Delincuencia, política, economía y sociedad - Opinión - EL UNIVERSAL
La delincuencia es aquel sistema del espacio social que incluye a los excluidos del sistema productivo y de transferencias de ingreso o producto (todos debemos consumir). La base de la delincuencia está limitada en las sociedades con pleno empleo productivo e inclusión total.
En un país como Venezuela, en donde existen normas sociales de reputación que impiden la reinserción a la sociedad productiva (i.e. la reinserción en la educación o producción) de los menores de edad que roban o delinquen por primera vez; en un país donde existe escasez de empleos y exclusión laboral generalizada por razones de economía política (e.g. insuficiente producción nacional); en un país donde escasea el financiamiento para la manutención de una parte de los desempleados vía transferencias provenientes del Estado, los hogares, o instituciones de caridad; y en donde existe una renta externa o ingreso no producido que favorece la actividad populista, es normal que se establezca una conexión estructural entre política, economía, normas sociales y delincuencia.
En Venezuela, la delincuencia es exacerbada por normas sociales de reputación que impiden que aquellos menores que hayan cometido actos delictivos puedan reinsertarse en la sociedad productiva. Una vez que el menor roba por primera vez, la voz se pasa y, a pesar de que su instinto de supervivencia le haga preferir volver a trabajar o estudiar, reinsertarse (volver a conseguir puesto en la escuela o en abastos, talleres, caucheras) pasa a ser imposible; allí queda "marcado" y condenado para siempre a la delincuencia, único sistema que le acepta.
Pero, no existirían menores delincuentes, faltos de educación y oportunidades de trabajo, si no existiese el abandono total. El hecho de que la demanda de trabajo para la producción de bienes en la economía formal e informal sea insuficiente para absorber la totalidad de la fuerza de trabajo implica la existencia del desempleo. Y el hecho de que un número importante de desempleados no sólo esté excluido de la producción de bienes, sino de la manutención vía transferencias de ingresos/producto provenientes del Estado, los hogares e instituciones de caridad implica el abandono total.
Claramente, muchos no consiguen sus medios de vida o fuentes de trabajo por problemas de información (¿cómo saber si es o no delincuente a la hora de darle trabajo o limosna?). Pero, lo que importa para mi argumento central es que, cuando existe el abandono total, tomar riesgos, dedicar su esfuerzo y emplear su tiempo en la producción de males (secuestros, robos, homicidios, etc.), en vez de bienes, es la única opción que queda.
Pero, si a lo anterior, sumamos el gravísimo problema de la promoción política del desempleo y subempleo como base clientelar del petropopulismo asociado a la renta, aparece un vínculo estructural entre política, economía, normas sociales y delincuencia. Lamentable, pero cierto. La corrupción, falta de justicia, y las nuevas tecnologías explican la delincuencia como industria. Pero, al final, la solución desde su origen, implica acabar con el petropopulismo y fomentar la educación, reinserción y, sobre todo, el pleno empleo productivo.
PhD en Economía Política de la
Universidad de Siena, Italia y
Profesor del CENDES/UCV
http://www.angelgarciabanchs.com/
opinion@angelgarciabanchs.com
Twitter: @garciabanchs
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