece, aparentando resolver el problema económico de algunos ciudadanos, pero se tiene que lamentar que en materia de pago de impuestos, los gobiernos municipal, estatal y federal, no capturan lo que debieran y sí se genera la piratería, la venta de muchos bienes que han sido robados y muchas cuestiones que ya son conocidas del público en general y siguen y seguirán deteriorando el crecimiento de nuestra economía.
Ante tales problemas, (el no apoyo al ahorro, la carencia de inversiones rentables, economía informal creciente) el gobierno en sus tres niveles, intentan apoyar al crecimiento económico, industrial y social de los ciudadanos, mediante programas de financiamiento a la micro, pequeña y mediana empresa (bien a través de cursos de capacitación, bien programas de financiamiento, gasto gubernamental en conferencias y programas televisivos) buscando con todo esto, convencer a los ahorradores a colocar su dinero en fuentes de trabajo y desarrollo económico; que por desgracia, no alcanzan los resultados buscados.
¿Qué queda por hacer? Afortunadamente, el campo es grande y las posibilidades están ahí, sólo será necesario que el gobierno, a través de una regulación financiera más exigente y del lado de los usuarios de los servicios financieros, se logre exigir a las instituciones financieras el reducir las tasas de interés (en los Estados Unidos, la Comisión Reguladora del Sistema Financiero ha sostenido durante ya casi dos años su tasa de interés referencial en 0%), lo cual ha ayudado a las empresas a salir avante en la gran crisis financiera.
Igualmente, el gobierno nuestro debiera convencer (y exigir en su caso) reducir el monto del cobro de comisiones (por uso de las tarjetas de crédito, el uso de cajeros automáticos) y demás servicios financieros, pues no bastará que existan las buenas intenciones en los discursos de los banqueros, de las autoridades del Banco de México, de las Autoridades Hacendarias, sino que las intenciones se vean reflejadas con hechos reales, los cuales ayudarán a generar empleos y como consecuencia, habrá demanda de bienes y servicios y en consecuencia se generará riqueza y ahorro, ambas cosas determinantes en el crecimiento de los países.
Deseamos se obtengan buenos acuerdos en la Convención de la Asociación de Bancos, que actualmente se celebra.
*Asesor Financiero y Fiscal
investigador20032002@yahoo.com.mx
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